Luego de cuatro años y cinco meses desde que el expediente de Álvaro Uribe Vélez aterrizó en la Fiscalía, arrancó formalmente el juicio en su contra por los delitos de soborno y fraude procesal. A las 4:40 de la tarde de este lunes 10 de febrero, el ente investigador llamó al estrado a su primer testigo: el senador Iván Cepeda. El congresista, quien está acreditado como víctima en el expediente, se sentó a responder las preguntas de la Fiscalía, luego de que la jueza Sandra Liliana Heredia, quien lleva el caso hace casi un año, negara de tajo una recusación en su contra que fue presentada por la defensa del exjefe de Estado. Jaime Granados, abogado titular del líder del Centro Democrático, buscó apartar a la togada del proceso, pues la tildó durante más de dos horas de no ser “imparcial” y de violar los derechos a un debido proceso y a la inocencia de Uribe.
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La cita estaba programada para las 8:30 de la mañana y, desde muy temprano, a las afueras del Complejo Judicial de Paloquemao en Bogotá, decenas de personas se reunieron para manifestar su apoyo al primer ocupante de la Casa de Nariño en enfrentar un juicio penal. “Uribe inocente”, rezaban algunas de las carteleras que sostenían, con banderas de Colombia, ciudadanos y algunos miembros del Centro Democrático, que también asistieron a los juzgados capitalinos: los senadores Miguel Uribe y Paola Holguín y los representantes a la Cámara, Andrés Forero y Christian Garcés, por mencionar algunos. Aunque al lado de los legisladores había una multitud de seguidores esperando la llegada del expresidente, el procesado llegó por la parte de atrás.
La audiencia la citó el Juzgado 44 Penal de Bogotá y, por primera vez en este ya largo expediente judicial, el exsenador pisó ese complejo judicial en Bogotá, pues todas las audiencias previas al juicio las atendió desde su casa. Una vez adentro, la diligencia comenzó sin mayores retrasos, en una escena que para muchos parecía imposible de ver: Cepeda y Uribe sentados frente a frente, el primero del lado de las víctimas, y el segundo, desde el banquillo de los acusados, acompañado de varios miembros de su equipo de defensa. Con esa imagen, Granados comenzó a exponer su teoría del caso, pues la Fiscalía hizo lo propio durante la instalación del juicio el pasado 6 de febrero.
Al comienzo de la diligencia y de manera virtual, Granados lanzó una frase que será la base de su argumentación para intentar demostrar la inocencia de su defendido: “Lo que ha hecho la Fiscalía es tergiversar los hechos”, apuntó. El jurista dijo, con toda seguridad, que no hay una sola prueba que demuestre que Diego Cadena, antiguo abogado del exjefe de Estado, ofreció dádivas para convencer a exparamilitares de que hablaran o guardaran silencio en favor de Uribe en procesos por sus presuntos vínculos con grupos paramilitares. No obstante, Cadena enfrenta un juicio penal por presunta manipulación de testigos y hasta le fue retirada su tarjeta profesional. Aun así, según Granados, Uribe nunca le dio la orden al abogado para que ofreciera beneficios.
En su teoría del caso, el abogado Granados también se refirió a varios nombres que hacen parte del expediente, como el testigo estrella del caso, el exparamilitar Juan Guillermo Monsalve. “Vamos a mostrar al verdadero Monsalve, que no es testigo de nada contra Álvaro Uribe (...) Vamos también a probar la verdadera historia de esa reunión del 22 de febrero de 2018 entre Cadena y Monsalve y que no es cierto que esa visita (a la cárcel) fuera encomendada por Uribe al abogado Cadena”. En pocas palabras, el defensor señaló que esos encuentros entre el entonces abogado del expresidente y el testigo en la cárcel La Picota no tenían un interés particular, más allá de que se retractara de haber relacionado al exmandatario con paramilitares.
Luego de hablar del testigo estrella, y de otros nombres importantes en el expediente, como el de Juan Carlos Sierra, alias El Tuso, Granados puso punto final a su intervención para reiterar que todo el proceso es una persecución contra Uribe, que nunca determinó a nadie para que se engañara a la administración de justicia y que el expresidente enfrenta este proceso “por defender el honor con la verdad”. Luego, el juzgado, para sorpresa de muchos, abrió el micrófono del expresidente, pues él mismo se encargó de hacer la intervención de su defensa material. “No soborné ni mandé sobornar testigos. No engañé a la justicia. Probaremos que hubo un juicio político en mi contra”, inició el exmandatario.
Durante su hora de participación, Uribe tuvo tiempo para recordar que no conoce a Monsalve, que no envió a nadie a las cárceles para sobornar testigos, que hubo manipulación de algunas pruebas -como las grabaciones entre Monsalve y Cadena- y que, incluso, solo conoció a un paramilitar en su vida: Salvatore Mancuso. La jornada se intensificó con el anuncio de Jaime Granados, quien le pidió a la jueza Heredia apartarse del caso, pues, en sus palabras, “no ha sido imparcial”. Según la recusación, la togada ya tomó decisiones que han afectado los derechos del exjefe de Estado y “ha asumido y exteriorizado una conducta sistemática de vulneración de garantías de la defensa”, poniendo en duda la parcialidad de la jueza.
La togada respondió a los señalamientos del defensor: “El único interés que me asiste en este caso es impartir una pronta y cumplida administración de justicia”, dijo antes de rechazar la recusación. La jueza Heredia agregó que en los 30 años que lleva ejerciendo cargos en la Rama Judicial, nunca ha sido señalada de tener interés particular en alguno de los procesos que ha tenido en su despacho, y mucho menos de ser parcial frente a los expedientes. Para negar la solicitud, Heredia explicó que Jaime Granados no argumentó de forma correcta la petición de apartarla del caso, por lo que no “queda otra alternativa diferente a la de rechazarla de plano”. Esa determinación la apoyó la Fiscalía y la defensa de las víctimas.
Con esa decisión en firme, a las 4:40 de la tarde, y luego de que Uribe abandonara el complejo de Paloquemao, la Fiscalía llamó al estrado al senador Iván Cepeda, el primer testigo del caso. El legislador del Pacto Histórico arrancó diciendo que sus visitas a las cárceles siempre se hicieron bajo la aprobación del Congreso y jamás hizo ofrecimientos a los reclusos. Mencionó que habló con el exparamilitar Pablo Hernán Sierra sobre la conformación del Bloque Metro y recordó que Juan Guillermo Monsalve también quiso hablar con él sobre lo que sabe de la creación de grupos paramilitares en la hacienda Guacharacas. Así, en punta, terminó la declaración del congresista, pues la defensa de Uribe pidió aplazar el testimonio para este 11 de febrero. La audiencia se reanudará a las 8:30 de la mañana.
*Nota de la editora: el gancho de este artículo fue corregido, pues sugería que la recusación en contra de la jueza fue por ser “imparcial”, cuando la solicitud de la defensa del exmandatario se hizo argumentando que la togada estaba actuando de forma “parcializada”.
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Por Santiago Díaz Gamboa
