A finales de octubre de 2023, se conoció públicamente uno de los principales negocios en el mundo de las farmacéuticas en Latinoamérica. Eurofarma, la poderosa compañía brasileña, adquirió Genfar, otra empresa del sector y de origen colombiano, que estaba desde 2012 en manos de Sanofi, una firma francesa que también tenía operaciones en Perú y Ecuador. “Eurofarma incorpora a más de 500 colaboradores, todo el portafolio de productos de Genfar, además de una fábrica de producción y el Centro de Desarrollo e Innovación de la compañía en Cali, Colombia”, señaló en ese momento a Portafolio Marco Billi, CEO internacional de Eurofarma, sobre este negocio de $229 millones de euros.
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Eurofarma, además de adquirir la importante infraestructura de Genfar en el cono sur, tiene otro asunto que lidiar: un millonario pleito judicial que tenía la antigua administración de la compañía con el Estado colombiano. Se trata de una disputa entre Genfar y la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN) por cerca de $36.000 millones ($8 millones de euros, una vigesimoctava parte del negocio para adquirir Genfar). Aunque la cifra es irrisoria en comparación a lo que facturan anualmente las farmacéuticas —por ejemplo, en 2021 Sanofi tuvo ganancias por $44.000 millones de dólares—, Genfar es acusado de violar un principio clave a la hora de pagar impuestos.
Se trata de lo que en el mundo tributario se conoce como “plena competencia” y que, según la DIAN, Genfar habría incumplido en sus operaciones durante 2015. Según los documentos del caso, que se encuentra en alegatos de conclusión ante el Tribunal Administrativo de Cauca, ese año la poderosa farmacéutica exportó medicamentos a un precio “muy inferior” al de sus productos en Colombia. De acuerdo con la entidad, “los productos que fabrica Genfar para vender a clientes nacionales y a sus sucursales en el exterior no presentan diferencias en sus características físicas, químicas y de calidad (...) esta situación generó un menor ingreso fiscal a Genfar en la declaración del impuesto sobre la renta de 2015 y, a su vez, un menor impuesto al Estado colombiano”.
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Es decir, que Genfar, considerada por la DIAN como una de las 10.000 empresas que más reportan ingresos en Colombia, habría intentado una “jugadita” para evitar pagar más impuestos durante ese año. De acuerdo con su página web, Genfar exporta a Perú y Ecuador medicamentos como ibuprofeno, isoconazol, diclofenaco, clotrimazol, entre otros productos que son muy comunes en el uso diario de las personas. Según el expediente, desde 2019, la farmacéutica intenta tumbar esa multa interpuesta por la DIAN ante esa instancia judicial, que recibió los alegatos de conclusión en septiembre de 2022 y, un año después, no ha tomado una decisión de fondo.
La defensa de Genfar
Entre los argumentos de Genfar que analiza el magistrado del Tribunal, David Fernando Ramírez, está uno relacionado con que la DIAN nunca tuvo en cuenta sus argumentos a la hora de sustentar sus ventas en el extranjero. La farmacéutica dice que, por ejemplo, la entidad no tuvo en cuenta estudios presentados por Genfar en los que, aparentemente, dejaba claro que los costos para sacar esos medicamentos al extranjero alteraban sus cálculos a la hora de tributar. Durante este proceso, Genfar presentó informes de Deloitte y Garriggues, dos firmas consultoras expertas en esta materia, quienes controvirtieron los métodos de la DIAN para cobrar los impuestos de Genfar en 2015.
“Los precios a los que Genfar les vende a los medicamentos a sus empresas en el exterior no es el mismo precio al que estos son vendidos a sus clientes dentro del mercado local, ya que este valor no tiene en cuenta las funciones, activos y riesgos que la farmacéutica debe asumir para la comercialización de los medicamentos en su mercado local, los cuales repercuten de manera directa en el precio final del medicamento. En este sentido, el hecho de que las operaciones se hayan hecho con sujetos distintos demuestra una vez más la razón por la cual el método de cálculo de la DIAN no podía ser aplicado, por lo que las modificaciones impuestas a través de la liquidación oficial demandada deben ser declaradas nulas en su totalidad”, argumentó Genfar.
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La farmacéutica agregó que a quien se debe condenar en el caso es a la DIAN por no haber interpretado de manera correcta la ley y que la entidad ha tenido una actuación “omisiva” y “arbitraria” durante todo el proceso, desconociendo, incluso, jurisprudencia del Consejo de Estado. Para Genfar, es claro que sí podía exportar los medicamentos a precios mucho menores, en comparación a los que hay en el mercado colombiano. Sin embargo, la DIAN insiste en que esa estrategia no es otra cosa que una manera de bajar el monto de los impuestos que debió pagar la farmacéutica en 2015. Así las cosas, todo está en manos del Tribunal del Cauca, quien determinará en primera instancia si la enorme farmacéutica le intentó hacer conejo al Estado con más de $36.000 millones o si, por el contrario, la DIAN fue arbitraria en su procedimiento.
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Por David Escobar Moreno
