Con tres años en funcionamiento y más de 13.000 personas sometidas a su autoridad, en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) hay preocupación por que algunos excombatientes de las Farc, miembros de la Fuerza Pública y otros actores parecen no entender la lógica de la justicia transicional. Por eso, la Sección de Apelación de la propia JEP ordenó desde 2019 crear un programa de formación: Justicia Espacio de Verdad: Asesoría para la comparecencia exitosa y en igualdad de condiciones. En él, quienes se sometan a esta justicia especial puedan, tanto entender los trámites y lo que se espera de ellos, como aprehender herramientas psicológicas para, por ejemplo, enfrentar una audiencia en la que tengan que reconocer sus crímenes ante las víctimas.
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La vicepresidenta de la JEP, Alexandra Sandoval, le explicó así a El Espectador el origen de esta iniciativa: “la Sección de Apelación, que es nuestro órgano de cierre, en una acción de tutela fallada en 2019, dio la orden a la Secretaría Ejecutiva de crear un programa de pedagogía”. La tutela la interpuso un tercero involucrado en el reclutamiento de personas que terminaron asesinadas como falsos positivos. El hombre le pidió a la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas, en más de una ocasión, que le dieran beneficios como la libertad. Y la sala de la JEP le contestaba que debía presentar aportes extraordinarios de verdad para lograr, por ejemplo, que lo dejaran en libertad.
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“El compareciente no entendía qué le pedían”, explicó Sandoval. Él, entonces, interpuso su tutela y el caso llegó a la Sección de Apelación, donde concluyeron, según la vicepresidenta de la JEP: “En primer lugar, que el compareciente realmente no entendía bien qué tiene que venir a hacer a la JEP y por qué su aporte de verdad es tan importante. Segundo, que él y todos los comparecientes deben entender que esta es una justicia distinta. Por ejemplo, este compareciente ya había sido condenado en su momento, y, como ocurre con muchos, vino a presentar recursos, a alegar que no se podía autoincriminar. No entendía qué es trabajar con la centralidad de las víctimas”.
En la sentencia, entonces, la Sección de Apelación tuteló los derechos del hombre, ordenó que se le brindara asesoría, y a su vez declaró: “La justicia transicional no podrá cumplir su misión si se resigna simplemente a informar sobre los mecanismos que administra, dar cuenta descriptiva de los requerimientos de cada beneficio o activar consecuencias frente a quienes adopten ante ella una actitud defensiva”. En palabras de la magistrada Sandoval, “dijo que necesitábamos un programa que realmente logre hacer entender a los comparecientes no solamente la técnica de cómo funcionamos, sino también la parte emocional para prepararlos y que puedan enfrentar el proceso, dejando atrás los estereotipos de la justicia ordinaria”.
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La Secretaría Ejecutiva de la JEP, entonces, puso en marcha la creación del programa, con apoyo de la facultad de Derecho y Ciencias Políticas y el Centro de Pensamiento y Seguimiento al diálogo de Paz de la Universidad Nacional, el cual es dirigido por el profesor Alejo Vargas. Hicieron más de 1.000 entrevistas, grupos focales y cruzaron los datos. “Ahí, por ejemplo, pudimos llegar a conclusiones como: que la mayoría de los comparecientes están en tres departamentos; también cuál era su grado de conocimiento de los trámites de la JEP y nos dimos cuenta que los comparecientes de Fuerza Pública entienden mejor los procesos, pero la manera en la que se aproximan es distinta; y, nos llamó la atención que los comparecientes sí tienen claro que el aporte de verdad es fundamental en estos procesos”, agregó Sandoval.
La magistrada recordó: “Al principio, creo que fue muy notorio, algunos defensores y defensoras no entendían que estamos en un tribunal muy distinto y llegaban bajo la lógica penal: a recusar, a tratar de que el proceso se demore, a pedir que se aplace la audiencia, que son estrategias que se utilizan en el litigio ordinario, pero que aquí no tienen mayor sentido porque esto es una justicia distinta”. Y puso de ejemplo la reciente expulsión del exsenador cordobés Musa Besaile o la inadmisión de la empresaria del chance Enilce López, La Gata, procesados ambos por vínculos con paramilitares, pero llegaron a la JEP a negar esas relaciones.
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“Es muy importante que vengan preparados y entiendan la lógica del sistema porque, si es así, muy posiblemente no reciben beneficios y eso también es algo importante de entender, que en la lógica de muchos fue difícil y es que estos beneficios que se otorgaron en el Acuerdo de Paz no son derechos”, dijo la vicepresidenta de la corporación. Y añadió: “Además, venir con una actitud litigiosa y con estas estrategias de la justicia ordinaria, a nosotros nos implica en la práctica es que los procedimientos se demoran. Si se viniese con una posición distinta, es muy posible que los procesos, como en muchos otros casos, sí fluyan y podamos llegar a resoluciones más rápido”.
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El programa comienza en octubre y los interesados, tanto excombatientes de las Farc, como militares y policías retirados, y otros exfuncionarios que ya estén en la JEP o quieran acercarse al sistema pueden inscribirse en este link. “Tenemos la meta de que, a diciembre de 2021, hayamos logrado capacitar a 700 comparecientes. El reto está en los terceros, para que no se acerquen solo con la idea de ‘de pronto allá me sacan de la cárcel’, sino que todo este andamiaje de la JEP, la Unidad de Búsqueda y la Comisión de la Verdad fuimos creados con una finalidad: y si ellos la entienden, pues las que ganan son las víctimas, el país, y ellos, a su vez, acceden a beneficios”, finalizó Sandoval.