Gustavo Aníbal Giraldo Quinchía, a quien las autoridades y los guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) llaman Pablo o Pablito, estaría detrás del atentado al interior de la Escuela General Santander, que dejó un saldo de 21 personas muertas y 68 heridos. Es uno de los máximos opositores del proceso de paz entre esa guerrilla y el gobierno nacional e integrante del Comando Central (Coce) desde 2015.
Alias Pablito es señalado de tener nexos con José Aldemar Rojas Rodríguez, el conductor que ingresó en una camioneta a la escuela de la Policía a las 9:30 de la mañana con 80 kilos de pentolita. Su zona de influencia es en Arauca, departamento donde el vehículo realizó, según las autoridades, su última revisión técnico-mecánica. Según un informe de inteligencia militar, fue conocido en su momento como “uno de los terroristas que mayor influencia ha ejercido sobre las administraciones municipales y departamentales”.
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En su momento, las autoridades establecieron que Pablito comenzó como miliciano en el frente Domingo Laín, que fundó la compañía Simacota y que eventualmente lideró ambos grupos. Pero su supuesta injerencia en alcaldías y gobernaciones era un tema que trasnochaba a la Fiscalía, que en sus investigaciones concluyó que este comandante guerrillero incidía en “el desvío de grandes cantidades de dinero producto de las regalías, con destino al Eln”.
Este hombre, cuyo poderío traspasaba la frontera con Venezuela, fue quien ordenó el asesinato del obispo de Arauca, el 2 de octubre de 1989. “Determinamos el ajusticiamiento del obispo Jesús Emilio Jaramillo por delitos contra la revolución”, dijo esa guerrilla en un comunicado que divulgaron un año después del crimen. Otro de los principales objetivos de Pablito fue Julio Acosta Bernal, gobernador de Arauca entre 2004 y 2007.
En Estados Unidos tiene dos procesos. El primero es por el secuestro del estadounidense Matthew Burchell, quien era un mecánico de helicópteros que trabajaba para la empresa estadounidense Air Logistics, que a su vez le prestaba servicios a la petrolera británica BP. “El Eln es fuertemente antiamericano y los ciudadanos estadounidenses son objetivo militar”, advertía ese documento. Burchell fue secuestrado mientras iba en un taxi a su casa, en Yopal, el 13 de mayo de 1999.
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En febrero de 2000, el Eln anunció que no lo dejaría en libertad a menos que pagaran US $250.000 a cambio, dinero que luego recibió. El 5 de agosto de 1999, guerrilleros abrieron un hueco en la tierra y le apuntaron con sus fusiles, para informarle después que, una vez recobrara la libertad, tendría que pagar más dinero. Ese mismo día fue liberado.
El segundo proceso tiene que ver con el secuestro de dos periodistas del diario Los Angeles Times: el estadounidense Scott Dalton y la británica Alison Morris. El 21 de enero de 2003, mientras los reporteros viajaban por Arauca para hacer un trabajo, guerrilleros del Eln los bloquearon, les pidieron que los acompañaran, los llevaron a donde un comandante guerrillero y, apuntándoles con sus armas, los obligaron a entrevistarlo.
Diez días después, en una casa rural, llevaron a los reporteros ante Pablo y, el 1° de febrero, después de entrevistarlo, el Eln contactó al Comité Internacional de la Cruz Roja para liberarlos. Todos esos detalles aparecen consignados en las acusaciones alias Pablito, principal sospechoso de haber planeado el ataque a un grupo de militares y policías en zona rural de Güicán (Boyacá) en enero de 2015. En ese ataque, 12 uniformados murieron y dos soldados fueron secuestrados.
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Alias Pablito, quien tiene en su contra una circular roja de Interpol, fue arrestado en enero de 2008. Dos años después, sin embargo, un juez ordenó su traslado de la cárcel de Cómbita (Boyacá) a Arauca para estar en unas audiencias y allí, en la tierra donde el Eln es ley, Pablo fue rescatado y huyó hacia Venezuela.