Alrededor de las 7:30 de la mañana, más de 120 docentes se vieron obligados a huir de sus viviendas por la crisis de seguridad que enfrenta la región del Catatumbo. Adriana* es una de las docentes que viajó en la caravana de 80 motos y cinco carros que salieron este 17 de enero del municipio de El Tarra (Norte de Santander). Los enfrentamientos que se vienen presentado entre las disidencias de las Farc y el Eln ya registran, según la Gobernación de Norte de Santander, más de 50 muertos; y la cantidad de desplazamientos parecen en este momento innumerables, incluyendo maestras y maestros que ahora salen de sus lugares de trabajo porque el Estado no les brindó las garantías necesarias.
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Desde hace cinco años la Defensoría venía insistiendo sobre las alertas de vulneraciones de derechos humanos en la zona del Norte de Santander. Así lo aseguró la defensora del Pueblo, Iris Marín, quien también señaló que desde el pasado noviembre se dio una alerta inminente. “Nos preocupa y nos duele mucho, todas las familias que dejamos atrás y que salieron del pueblo”, señaló Adriana, quien ahora se encuentra en el municipio de Ocaña. La maestra relató que aunque que en la “carretera rumbo a Ocaña hubo muchos retenes de grupos al margen de la ley, logramos llegar a nuestro destino a salvo”.
La violencia en el Catatumbo es generada por las disputas territoriales del Eln y disidencias Calarcá, de las Farc, por el control de las rutas de narcotráfico que atraviesan esta zona selvática, fronteriza con Venezuela. Los enfrentamientos se registran en los municipios de Teorama, Convención, La Gabarra, y Tibú. También, el Acuerdo de Paz entre Gobierno y las extintas Farc fue vulnerado en hechos recientes. La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) confirmó el pasado 16 de enero el asesinato de Jhan Carlos Carvajalino Quintero, compareciente ante ese tribunal, así como la de los firmantes Yurgen Martínez Delgado, Albeiro Díaz Franco y Pedro Rodríguez Mejía.
La noche anterior al desplazamientos, los docentes “me llamaron que ¿cómo hacían? Que querían huir. Yo les recomendé que no salieran en caravana, porque la situación estaba muy tensa, de verdad de terror” aseguró Nelson Arévalo, coordinador de la Corporación Red Departamental De Defensores De Derechos Humanos en Ocaña y Catatumbo. Arévalo les recomendó a los docentes que se presentaran ante un batallón para ser trasladados en helicópteros, pero muchos profesores “no son de la región y salen despavoridos por el temor a la guerra”. Los profesores que deciden quedarse, según el defensor de derechos humanos, es “porque nacieron en la zona y se encierran en su casa”, porque “conocen la dinámica”.
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Desplazamientos, confinamientos, masacres. Así transcurren los últimos tres días en la región del Catatumbo, en la que ahora sobrevuelan helicópteros del Ejército que transportan fuera del lugar a civiles y firmantes de paz que fueron amenazados y heridos por los grupos armados. Desde Ocaña, Adriana, juntos con otros cientos de maestros, están a la espera de las “directrices que nos brinden nuestros rectores, de acuerdo a lo que diga la Secretaria de Educación Departamental”. Igual, destaca que “no hay nada seguro. Toca esperar y confiar en que retorne la tranquilidad”, para que los niños puedan volver a ir a clases.
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