Hace una semana y fuera de los reflectores de los medios de comunicación inició el juicio contra Hernando Sánchez, considerado como el esmeraldero más prospero en Colombia y sucesor de Víctor Carranza. El empresario, que era muy cercano al zar esmeraldero, es acusado por parte de la Fiscalía de invadir, en 2016, una extensa finca en zona rural de Villavicencio junto a hombres armados. Según el expediente contra el esmeraldero, entró junto a varios hombres armados al terreno que, aparentemente, habría adquirido de manera irregular, a través de una compra simulada.
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El ente investigador no solo procesa al esmeraldero Sánchez. Junto a él son enjuiciadas tres mujeres integrantes de una misma familia: Erminda Parrado Gutiérrez, Consuelo Gutiérrez Carrillo y Ángela Agudelo Gutiérrez, quienes le habrían vendido un sector de la hacienda a Sánchez. Sin embargo, lo que dice la Fiscalía es que estas tierras estaban bajo custodia y administradas por otro integrante de la familia: Rafael Augusto Gutiérrez, y por ende, no podían ser vendidas. Precisamente, este y su hija; Olga Lucía Gutiérrez, fueron los primeros testigos que declararon en el juicio contra Sánchez.
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El Espectador conoció estos dos testimonios en los que padre e hija describen como Sánchez, presuntamente, entró de manera violenta a la hacienda Túnez de 241 hectáreas ubicada a unos minutos de la capital del Meta. Durante cerca de dos horas la fiscal del caso y los abogados de la defensa le hicieron preguntas a los testigos, quienes coinciden que hombres armados, aparentemente los escoltas de Sánchez, entraron en tres camionetas y motos a la finca de la familia Gutiérrez. Aseguraron también que Sánchez estuvo a punto de agredir a Rafael Augusto Gutiérrez, quien posteriormente denunció los hechos.
El testimonio de Olga Lucía Gutiérrez
La mujer señaló que en la mañana del 31 de enero de 2016 llegaron varias personas armadas en camionetas Toyota Gris junto a las tres mujeres Gutiérrez procesadas. Un señor de apellido Pérez, señaló la testigo, se acercó previamente a la llegada de Sánchez y los hombres armados para advertirle que venían “para que le entregara, que el jefe (Hernando Sánchez) de él había comprado (...) Mi papá le dijo que él no podía nada si no era por la orden de un juez y que eso ya lo sabían”.
Una vez Sánchez y los hombres entran a la finca, relató la testigo, Consuelo Gutiérrez aseguró que venía entregar su parte del terreno vendido a Sánchez, a lo cual la testigo afirmó que “Señalara que era lo que iba a entregar porque esa finca es una propiedad que pertenecía a varios integrantes de la familia Gutiérrez”. La testigo señaló que en un principio Sánchez saludó a su padre, pero que posteriormente lo arrinconó en un caney de la finca y le lanzó una silla Rimax y le preguntó, gritando, que si lo iba a robar lo que era de él.
“¿Cómo ahí uno no interviene? Y más cuándo llega una mano de gente ahí armada. Mi papá, además, es un adulto mayor. Uno daba un paso y esa gente era detrás de uno (...) Estas personas nunca mostraron algún documento, alguna prueba donde se les autorizara ingresar a la propiedad. Ellos también entraron a hacer ocupación de la casa, nos sacaron todo. En ese momento uno se siente muy intimidado, sin embargo, en el momento que el señor (Hernando) Sánchez empuja a mi padre yo le pregunto a mi tía Consuelo (Gutiérrez) que con qué clase de gente se estaba relacionando”, señaló la testigo.
La declarante Olga Lucía Gutiérrez señaló que fue su propia tía la que intervino para evitar que el esmeraldero Sánchez golpeara a su padre. Y agregó que llamaron a la Policía y que intentó grabar con su celular, pero que Sánchez le dio la orden a los hombres armados, aparentemente sus escoltas, de romper cualquier dispositivo que fuera usado para grabar. “Mi papá dijo en ese momento que los dejáramos porque el temor más grande es que esas personas nos hicieran daño, nos mataran, entonces organizamos todo para salir de la finca”, aseguró la testigo.
Olga Gutiérrez señaló que luego tuvieron que refugiarse en una iglesia cercana y que el cura les dijo que no se podían dejar sacar porque ellos eran dueños. “Ahí llamamos a la Policía, la cual luego nos escoltó para volver a la finca. Cuando llegamos nos dimos cuenta de que ya habían cambiado los candados de seguridad y que todas nuestras cosas, las muebles, camas y demás, estaban arrumados (...) finalmente la Policía no pudo hacer nada y tuvimos que salir de nuevo de la finca”.
El testimonio de Rafael Augusto Gutiérrez
Además de los hechos relatados por su hija, Rafael Augusto Gutiérrez también señaló que el esmeraldero Sánchez entró a la hacienda Túnez y se refirió a él “con términos soeces. Me dijo: ‘esta mierda es mía y usted no me va a robar‘ (...) Yo le dije que me trajera el papel de un juzgado donde señalara eso y yo al otro día le entregaba todo. Donde mi hermana y mi hija no hubieran intervenido, ese señor me hubiera roto la cara. Para mí fue toda una sorpresa que esta gente (Sánchez y los hombres armados) rompieran la cerradura de la finca e ingresaran. Y luego, además, me desalojaran”.
El testigo como su hija fueron enfáticos en señalar que las tres mujeres procesadas, que son sus hermanas y una sobrina, autorizaron para que Sánchez y los hombres armados irrumpieran en la finca. “Ellas decían que le iban a entregar lo que le habían vendido al señor (Hernando) Sánchez, pero cómo le van a vender algo de lo que nunca han sido dueñas (...) somos once hermanos herederos de esa finca que era de nuestro padre y que mide aproximadamente 231 hectáreas”, señaló el testigo Rafael Gutiérrez.
Otro de los hechos que narró el testigo es que luego de un proceso policivo, en diciembre de 2018 le fue devuelta la finca, que hasta ese momento, de acuerdo al testimonio de Rafael Gutiérrez, estaba siendo habitado por el esmeraldero Sánchez. Durante el interrogatorio, los abogado de la defensa le pidieron al juez que se revisara si el testigo tenía documentos a la mano a la hora de declarar, un asunto que está prohibido a la hora de testificar. El testigo señaló que tenía unas hojas con fechas porque a raíz de todos los procesos que se han desarrollado por la disputa de esta finca, le era difícil recordarlas. Así que el juez del caso le solicitó retirarlas y continuar con la audiencia.
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La defensa
Durante esa misma audiencia, el abogado de Sánchez, solo señaló que estaría atento durante el juicio para contrainterrogar a los testigos del ente investigador. Los abogados de las demás partes, por el contrario, sí expusieron su teoría del caso y señalaron que demostrarán que ellas no cometieron ningún delito y que también aportarán testigos para controvertir la investigación. Además, aseguran que el delito no se configura porque las tres acusadas, al ser también herederas de los terrenos, no invadieron ningún terreno ajeno, como indica el delito de invasión de tierras que les fue imputado.
“Esta defensa probará que el delito de invasión se configura cuando se ingresa a propiedades ajenas. El señor denunciante (Rafael Augusto Gutiérrez) es un albacea con título de administrador y custodio de una sucesión de bienes de la familia Gutiérrez, pero únicamente del 50% de ella. Mis clientes, al igual que el denunciante, son herederas del terreno donde se habría presentado la supuesta invasión de tierras. Hay un error estructural en este caso por parte de la Fiscalía. Aquí se probará que mis clientes son inocentes”, señaló el abogado Sergio Clavijo Rangel, abogado de dos enjuiciadas de la familia Gutiérrez.
El juicio contra Sánchez, quien no asistió a la reciente audiencia, estará cerca de tres meses inactivo, ya que el juzgado a cargo tiene ocupada la agenda. Así las cosas, Sánchez y sus abogados seguirán insistiendo, como en los últimos años, en que su carrera empresarial ha sido totalmente legal y que no tiene nada que ver con los hechos relatados por los testigos presentados por la Fiscalía.