Al almirante Francisco Hernando Cubides le quita el sueño la necesidad de paz en las regiones de Colombia y los hostigamientos de los grupos armados que cobran la vida de militares y civiles. “Son seres humanos, vidas, no solo cifras”, dice con la misma convicción con la que ha dirigido el Comando General de las Fuerzas Militares desde julio de 2024. A propósito del aniversario 74 de la institución, en conversación con El Espectador, el almirante hizo una radiografía de la presencia de grupos ilegales en el país y la acción de las fuerzas armadas. Destacó las ventajas que ha tenido la llegada del general (r) Pedro Sánchez Suárez al Ministerio de Defensa y cómo es necesario que avance la articulación con las distintas dependencias del Gobierno Nacional, para poder llevar la paz a los territorios.
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¿Cómo están las cifras de resultados operacionales con respecto al 2024?
Una vez asumí el comando de las Fuerzas Militares, hemos mantenido algo muy importante que es la ofensiva militar contra los diferentes grupos armados organizados que están haciendo presencia en el territorio nacional. Cada fuerza suma, el Ejército está actuando en el dominio terrestre, la Armada en el dominio marítimo y fluvial y la Fuerza Aeroespacial en el espacio aéreo. Cuando se suman las capacidades, se tiene una mayor efectividad en las operaciones en el marco de la conjuntez.
Hemos logrado mantener la ofensiva y este año hemos dado más de 3.800 afectaciones a los diferentes grupos armados organizados, pero también a la delincuencia común, a los famosos GDO (grupos delictivos organizados) que hacen presencia delincuencial en diferentes áreas del país y logramos un incremento del 8% en esas afectaciones. Hemos aumentado el 90% de los combates, eso significa que estamos a la ofensiva. A hoy se han dado 169 combates y es un número importante porque permite tener resultados que van sumando.
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En temas de minería ilegal hemos incrementado de reforma contundente las afectaciones a este delito que está presente en el sur de Bolívar, en el Chocó, en el Cauca; hemos logrado un 30% más de afectación a esa gran cantidad de infraestructuras que están depredando el medio ambiente. Sobre narcotráfico hemos logrado a la fecha la incautación de más de 130 toneladas de cocaína y más de 49 toneladas de marihuana. Es un trabajo que nos demanda mucha preparación, planeación e inteligencia para que cada vez logremos afectar más esos grupos armados organizados en su integridad.
En la medida en que les quitemos ese dominio del territorio, tenemos más control del mismo, los afectemos más a ellos y a las economías ilícitas que están vinculadas a ellos como el narcotráfico, la minería, el contrabando, la extorsión, vamos a reducirlos y a llevarlos a que se sienten a dialogar como el presidente quiere, en el marco de la política de paz total.
Hasta el año pasado, según cifras de las Fuerzas Militares, el Clan del Golfo era el grupo ilegal de mayor de crecimiento en el país. En este momento, ¿cómo está el mapa de los grupos armados y delincuenciales?
Respecto al Clan del Golfo, es importante aclarar que el máximo número de hombres que tienen ellos son gente que está en redes de apoyo. El año pasado tenían más o menos 7.000 hombres, había unos 2.400 en armas, el resto son redes de apoyo, especialmente muchos jóvenes que están en las calles mirando si hay presencia militar o policial, que van avisando los movimientos de las tropas. Todos los grupos igualmente tienen redes de apoyo que les proveen suministros, les llevan información y equipos. El Clan del Golfo es el que más tiene redes de apoyo en comparación con los demás. Cuando se hace el conteo semestral de la amenaza, que es un ejercicio permanente por parte de las Fuerzas Militares, la Policía y otras agencias, se ha evidenciado que ha pasado de 7.000 a casi 7.500 individuos.
Eso nos demanda seguir trabajando para afectar a los hombres en armas, pero también mirar cómo se crean estrategias a nivel social con el Gobierno. Porque, finalmente, atacar a los grupos demanda un esfuerzo armado y no armado; hay que ver cómo buscamos más opción para los jóvenes. Por ejemplo, a un joven que presta un servicio delincuencial por un millón de pesos informando sobre las tropas, hay que mirar qué hace el Estado para eso, si le da más educación, una opción de empleo, promoción social. Es un tema que nos demanda seguir trabajando.
Si uno mira los demás grupos armados, en el último conteo de 2024 había un número de 20.400 individuos. Durante este año hay un incremento a 20.900 integrantes de todos los grupos armados ilegales. Cuando uno pone la mirada en general de los grupos, tenemos que, si bien han aumentado en un 8% más o menos, como 1.500 hombres, nosotros también hemos hecho una afectación. En el balance del 2024, afectamos a la delincuencia general en más de 14.000 individuos de grupos armados organizados, delincuencia organizada y delincuencia común. Pero, de esos 14.000 que fueron en total, alrededor de 3.500 fueron afectaciones directamente a los grupos armados organizados. Si bien han crecido, nosotros también hemos afectado en un número importante y eso los reduce.
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Hoy el Clan del Golfo tiene más de 7.500 individuos, el ELN más de 6.200, las disidencias que lidera Mordisco tienen alrededor de 3.200, las que lidera Calarcá son 2.400, la Segunda Marquetalia son más de 2.100, Comuneros del Sur no son más de 250 individuos y hay una facción disidente de la de las disidencias, que es el Frente 57 y está en el sector del Valle, que no son más de 90 individuos. En este balance que hacemos tenemos que decir que, si bien son 21.900, toda la efectividad de las Fuerzas Militares y de la Policía está en contra de esos individuos. Usted dirá: “no, pero ustedes son más de 230.000 hombres en las Fuerzas Militares y 180.000 la Policía”; claro, nos corresponde seguir trabajando para que los afectemos.
Hoy en día esos grupos están actuando de forma diferente a lo que eran anteriormente. Antes estaban caracterizados, enfusilados, había grupos que caminaban por los campos y hoy en día no. Ya están dentro de la población civil, inclusive se mezclan con la población, nos atacan desde las casas. Hoy tenemos que mirar cómo exactamente hacemos las operaciones para que, de una forma muy distintiva, podamos evitar la afectación a la población civil y en esas dificultades hemos estado avanzando. Hoy no existe un grupo que quiera llegar aquí a la Casa de Nariño a tomarse el poder, hoy en día son bandas criminales dedicadas al narcotráfico y eso nos demanda esa nueva configuración, un poco asimétrica; ya no están combatiendo de tú a tú.
Nos corresponde trabajar con mucha inteligencia, conociendo cómo el enemigo está actuando, con mucha precisión, con operaciones bien planeadas, bien preparadas, con mando y control, transparentes, en el marco también de la aplicación de los derechos humanos del Derecho Internacional Humanitario. Es un esfuerzo grande, pero en medio de esas dificultades seguimos a la ofensiva y seguimos dando resultados como ustedes han visto en los últimos días.
En esta reconfiguración que usted menciona del funcionamiento de los grupos al margen de la ley, ¿qué tanta incidencia ha tenido en grupos como las disidencias de las Farc y el ELN el modelo que tiene el Clan del Golfo de fortalecer más las redes de apoyo que los hombres formalmente en filas y armas?
Cada grupo tiene diferentes orígenes. Recordemos que el GAO-R (disidencias de las Farc) fueron individuos que no se han acogido a la paz que se firmó en el 2016. Hubo otro grupo que sí la firmó, que se acogió a lo que en ese momento se definió en ese proceso de paz, pero luego se separó, que es la Segunda Marquetalia. Son dos grupos que tienen origen en las Farc. El ELN hace muchos años está buscando la toma del poder, tienen un concepto diferente de lo que tuvieron las Farc. El ELN, junto con las disidencias y la Segunda Marquetalia, están dedicados netamente al narcotráfico, como también siempre lo ha estado el Clan del Golfo. Comuneros del Sur es un grupo que se separa del ELN, que está en Nariño y que, junto con la Segunda Marquetalia, hace una presencia delictiva hacia el Putumayo y en este momento hay mesas de diálogo con esos dos grupos, pero no hay cese al fuego.
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Con las disidencias que lidera Calarcá hay un cese al fuego que está vigente hasta 15 de abril y el Gobierno tendrá que mirar si lo posterga o no, toda vez de que ese grupo, si bien está en el cese al fuego, se mantiene delinquiendo en temas de narcotráfico, reclutamiento de niños, niñas y adolescentes, se sigue expandiendo en el territorio, desdoblando sus estructuras. Cada uno es diferente, pero en el marco de lo que el señor presidente definió en la paz total, nos corresponde seguir trabajando para que cada grupo sea afectado, logremos más control del territorio y, sobre todo, proteger a la población civil, que es la que espera una acción contundente por parte de sus Fuerzas Militares y la Policía Nacional.
Recientemente, hubo un anuncio sobre la compra de aviones suecos para fortalecer a la Fuerza Aeroespacial Colombiana, pero varios helicópteros siguen en tierra, el año pasado la Procuraduría le puso el ojo al mantenimiento de los helicópteros rusos y algunos submarinos están para reemplazo. ¿Cómo están las capacidades hoy de las Fuerzas Militares?
Hay un reto permanente que es el sostenimiento y mejoramiento de las capacidades de las Fuerzas Militares. Es una tarea de las fuerzas armadas de todos los países, porque un país debe tener capacidades para la defensa. En el caso nuestro son de uso dual, son para la seguridad. Por ejemplo, una fragata que está diseñada para la defensa de los marinos, también actúa en temas de interdicción; un avión como los Kfir de la Fuerza Aeroespacial actúa para temas de defensa y también para atacar grupos armados organizados en operaciones estratégicas. Siempre estamos buscando cómo mejorar las capacidades y eso requiere de presupuesto, planeamiento y voluntad política para que las Fuerzas Militares tengan buenas capacidades.
En ese sentido, tenemos un proyecto que se definió en el pasado gobierno, que contempla las necesidades de cada fuerza al futuro y se planteó hasta 2032 un plan de mejoramiento de capacidades. Demanda primero de un Conpes (Consejo Nacional de Política Económica y Social) donde se diseña ese plan de mejoramiento de capacidades, pero también un Confis (Consejo Superior de Política Fiscal), en el que se define el dinero.
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En esa configuración de mejoramiento de capacidades están los aviones para la Fuerza Aeroespacial. Para la Armada se definió la construcción de la primera fragata, que ya comenzó; la construcción de otra OPV, que es una unidad patrullera de mar abierto de gran capacidad, esta es la cuarta que hace Colombia, y hay buques logísticos. Para el Ejército es la adquisición de vehículos blindados y más capacidades de defensa.
Es un plan que va avanzando, que esperamos se consolide, y se va ajustando de acuerdo a las capacidades presupuestales del país, para que eso quedo en el Conpes se defina en el Confis y haya presupuesto a futuro. Celebro esta decisión del Gobierno Nacional de la compra de esos aviones, porque permite tener una superioridad aérea que le suma a las capacidades de las Fuerzas Militares. Esas capacidades que hoy se van a mejorar y las que tenemos nos permitirán tener una defensa muy efectiva en el marco de lo que dice la Constitución: defender la soberanía, la integridad del territorio y la independencia de nuestro país.
¿Qué tal ha estado la conversación con el nuevo ministro de Defensa y con el presidente Gustavo Petro? ¿Cómo ha sido equilibrar las obligaciones de las Fuerzas Militares y la política de paz total del Gobierno Nacional?
Siempre hay una permanente comunicación entre el presidente, el ministro de Defensa y las Fuerzas Militares. Todas las semanas tenemos un consejo de seguridad y paz, hay una muy respetuosa, pero sobre todo, cordial relación. Es un espacio en el que se hablan temas importantes y de muy alto nivel. Allá se requiere que llevemos análisis para que el señor presidente tome las mejores decisiones. Lo hacíamos con el ministro Velásquez, ahora lo hacemos igualmente con el ministro Sánchez, que tiene un origen militar, conoce muy bien a las Fuerzas Militares, la amenaza y el territorio.
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Nos sentimos muy cómodos con el nuevo ministro y eso nos ha permitido tener una comunicación mucho más fluida con el presidente para tomar mejores decisiones. La gran ventaja que tenemos con el ministro de Defensa es que cuando se tocan temas de seguridad y defensa se fluye mucho más rápido, porque él viene de ser un oficial muy distinguido de fuerzas especiales, de la Fuerza Aérea, fue comandante del Comando Conjunto de Operaciones Especiales, hasta hace poco estuvo al frente de operaciones importantes en contra de cabecillas. Es una ventaja hoy en día tener un ministro que conoce, hay una comunicación permanente, fluida y transparente en el tema de seguridad y defensa con el presidente.
El exministro Velásquez hablaba de problemas de articulación en casos como el del Cauca y El Plateado, por la diferencia en los tiempos y ritmos de trabajo de las Fuerzas Militares y de las otras instituciones del Gobierno que deben llegar al territorio con presencia integral, ¿qué tan complejo ha sido eso?
Eso está muy claro desde hace tiempo: la respuesta militar es inmediata. Requiere de planeamiento, preparación, ejecución de la operación, pero llegamos rápidamente al territorio. Lo que pasa es que los tiempos administrativos a nivel entidades del Estado son más lentos. Cuando se define una necesidad, se tiene que abrir la licitación, hay unas fases precontractuales y contractuales que demandan tiempos. También se requieren estudios técnicos, financieros y jurídicos; eso ralentiza la respuesta.
Lo que se busca, por ejemplo, en el marco del decreto de conmoción interior para el Catatumbo, es que precisamente eso se haga mucho más rápido para que las necesidades de esas comunidades sean suplidas de forma mucho más ágil. Mientras tanto, nosotros nos mantenemos en el territorio, estamos adelantando permanentes operaciones militares. No solamente en el Catatumbo, también en Arauca, el sur de Bolívar, el nordeste antioqueño, Chocó, Cauca, Valle, Nariño, el suroriente del país.
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Todas las capacidades de las Fuerzas Militares están puestas para mantener el control del territorio, seguir afectando a los grupos armados organizados, siempre protegiendo a la población civil, en un trabajo articulado con el Estado para que con esa capacidad, 70% del Estado y 30% de las Fuerzas Militares, logremos transformar el territorio.
Finalmente, la paz es la transformación del territorio para que la gente deje a un lado la ilegalidad, se adhiera a nuevas posibilidades, y eso demanda un trabajo articulado entre las Fuerzas Militares y el Estado para que, en el marco de la concertación unificada, logremos llegar allá y dar una mejor condición de bienestar y vida para los colombianos.
Por estos días se está celebrando el aniversario 74 del Comando General de las Fuerzas Militares. ¿Cuál es la importancia que tiene para la defensa y seguridad de la nación, sobre todo en este momento de complejidades en varios sitios del país?
El Comando General de las Fuerzas Militares es una instancia superior a las tres fuerzas: al Ejército, a la Armada Nacional y a la Fuerza Aeroespacial. La creación de esta instancia ha permitido tener una cohesión de las fuerzas, integrarlas y articular las capacidades. Cuando uno mira los temas de estrategia, existen tres niveles: la estrategia nacional, que la maneja el presidente; la estrategia militar general, que la maneja el comandante general; y la estrategia militar operacional, que la manejan los comandantes de cada fuerza.
Esa instancia es muy importante porque es una máxima autoridad que articula los recursos de las fuerzas y planea la defensa del país con las capacidades de cada fuerza militar. Nos permite tener un nivel de máxima cohesión, de máxima planeación, de cómo planear la interoperabilidad para dar resultados en lo que nos corresponde desde el punto de vista de la Constitución.
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El artículo 217 nos dice que hay unas fuerzas militares que son las responsables de garantizar, defender la soberanía, la independencia, la integridad del territorio, entre otras cosas. Es importante esa instancia para poder mirar desde arriba cómo se planea especialmente la defensa y cómo se apoya en temas de seguridad a las demás autoridades, como la Policía o las autoridades locales.
Ya para terminar, señor almirante, hoy, con más de siete décadas de historia del Comando General, ¿cuál es el mensaje que las Fuerzas Militares le quieren entregar al país, especialmente en momentos de tanta complejidad e incertidumbre para muchas comunidades?
Yo tengo que agradecerle a los más de 230.000 hombres y mujeres que están dando todo de sí por esta patria, soldados, marinos y aviadores que han decidido servir. El ministro de Defensa tiene una frase que a mí me gusta también mencionarles: “No existiría patria si no hubiese soldados que la defendieran”; y aquí hay soldados que la están defendiendo. El mensaje a los colombianos es que confíen en sus Fuerzas Militares. Hoy en día somos las instituciones más sólidas de todo el Estado, respetuosas de la democracia, de la Constitución y de las leyes. Estamos para defender la patria, hay un compromiso de dar la vida por la patria. Mantenemos la firmeza para seguir trabajando con todas las demás entidades del Estado, de forma muy cercana con los gobernadores y alcaldes, hay una comunicación permanente a nivel regional y local.
Pero, sobre todo, hay un compromiso para trabajar de forma conjunta entre las Fuerzas Militares, sumando capacidades de nuestro Ejército, Armada, Fuerza Aeroespacial, muy de la mano con la Policía Nacional, hay una excelente coordinación con la Policía. Y siempre en apoyo a los alcaldes y gobernadores que requieren adelantar sus programas de gobierno para llevar mejores condiciones a sus pobladores. Es un mensaje de compromiso, estamos trabajando de forma firme para lograr que los planes del Gobierno se cumplan, trabajando por la paz que el presidente quiere.
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Las fuerzas armadas siempre han sido respetuosas de las políticas de paz que cada Gobierno ha definido, así lo hemos hecho siempre y aquí seguiremos trabajando para que ojalá, muy pronto, tengamos un país en mejores condiciones de tranquilidad, desarrollo social, con mejores condiciones económicas. Un país mucho más fructífero, con futuro para nuestros hijos. Aprovecho por agradecerles su espacio para que nos ayuden a comunicar ese mensaje de compromiso y de entrega que tenemos los soldados, marinos y aviadores para seguir adelantando nuestras labores.
Hemos definido una campaña que se denomina “Con la fuerza de nuestras fuerzas”; es un mensaje que estamos mandando a los colombianos de que la suma de las capacidades de nuestro Ejército, Armada y Fuerza Aeroespacial están al servicio de los colombianos. La suma de ese esfuerzo, de corazones, mentes y manos laboriosas de los hombres que hacemos parte de las Fuerzas Militares, es para trabajar siempre a favor de la seguridad y bienestar de los colombianos.
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