Detalles del expediente por el que Alex Saab fue llamado a juicio en Colombia
Luego de su captura en África, la Fiscalía señaló que desde diciembre del año pasado tiene listo el escrito de acusación en contra del empresario que se habría enriquecido ilegalmente a través de exportaciones ficticias y lavado de activos. Estas operaciones habrían sido la antesala de su ascenso para convertirse en uno de los grandes contratistas de Venezuela.
Alex Nain Saab Morán era una especie de “maestro” para burlarse de las autoridades. Justamente cuando la Fiscalía colombiana le empezó a respirar en la nuca en 2018, por su supuesta participación en un entramado de corrupción y lavado de activos con sede en Barranquilla, el empresario logró “volarse” rumbo a Italia, con ayuda de un policía colombiano. Desde entonces, su paradero fue un misterio. Medios venezolanos especularon que estaba refugiado en el país vecino, amparado por el gobierno de Nicolás Maduro. Los investigadores colombianos sabían de esta información, pero también tenían indicios de que el barranquillero se movía sin restricciones en países de Asia y Europa. Pero la dicha se le acabó a Saab hace cuatro días.
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Alex Nain Saab Morán era una especie de “maestro” para burlarse de las autoridades. Justamente cuando la Fiscalía colombiana le empezó a respirar en la nuca en 2018, por su supuesta participación en un entramado de corrupción y lavado de activos con sede en Barranquilla, el empresario logró “volarse” rumbo a Italia, con ayuda de un policía colombiano. Desde entonces, su paradero fue un misterio. Medios venezolanos especularon que estaba refugiado en el país vecino, amparado por el gobierno de Nicolás Maduro. Los investigadores colombianos sabían de esta información, pero también tenían indicios de que el barranquillero se movía sin restricciones en países de Asia y Europa. Pero la dicha se le acabó a Saab hace cuatro días.
El pasado viernes 12 de junio, las autoridades de Cabo Verde (África) lo capturaron cuando aterrizó su avión privado, supuestamente haciendo una escala hacia otro país de Europa. Allí, los policías africanos le notificaron que en su contra Estados Unidos emitió un pedido de extradición por el delito de lavado de activos y, desde ese momento, se encuentra en custodia de las autoridades de ese país. Durante los casi dos años en los que Saab logró esquivar a la justicia, la Fiscalía colombiana terminó de ajustar el llamado a juicio en su contra y, la vicefiscal, Martha Mancera, señaló en la mañana de este martes 16 de junio, que el escrito de acusación está listo desde diciembre del año pasado.
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De acuerdo con la investigación colombiana, que tiene en su poder declaraciones de renta y registros financieros desde 2004, Saab habría sido el cerebro de varios negocios millonarios de exportaciones, importaciones y cambio de divisas con empresas de papel en países como Panamá, China y Venezuela. La documentación fiscal del empresario llamó la atención de la Fiscalía y de la Dijín pues sus exorbitantes ganancias no coincidían con sus contabilidades. Tal como lo contó El Espectador en septiembre de 2018, fue así como los investigadores llegaron al nombre de Shatex S.A., una sociedad que entró en liquidación en 2016, pero que durante más de 15 años se dedicó a la exportación de textiles y materiales de construcción.
Para la Fiscalía, a través de esa empresa es que el clan Saab logró establecer la base de sus operaciones ilegales. Según la investigación colombiana en contra de Saab, a través de Shatex S.A., y otras empresas, el clan habría logrado mover cerca de US$135 millones de dólares en supuestas mercancías que salían e ingresaban al país, lo que les permitía obtener beneficios tributarios y no reportar recursos que sacaban irregularmente a cuentas del exterior. Antes de caer en estos escándalos de corrupción, Saab era identificado en los círculos sociales de Barranquilla como un descendiente de una familia reconocida libanesa y por sus relaciones de juventud con miembros de la familia Nasser Arana.
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Aunque la lupa de las autoridades colombianas está puesta sobre sus negocios con la empresa Shatex y por las irregularidades que allí se habrían podido dar entre 2007 y 2009, la justicia de Estados Unidos entró el año pasado a la ecuación en contra de Saab. En julio de 2019, autoridades estadounidenses lo incluyeron en la Lista Clinton, junto a sus empresas (algunas de papel) y a 10 personas más, entre ellas sus hijos Shadi e Isham Saab Certain, su socio Álvaro Pulido Vargas -quien antes se llamaba Germán Rubio-, Emmanuel Rubio (hijo de Pulido) y Wálter, Yosser y Yoswal Gavidia Flores, hijos de la primera dama de Venezuela, Cilia Flores.
Además de agregar a Saab a la mencionada lista, las autoridades lo acusaron por el delito de lavado de activos y comenzaron su propia cacería para dar con su paradero. Según la investigación, el clan Saab supuestamente participó de un esquema que lavó millones de dólares producto de la corrupción en el programa de subsidio alimenticio que creó el gobierno de Nicolás Maduro en 2016. Según el portal Armando Info, en 2017, se apropiaron de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP). En su momento, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos explicó que el control de los CLAP fue una estrategia de control social del gobierno para ganar adeptos y castigar a la oposición.
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A través de su empresa Group Grand Limited, Alex Saab y su socio importaron comida de mala calidad que vendieron con sobreprecios de casi el 80 %, a por lo menos seis millones de familias venezolanas. La investigación de Estados Unidos también se concentró en otra parte de sus andanzas criminales: la venta e intercambio irregular de oro venezolano por comida en Turquía. Por estos casos, la justicia norteamericana le endilgó, junto a su socio Pulido, ocho cargos relacionados con el lavado de cerca de US$350 millones, dinero que, al parecer, también llegó a manos de la familia presidencial y grupos políticos afines al gobierno venezolano.
Además de las presuntas irregularidades en los CLAP, la justicia de Estados Unidos reveló otra arista de la historia del clan Saab. En la acusación en contra del empresario barranquillero, los investigadores explicaron que, entre 2008 y 2009, parte de las exportaciones e importaciones de Shatex se movieron por Venezuela que, en ese momento, bajo la presidencia de Hugo Chávez, cesó los pagos a varios proveedores colombianos por la crisis que existía con el gobierno de Álvaro Uribe. Gran parte de los empresarios perjudicados, entre ellos Alex Saab, buscaron la forma de que políticos intermediaran a su favor. Según fuentes consultadas, fue entonces cuando Saab recibió el apoyo de Piedad Córdoba para que recuperara los dineros que tenía perdidos.
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Así lo reveló El Espectador en su edición del 28 de julio de 2019, en donde además se explicó que esa gestión generó vínculos con el gobierno de Chávez y así Saab empezó a colaborar a otros empresarios para que se les pagaran sus deudas. Con el clan Saab en Venezuela, empezó el entramado de corrupción en el vecino país que es la fuente de investigación en Estados Unidos. Según el indictment (acusación), Saab y su socio sobornaron a varios funcionarios venezolanos para “enriquecerse a sí mismos (Alex Saab y Álvaro Pulido)” obteniendo ventajas inapropiadas, entre ellas la aprobación de documentos relacionados con la importación de materiales de construcción –o la consecución de documentos falsos similares–.
Asimismo, por esta vía, Saab y Pulido habrían tenido acceso al sistema de cambio de dólares, controlado por la Cadivi (Comisión de Administración de Divisas), del gobierno venezolano. Para beneficiarse de la Cadivi, según la documentación de la justicia estadounidense, Saab y Pulido Vargas recurrieron a facturas falsificadas y fraudulentas. Al parecer, con la falsificación de estos documentos disfrazaron la importación de bienes que nunca ingresaron a Venezuela. Los sobornos de este dúo de empresarios habrían llegado a los bolsillos de funcionarios del Servicio Nacional Integrado de Administración Aduanera y Tributaria (Seniat) y a la Guardia Nacional Bolivariana de Venezuela (GNB).
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La investigación norteamericana asegura que parte de esos sobornos se discutieron en Miami (EE. UU.). De acuerdo con el indictment, Saab y Pulido Vargas movieron más de US$350 millones en sobornos desde cuentas bancarias en Venezuela, triangularon el dinero a través de cuentas en Estados Unidos, y los recursos habrían terminado en cuentas extranjeras controladas por los dos socios. Para investigadores estadounidenses, Saab actuó, a través de sus empresas, como el testaferro de Nicolás Maduro y miembros de la oposición de ese país han señalado que la captura del empresario es un duro golpe para el “régimen corrupto de Maduro” que, aseguraron, lo nacionalizó venezolano y lo protegió durante los últimos dos años de la búsqueda de las autoridades colombianas.
Mientras que Estados Unidos mostraba sus dientes en contra de Saab, en Colombia la situación resultó contradictoria pues, por esa misma época, un juez de Barranquilla ordenó levantar la circular azul que existía en contra de Alex Saab para dar con su paradero. Casi un año después de esa determinación, Cabo Verde dio la primera alerta, pues sabían que Estados Unidos estaba detrás del hombre que llegó al aeropuerto de su capital en un avión privado. Y, tal como lo confirmó la vicefiscal Mancera, Colombia no tuvo nada que ver en las operaciones que, finalmente, dieron con su paradero.
Se espera que en los próximas semanas (la pandemia por el COVD-19 podría retrasar los viajes), Saab se presente en una corte del distrito sur de la Florida. La última vez que se escucharon palabras de él fue en el periódico El Tiempo, en donde señaló que todo se trata de una persecución de Estados Unidos en su contra para tratar de asfixiar al gobierno venezolano persiguiendo a sus contratistas.