Durante casi seis horas, el pasado 25 de noviembre, el expresidente del Senado Iván Name Vásquez se defendió con uñas y dientes ante la Sala de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia, en el marco del escándalo de corrupción de la Unidad para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd). El alto tribunal lo investiga por presuntamente haber recibido $3.000 millones de parte de altos funcionarios del gobierno Petro para facilitar la aprobación de leyes cruciales para la Casa de Nariño. Aunque las pruebas en su contra parecen robustas, el curtido dirigente político las calificó como una vil calumnia orquestada por “una banda criminal que está compuesta incluso por unos abogados conocidos que han sido penados por la justicia”. Más allá de su enconada defensa en la indagatoria y de sus extensas disquisiciones sobre el fangoso mundo de la política, Name Vásquez soltó varias perlas.
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Pero antes de entrar en materia, el influyente senador del Partido Verde contó detalles poco conocidos de su vida. Por ejemplo, que a pesar de terminar sus estudios de derecho en la Universidad Javeriana en 1979, jamás obtuvo su grado por haberse dedicado al mundo de la política y que, a raíz de su divorcio hace cinco años, quedó como único dueño de un apartamento ubicado muy cerca de Unicentro, en el norte de Bogotá. Según Sneyder Pinilla, exsubdirector de la Ungrd y testigo estelar en este caso, a ese lugar le llevó a Iván Name un maletín con fajos de dinero para supuestamente comprarlo. El parlamentario de 67 años le reconoció a la Corte que además de ese apartamento tiene una casa en San Juan de Acosta, en el Atlántico; otro lote en Villavicencio, y uno más en Sopó, en la vereda Yerbabonita, “donde no he construido lo que siempre anhelé, una casa”
En ese momento de la diligencia el magistrado auxiliar Álex Movilla Andrade, del despacho de Francisco Farfán, le reseñó a Iván Name Vásquez los señalamientos en su contra. Relató que, según las evidencias recogidas, el senador se habría concertado con alfiles del Palacio de Nariño y de la Ungrd para apropiarse de recursos públicos a cambio de favorecer las iniciativas legislativas del Gobierno, en particular las reformas a la salud y a las pensiones. El magistrado Movilla le indicó al senador investigado que Sneyder Pinilla confesó haber recogido esos $3.000 millones y habérselos hecho llegar a él los días 12 y 13 de octubre de 2023 a través de la llamada “mensajera” Sandra Liliana Ortiz, entonces alta consejera presidencial para las regiones. Dicho dinero se habría pagado después de un desayuno entre Name, Ortiz y Olmedo López, entonces director de la Ungrd.
Apenas terminó de exponerle esos hechos, Movilla le preguntó a Name si quería contestar a esas acusaciones. Name tomó la palabra. “He venido ante la justicia en búsqueda de la verdad, sintiéndome una víctima. En Colombia se lapida y se crucifica antes de que la justicia decida. Llevo 45 años en la actividad política y preferí siempre tener problema con los bancos y no con los jueces, como lo demuestra mi vida transparente, llena de accidentes electorales no favorables, precisamente porque mi estilo y mi fórmula para el ejercicio de la política prefiere no ganar, a ganar de cualquier manera (...) La justicia no solo está en mi búsqueda, yo vengo en búsqueda de ella. Es la primera vez en toda mi vida que acudo a ella porque es mi oportunidad para defenderme, de buscar la justicia después de que he sido lapidado y crucificado. Pero conocemos el relato bíblico de que también existe la resurrección”.
Sobre el famoso desayuno que el congresista habría tenido el 25 de septiembre de 2023 en el hotel Tequendama Suites con Olmedo López y Sandra Ortiz, y que según los testigos fue la génesis del soborno, Iván Name dio sus explicaciones. En primer lugar, señaló que jamás hubo desayuno, que el encuentro fue fortuito y fugaz con Olmedo López, que él no sabía que él estaba allí y que tampoco se pactó ningún acuerdo de dinero. “Es mentira que se haya acordado un encuentro con el señor Olmedo López (...) Yo tenía solo una cita con mi amiga y consejera (Sandra Ortiz)”. De acuerdo con su versión, había quedado de verse con ella porque era una de sus pocas interlocutoras con Palacio y necesitaba saber, entre otras cosas, si el presidente iba a ir a las honras fúnebres que le hicieron en el Capitolio al pintor Fernando Botero Angulo, fallecido cuatro días atrás.
Iván Name agregó que en ese encuentro en el Tequendama Suites apenas tuvo tiempo de saludar a Olmedo López y que Sandra Ortiz fue la que hizo que intercambiaran teléfonos, pero que jamás se cruzó un mensaje con el hoy confeso delincuente y testigo en su contra. Seguidamente explicó que durante su presidencia en el Senado tuvo muchas diferencias con el Gobierno y se negó a aceptar invitaciones a la Casa de Nariño, salvo por una sola ocasión en la que su amigo y entonces director del Departamento Administrativo de Presidencia, Carlos Ramón González, lo convenció de tener un almuerzo con el presidente Petro. “De resto, de ninguna manera fui a Palacio, sino que venían a mi despacho. Yo no aceptaba sino a ministros y representantes autorizados del Gobierno. Por eso mi enlace principal con la doctora Sandra (Ortiz) y muy accidentalmente con Carlos Ramón González”.
De vuelta a la almendra del desayuno, Iván Name aseguró que con Sandra Ortiz tenía un tema pendiente ese día, y era el de la autonomía de las regiones, un proyecto que ella estaba liderando desde Presidencia, razón por la cual insistió en que su encuentro con Olmedo López fue “no previsto”, que no estuvo más de 10 minutos en el mismo espacio con él y que no pasó de una presentación protocolaria, “de tal manera que resulta criminal el invento de que yo le manifesté alguna gratitud o tuve con él algún tiempo mayor que el que le cuento”. Entonces se calificó a sí mismo como un hombre ingenuo. “Tal vez he pecado por ingenuidad muchas veces en la política. Yo no recuerdo el mal que se me hace nunca, sino el bien que yo hago. De pronto por la insistencia de ese temperamento pude llegar arriba, pero las probabilidades se me reducían porque eso es un error imperdonable en los políticos”.
En cambio sí reconoció su amistad con Sandra Ortiz y con Carlos Ramón González, ambos fichas del Partido Verde, como él. En ese momento de la indagatoria, Iván Name Vásquez soltó una declaración que, a la luz de hoy, resulta cuando menos controversial. Dijo que en un par de ocasiones en su casa departió con Sandra Ortiz y su compañero sentimental, “que era mi amigo también”. Se refería a Juan Sebastián Aguilar, más conocido con los alias de “Pedro Aguilar” y “Pedro Pechuga”, asesinado el 7 de agosto de 2024 por un francotirador en su residencia blindada en el norte de Bogotá. El magistrado Movilla le preguntó a quién se refería, y Name respondió para despejar cualquier duda: “‘Pedro Aguilar’, después difamado con una denominación que los periodistas se fascinaron en reiterar, que dizque “Pedro Pechuga”. Le quiero contar que era un empresario de las esmeraldas serio y bueno”.
Contrario a esa afirmación categórica, muchas sombras rondaban a “Pedro Pechuga” desde hacía varios años. El Espectador ha contado que se trataba del hombre de confianza de Jesús Hernando Sánchez, considerado el más grande esmeraldero tras la muerte de Víctor Carranza en 2013, y a quien Aguilar custodió por años como jefe de seguridad. Además, “Pechuga” había sobrevivido a otro atentado en 2023. En todo caso, Iván Name Vásquez siempre lo consideró su amigo y en su versión ante la Corte agregó: “Yo no me acerco frente a quienes están dispuestos a cualquier cosa con tal del éxito. Este señor era el compañero sentimental (de Sandra Ortiz) y también era mi amigo. Me lo presentó ella. Yo no lo conocía antes”. También añadió que en su momento respaldó a Sandra Ortiz en el Partido Verde porque había sectores que le estaban haciendo la guerra.
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En todo caso, aclaró que esa cercanía con sus copartidarios del pasado tuvo sus fracturas por el apoyo de ellos al gobierno Petro. “Con Carlos Ramón González y con Sandra Ortiz se mantuvo la amistad, pero se perdió la confianza”, dijo. Además, manifestó que está seguro de que Sandra Ortiz no llegó a la Casa de Nariño por su amistad con González, sino por su cercanía con la primera dama, Verónica Alcocer. “Sandra estuvo muy cercana a la señora del presidente Petro. Creo que esa cercanía tuvo influencia en su designación como consejera”, añadió. Ortiz, acusada por la Fiscalía en este caso como la supuesta emisaria del dinero para Iván Name, estaría buscando colaborar con la justicia a cambio de beneficios procesales. De lograrlo, los dos primeros nombres sobre los que tendría que hablar serían justamente los de sus amigos, Carlos Ramón González e Iván Name Vásquez.
El investigado senador se fue de frente contra Gustavo Petro en su diligencia. Dijo que él sí era de izquierda, mientras “Petro proviene más de una derecha militarista que reaccionó cuando no fue elegido su caudillo, el señor (Gustavo) Rojas Pinilla, en los orígenes del M-19. Eso no es izquierda, ha sido la gran mentira para este país. Izquierda es la que tuvo el fundador del Partido Comunista, mi tío Álvaro Vásquez del Real. Lo que el presidente ha ejercido en su mandato es más derechista que gobiernos anteriores”. Name Vásquez agregó que Carlos Ramón González fue presidente del Partido Verde porque él lo postuló hace una década ya que, en su momento, estuvo opacado por las figuras de Antonio Navarro, Antanas Mockus y el propio Sergio Fajardo. También contó que él le entregó a Carlos Ramón González la Orden del Congreso como reconocimiento a su vida política.
En su indagatoria, el parlamentario sostuvo que siempre se ha mostrado dispuesto a discutir serenamente las reformas estructurales a la salud y a la pensión, “pero no estas que presentó el Gobierno (porque) pecan contra todo principio democrático y contra todo avance que hayamos obtenido”. En referencia al almuerzo que tuvo con el presidente Petro en Palacio esa única vez, resaltó que jamás asumió ningún compromiso con ese proyecto político, pero que como presidente del Senado siempre fue garantista en el trámite de los proyectos que le interesaban al Gobierno. Además, explicó que las veces que le permitió a la senadora del Pacto Histórico María José Pizarro presidir las discusiones en el Capitolio no fue el resultado del tan mentado soborno, sino de su deseo por ser plural. Es más, agregó que “cuando le soltaba la plenaria a María José se complicaba la vaina”.
Según él, cuando Pizarro dirigía las sesiones, las bancadas chocaban mucho más y “muchas veces tuve que salir corriendo a reemplazarla”. Iván Name continuó con sus símiles bíblicos: “Fui crucificado. Yo aquí no le llego con las llagas, magistrado, pero sí con la cruz a cuestas todavía y quién sabe cuánto tiempo más”. Entonces agregó que sus acusadores, es decir, Olmedo López y Sneyder Pinilla, son parte de una banda criminal que se robó medio billón de pesos en la Ungrd y que está utilizando la justicia como un “lavatorio de manos” devolviendo muy poco dinero. Name Vásquez se atrevió a decir sin pruebas que esa “banda criminal”, de la que él se dice víctima, “tiene contratación de periodistas difusores”. “Conozco que han financiado la actuación de medios de comunicación. No a todos, por supuesto, a quienes respeto tanto”. Una afirmación que tendrá que probar judicialmente.
Asimismo, aseguró que es una mentira que esos $3.000 millones que supuestamente le dieron iban a financiar la campaña al Concejo de Bogotá de su hija, María Clara Name. Y añadió otra alegoría bíblica: “Mis hijos están dentro de las cruces en un monte donde estamos colgados”. Name Vásquez explicó que a su hija no le hizo aportes para financiarla en 2023, que ella llegó por sus propios méritos al cabildo distrital por cuarta vez y que aunque sabe que una campaña al Concejo de Bogotá cuesta $1.500 millones, la de ella rondaba apenas los $300 millones. Al magistrado Movilla le manifestó que estaba seguro de que la Corte iba a descubrir la verdad sobre este entramado. “Usted la tiene en su cabeza en gran parte, yo lo sé, no tengo por qué lisonjearlo”, le dijo. E insistió que le parecía absurdo que siendo él el gran opositor al Gobierno hoy lo acusaran de habérsele vendido.
Para rematar su defensa indicó: “Soy un hombre con valores recios, y para la existencia de un cohecho se necesita un acuerdo. Nunca lo hubo. La relación que rige mi amistad con Carlos Ramón González y Sandra Ortiz está regida por un respeto y un aprecio, y para una propuesta de semejante objeto ilícito se necesita que no exista ni aprecio ni respeto. Resulta inadmisible que el hombre que combatió al señor Petro, a su gobierno, ahora concurra por cuenta de una banda de criminales ante la justicia de mi patria. Este hombre -dijo refiriéndose a sí mismo- entendió el grado de responsabilidad frente a las instituciones y la democracia. Si yo no hubiera atajado al señor Petro, hoy estaría con un gran acervo político gobernando a Colombia. Por eso es insólito que mi actitud pueda ser cuestionada. No pretendo conmoverlo, porque además sería imposible por su formación como magistrado”.
Y agregó: “Este hombre que le habla jamás conoció de contratos, ni órdenes de trabajo ni de puestos. Yo soy un solitario en el enfrentamiento de un gobierno que tanto respeto por ser democrático que algún día le dije al presidente en el almuerzo aquel: ‘El día que asomen una bayoneta en el Palacio de Nariño contra su señoría, el presidente del Congreso estará defendiendo la democracia hasta el último día de su mandato, pero mientras tanto voy a defender el Congreso al que pertenezco, así como tres generaciones de mi familia, por lo que no puedo envilecerlo’”. Para terminar, hizo esta confesión: “Quiero defender la dignidad del señor Carlos Ramón González. Yo sé, porque he vivido durante 45 años esta profesión, que es frecuente que los gobiernos enlacen los gobiernos, los sobornen. Por eso en mi discurso inicial dije que a este Congreso no le pesaba una soga en el cuello del presidencialismo”.
Por último, el senador dijo sentirse muy dolido de que las acusaciones que hoy enfrenta terminaran afectando a su hija. “La financiación de una campaña es sagrada, por Dios, me conmueve y no puedo evitarlo, pero no llego al llanto porque ya lloré bastante de que se acuse la campaña de mi bebita, de mi hija, materia de orgullo para mí y nuestra familia, en un acto inmoral e ilícito que nunca fue”. Y a manera de conclusión, señaló: “¿Sabe por qué no hay más políticos? Porque es que tampoco todo el mundo sirve para esta cosa. Somos casi que el lavatorio de manos de una sociedad que hoy tiene valores decadentes y conceptos lamentablemente corruptos, pero quedamos curas, magistrados, jueces y políticos, hombres y mujeres decentes, no solamente en las calles de nuestras ciudades, sino en nuestras instituciones”. La Corte se apresta a resolver la situación jurídica de Iván Name Vásquez.