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Antes de la expansión del COVID-19 en Colombia, cientos de internos con beneficios administrativos disfrutaban de un permiso al mes para estar por fuera de prisión durante 72 horas. Sin embargo, con el vertiginoso crecimiento del virus esta medida se suspendió y, por tal razón, estos privados de la libertad llevan más de seis meses sin ver a sus familias. En el marco de la “transición gradual a la normalidad de actividades”, el general Norberto Mujica, director del Inpec, dio instrucciones para reactivar estos salvoconductos.
En el documento conocido por El Espectador, el director del Inpec habla sobre una videoconferencia del pasado 19 de marzo, en la cual se determinó la suspensión de los permisos de 72 horas, con el objetivo de evitar más contagios en los establecimientos carcelarios. En el marco actual de la emergencia, tras medio año de funcionamiento de la medida, a los funcionarios de la institución se les dictaron una serie de disposiciones para avanzar con la normalización progresiva.
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En general, los establecimientos que adecuaron espacios de aislamiento para hacer efectiva la cuarentena programarán la reactivación de los permisos de 72 horas, que serán -de nuevo- sin vigilancia y otorgados por autoridad judicial. Iniciarán la implementación de estas medidas en la población carcelaria que no presente casos de infección por coronavirus. Además, los establecimientos deberán realizar un cronograma para el disfrute del permiso, cuya prioridad será los internos con el mayor número de horas acumuladas o con prelación por calamidad.
A los directores regionales del Inpec el general Mujica les ordenó la verificación de los posibles permisos de 72 horas que podrán ser otorgados por la autoridad judicial. Los directores deberán ubicar en un solo espacio a los internos beneficiados, en los diferentes pabellones, “a efectos de facilitar el control, aislamiento y prevención de contacto con los demás reclusos que reingresen del permiso”,dice en el documento.
Los establecimientos carcelarios que no tengan la infraestructura suficiente para ubicar a los reclusos con permiso de salida deberán reasignar las celdas por nuevos grupos de internos, asegurando la separación entre los que reingresan y quienes no están cobijados con los salvoconductos. En este punto, el director del Inpec enfatizó que, al mismo tiempo, se controlará “el posible ingreso de elementos prohibidos o eventuales incumplimientos al reglamento”.
Por otro lado, el general Mujica les dijo a los directores de establecimientos que todos los privados de la libertad que salgan, bajo esta medida, deberán portar los elementos de protección personal y cumplir con las medidas de bioseguridad definidas previamente por el Inpec -aislamiento físico, lavado de manos frecuente, entre otros-. Además, se les deberá practicar examen médico de ingreso.
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Una vez los internos vuelvan de su permiso de 72 horas -que distribuyen generalmente en los fines de semana del mes-, deberán realizar aislamiento en los espacios dispuestos por los diferentes establecimientos carcelarios. Cuando cumplan siete días separados, se les realizará la prueba RT-PCR para Covid-19. Si la persona obtiene un resultado negativo ingresará a los pabellones especiales determinados por la junta de asignación de patios.
Según datos del Inpec y de la Universidad de Los Andes, actualmente hay 1.392 privados de la libertad infectados con el nuevo coronavirus. Así mismo, la pandemia está presente en 56 establecimientos carcelarios del instituto penitenciario y ha registrado un máximo de 68 lugares. Para obtener más información, El Espectador se permite invitarlos a visitar el especial COVID-19 en las cárceles, donde encontrará artículos relacionados, un tablero de datos y próximamente un espacio de podcast.