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Quince funcionarios entre fiscales e integrantes del CTI fueron capturados en las últimas horas. La investigación adelantada por la Fiscalía General contra una estructura criminal dedicada al tráfico de cocaína para la organización dirigida por José Feliciano Góngora Solis, alias Chano Góngora, que tendría presuntos vínculos con la columna Daniel Aldana de las Farc que opera en ese Nariño.
La investigación realizada por la Dirección de Policías Judiciales Especializadas con el apoyo de la Drug Enforcement Administration (DEA por sus siglas en inglés), logró establecer que la organización de narcotraficantes había permeado a algunos funcionarios de la institución en Tumaco y Pasto (Nariño), para favorecer su accionar criminal. Funcionarios en Policarpa, Ipiales y Samaniego en (Nariño); Cali (Valle del Cauca) y Villavicencio (Meta).
De acuerdo con la investigación el papel que habrían desempeñado los servidores habría consistido en el favorecimiento en procesos judiciales en contra de los miembros de la organización; en otros casos la devolución y venta de cargamentos de droga incautada, así como la venta de información privilegiada. La imputación de los capturados será realizada ante un juez con funciones de control de garantías en Cali, por cargos de cohecho impropio agravado.
Sigue a El Espectador en WhatsAppEstas capturas son un ejemplo de lo que un agente en cubierto le conto a El Espectador hace una semana: los nuevos dueños de las rutas del narcotráfico tenían un gran poder corruptor sobre los funcionarios judiciales e incluso de la Fuerza Pública. Por esto mismo las autoridades locales han priorizado enviarlos a la justicia de los estados Unidos. “Cuando los jefes narcos llegan a Estados Unidos y ven la dureza de la justicia en temas de narcotráfico empiezan a colaborar: entregan bienes y dan detalles sobre más implicados y las rutas de narcotráfico”, aseguró el agente encubierto.
Aunque las autoridades aún señalan al clan del Golfo como la estructura de narcotráfico más grande del país, también indican que, desde hace dos años, pequeños grupos de narcos ubicados en el sur del Pacífico y en la frontera con Ecuador están exportando entre el 60 % y el 80 % de la cocaína que llega a territorio estadounidense desde Colombia.
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