Más de mil kilogramos de clorhidrato de cocaína, que tenían como destino Bélgica, fueron decomisados por la Armada en una operación que tuvo el apoyo de la Fiscalía y la Fuerza Aérea. Según la investigación de las autoridades, la base de la droga iba a ser movilizada a través de una nueva modalidad de narcotráfico en el mar, más sofisticada y organizada. En diálogo con El Espectador, el capitán de navío, Carlos Rodríguez Espinoza, explicó que se trata de una manera de traficar droga que hasta ahora no tenía registro en la Armada.
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De acuerdo con las pesquisas, los narcos utilizan buques mercantes, con capacidad para transportar cientos de toneladas de bienes en contenedores de metal, a diferentes puertos en Europa y Estados Unidos. Para llevar la droga hasta estas embarcaciones, los delincuentes utilizan, según la Armada, lanchas pequeñas y rápidas, trajes especiales que suelen usar los buzos y solo navegan en la noche. La maniobra para cargar la droga, explicaron fuentes a este diario, se realiza por la popa por donde es más fácil el acceso al navío.
“Es la parte más fácil de abordar, utilizan ganchos y sogas para engancharlos desde la lancha y logran embarcarse en la motonave y de allí pasan el material el cual dejan en los contenedores”, afirmó el capitán Rodríguez, quien agregó que en la operación para incautar la droga fueron capturados 15 colombianos quienes vestían los trajes especiales. Las autoridades, al revisar el buque, encontraron 38 tulas que contenían 1.144 kilogramos de clorhidrato de cocaína. La droga incautada, señaló la Armada, pertenecía al Clan del Golfo.
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Según las autoridades, el valor del cargamento de base de coca puede ser alcanzar un valor de hasta $66 millones de dólares en el mercado europeo. Además de la participación de agentes colombianos en esta operación, el programa Sea Port Cooperation (Seacop) de la Unión Europea también participó en ella. Finalizando el primer semestre de 2018, la Armada ha incautado más de 40 toneladas de clorhidrato de cocaína en el caribe.