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El 12 de octubre de 2024 entraron al corregimiento de El Plateado, en Argelia (Cauca), 1.277 soldados y 19 vehículos blindados que buscaban recuperar el control estatal sobre la región del cañón del Micay. Casi cuatro meses después, durante el tenso consejo de ministros del 4 de febrero de 2025, Gobierno Nacional aceptó que está fracasando en su intento de entrar a la zona.
Durante la reunión, que duró cerca de seis horas y fue transmitida por primera vez en televisión, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, dijo que no es posible quedarse de forma indefinida en esa región, en tanto no haya una presencia real del Gobierno, que permita recuperar la confianza en la institucionalidad.
“No se ha entrado al Plateado porque no ha habido una decisión articulada del Gobierno”, dijo el ministro Velásquez. Agregó que tanto su cartera como las Fuerzas Militares y la Policía Nacional han sido insistentes en mostrarle al Ejecutivo la necesidad de acciones articuladas que permitan una acción real en el territorio.
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La declaración del ministro Velásquez se dio como respuesta a un comentario del presidente Gustavo Petro en el que hizo alusión a un supuesto sabotaje causado por la inacción de la cartera de Defensa. Y, renglón seguido, defendió la gestión de Daniela Gómez, exviceministra de Defensa, durante la toma de El Plateado. Dijo que la exfuncionaria hizo intentos por lograr la articulación en la que ha fallado el Gobierno Nacional.
“Desde el ministerio de Defensa se ha insistido en eso, esa exviceministra insistió también en eso, tuvo muchas reuniones. Aquí hemos tenido grandes dificultades. En una ocasión Laura Sarabia, que era del Dapre, estuvo tratando de articular; se señaló entonces que Felipe Tascón debía ser quien coordinara, no se logró la coordinación. Después buscamos que Planeación hiciera la coordinación, no se ha logrado”, dijo Velásquez.
Tras la intervención del ministro de Defensa, el presidente Petro aseguró que “no se puede esperar un plan” en el que se articule todo el Gobierno Nacional, como lo han pedido los ministerios. “Bolivarianamente, cada ministerio entre y lo haga ya. Porque si tiene una mirada territorial, su propia competencia la ejecuta, y a la postre vamos haciendo lo mismo que si hubiera una reunión”, respondió Petro.
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Los problemas de la toma de El Plateado
Desde que inició la Operación Perseo, la estrategia para recobrar el control del cañón del Micay, tomado por los grupos armados, se planteó que sería una “acción unificada del Gobierno”. Así lo dijo el ministro Velásquez en el último consejo de ministros. Pero el mismo alto funcionario agregó que en la región no se ha logrado una presencia integral del Estado.
El Plateado es una región clave para las economías ilícitas de los grupos armados, especialmente el negocio de la coca. Desde hace años las disidencias del Estado Mayor Central (EMC), al mando de alias Iván Mordisco, controlan esa región. Ese lugar, conocido como el “cinturón cocalero del Cauca”, tiene el 75% de las 26.000 hectáreas del departamento sembradas con cultivos de hoja de coca.
La intervención inicial en El Plateado dejó un saldo de 17 civiles y 1.200 personas desplazadas, un soldado muerto y nueve heridos, 17 ataques con drones y seis hostigamientos, según datos del Comité Territorial de Justicia Transicional de Argelia y las Fuerzas Militares.
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En los meses que han transcurrido tras el inicio de la operación, las Fuerzas Militares han informado sobre logros en materia de seguridad, como la destrucción de 379 artefactos explosivos y 46 minas antipersona. El Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre), informó en su momento a El Espectador que ya se habían desembolsado recursos del Fondo Colombia en Paz para la ejecución de 51 proyectos de desarrollo en la región. Sin embargo, líderes de El Plateado también aseguraron que los resultados de esas inversiones aún no son evidentes.
La guerra se agudiza
Solo un par de días después del inicio de la Operación Perseo, el 8 de noviembre de 2024, una motocicleta bomba estalló en El Plateado y cobró la vida de un soldado. Otro artefacto similar fue detonado el pasado 23 de enero en el municipio de Argelia, dejando un saldo de tres civiles y dos militares heridos.
Luego, el 27 del mismo mes, las autoridades confirmaron la muerte de Óscar Eduardo Sandoval, conocido como alias El Mocho o Andrés Patiño, líder de las disidencias de las Farc en el corregimiento de El Plateado.
El hombre se movilizaba en un vehículo cargado con explosivos, junto a otro líder del Bloque Occidental Jacobo Arenas, conocido como alias Paisa Marrano, y dos integrantes más de esa estructura armada. El objetivo era detonar la carga explosiva contra el batallón militar de El Estrecho, en zona rural del municipio de Patía, pero esta explotó accidentalmente en el trayecto.
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En la madrugada del día siguiente un carro bomba ubicado en el casco urbano de El Plateado explotó mientas la comunidad celebraba el cierre de sus fiestas locales. Al menos seis personas resultaron heridas y 15 viviendas tuvieron daños graves por el impacto de la detonación.
La situación se recrudeció en la mañana del 30 de enero, cuando se presentaron enfrentamientos entre disidencias de las Farc y tropas del Ejército Nacional. En la tarde de ese mismo día, cuando funcionarios de la Defensoría del Pueblo, la personería y la administración municipal de Argelia adelantaban un censo de las personas afectadas por la explosión del carro bomba en la madrugada del martes, las disidencias lanzaron explosivos con drones sobre el parque de El Plateado. En el hecho murieron dos civiles.
El hecho más reciente fue el pasado 3 de febrero, cuando integrantes del Frente Manuel Vásquez Castaño del Ejército de Liberación Nacional (ELN) activaron un campo sembrado con minas en el municipio de Mercaderes, dejando a un suboficial y dos soldados heridos. La lista de hechos es larga; el propio Gobierno ya reconoció que se ha quedado corto en su estrategia y la escalada de violencia continúa.
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