Así como hace más de cinco años Briceño se convirtió en un “laboratorio de paz”, hoy es una muestra de lo que sucede en el resto del país
Foto: Gustavo Torrijos Zuluaga
La vereda El Orejón en Briceño, Antioquia, fue el primer lugar de Colombia en ser declarado libre de minas luego de la firma del Acuerdo de Paz con la guerrilla de las Farc. Previo a ello, la zona estaba infestada, no solo de artefactos explosivos artesanales, sino también por cultivos ilícitos, esos que, precisamente, un miembro de la comunidad indígena Embera Katio se comprometió a erradicar, en abril de 2012, sin contar que esa sería la última vez que tendría su cuerpo completo. Una mina le arrebató una de sus piernas. Demandó al Estado y perdió la batalla.
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