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Petro, Trump y drogas: entre movidas políticas y cifras de la lucha contra el narcotráfico

Mientras que el mandatario estadounidense asegura que Petro le dio vía libre al narcotráfico, el jefe de Estado en Colombia y expertos apuntan a que no se dejó atrás las lucha, sino que hay un cambio estructural que no ha sido leído correctamente. Entre señalamientos de un lado y otro, las cifras muestran un panorama más aterrizado de la polémica.

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Paulina Mesa Loaiza
21 de octubre de 2025 - 01:59 a. m.
Petro, Trump y drogas: entre movidas políticas y cifras de la lucha contra el narcotráfico.
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Foto: Katerine González Clavijo
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El presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, desataron en los últimos días una ola de señalamientos alrededor de la lucha contra las drogas que tiene en el fondo aspectos como el aumento de cultivos de hoja de coca en el país. Mientras Trump señaló a Petro como “líder del narcotráfico”, por otro lado el jefe de Estado le respondió con mensajes en los que advirtió que “impulsar la paz no es ser narcotraficante”. Ambos abrieron una crisis diplomática, en menos de 24 horas, de la cual todavía no se han terminado de calcular los coletazos. Mientras se recalcula la relación entre las naciones, las cifras hasta ahora son las que sostienen un panorama más aterrizado.

El señalamiento de Trump, más allá de calificar a Petro como narcotraficante, también abrió una ventana de la perspectiva internacional sobre el país. Mientras que Trump se mantiene en que el trabajo de Colombia en la lucha contra el tráfico de drogas fracasó y que, incluso, hay una complicidad para que crezca, el presidente Petro insiste en que su gobierno tiene cifras que prueban lo contrario. Sin embargo, los números y expertos en la materia consultados por El Espectador, apuntan a que ninguno de los dos tiene la razón. Ni Petro es un narco, ni la lucha contra las drogas se detuvo en el país.

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En medio de la tormenta política entre las dos naciones, Luis Fernando Trejos, profesor de la Universidad del Norte, integrante de la Red de Estudios Sobre Drogas en América Latina, asegura que realmente hay dos opciones: que Colombia sea un narco estado o que Colombia sea un Estado víctima del narcotráfico. “Hay una declaración unilateral de un gobierno (Estados Unidos) muy importante que hace unos señalamientos sin aportar ningún tipo de evidencia. Más allá de que todos sabemos que en Colombia hay muchos cultivos y somos el primer país productor de clorhidrato de cocaína, no hay evidencia que señale que el Gobierno está involucrado en esas actividades o que haya recibido recursos del narcotráfico”, agregó.

La relación entre Trump y Petro, y sus perspectivas sobre lucha contra el tráfico de drogas, viene caldeada desde hace tiempo y ya ha tenido profundas consecuencias en la cooperación binacional. Por ejemplo, en septiembre pasado, el gobierno de Washington descertificó a Colombia por su desempeño en esa lucha, la cual calificó de insuficiente. Esa medida revivió el debate sobre los criterios usados para llevar a cabo la evaluación. “El gobierno Petro tuvo un cambio en el enfoque de la política antidrogas con respecto a sus antecesores. El gobierno no ha concentrado el grueso de la acción institucional en la erradicación o en el procesamiento. No ha volcado la acción institucional en los territorios donde hay cultivos, sino que ha puesto el énfasis en la interdicción. Eso ha abierto el debate de que se está incautando más porque se asume que estamos produciendo más”, explicó Trejos.

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Sin embargo, lo mostrado por Colombia no tuvo buena respuesta en la administración Trump. “Hay una institucionalidad que hace esfuerzos, pero que no ha logrado revertirlo. Estados Unidos ha privilegiado como indicador de la lucha contra el narcotráfico el número de hectáreas sembradas con coca. Si los gobiernos reducen las hectáreas, fumigando o erradicando de manera forzosa, se asume que se está haciendo bien la tarea, pero en este caso no ha sido así”, agregó el experto.

Para algunos investigadores, la interdicción en realidad no tiene un efecto mayor sobre el fenómeno de las drogas, sobre todo en lo relacionado con la disminución de la violencia, que ha sido una de las banderas principales de la política de Petro. Así lo explica el investigador Michael Weintraub, de la Universidad de Los Andes, en su informe “The Political and Violent Repercussions of Drug Interdiction: Evidence from Colombia’s. Cocaine Economy”. Según el académico, “en la investigación lo que encontramos es que no tiene ningún efecto. Las conclusiones principales de este trabajo es que hay una razón principal para incautar y es atacar las finanzas de los grupos criminales. Sabemos que, a pesar de que se incaute, cada vez más los cultivos de coca están disparados. La producción de cocaína está disparada. Está claro que incautar no está afectando de forma dramática a los grupos criminales”.

Sobre esta estrategia de interdicción que, en teoría, no afecta directamente a las familias cocaleras, el profesor Trejos señala que también se podría entender como una movida política. “El presidente Petro sabe que en el campesinado cocalero hay una base electoral importante y que muchas de esas comunidades cocaleras votaron por él. El presidente constituyó como un pilar central de su gobierno la paz total. Él preserva su fuerza electoral, que son los campesinos cocaleros”, señaló.

Más allá del trasfondo político, el combate contra la problemática se ha ido registrando tanto fuera como dentro del país. Por un lado, están las cifras gubernamentales que demostrarían que la perspectiva de Petro ha sido exitosa, mientras que los datos de Naciones Unidas todavía dejan dudas sobre la efectividad de lo que se está haciendo en esa política.

Las cifras del gobierno Petro para justificar su lucha contra las drogas

El pasado 17 de octubre, después de que el país fuera descertificado, el presidente Petro aseguró que las cifras que se presentaron ante Naciones Unidas no correspondían a la verdad y que, de haber mostrado los números que según él son ciertos, el resultado habría sido otro. En una de sus alocuciones, el primer mandatario sostuvo públicamente que “le servía ese dato mentiroso al gobierno de Trump para descertificarnos y decir que entonces Estados Unidos se podía inundar de cocaína, cosa que no es cierta, porque se está inundando de fentanilo”. Asimismo, el jefe de Estado presentó las cifras de un informe sobre los cultivos de hoja de coca en Colombia, con las cuales trató de defender su postura.

Los datos entregados por el presidente Petro señalan que los cultivos de hoja de coca comenzaron a frenar su crecimiento en 2021, año en el que, según el jefe de Estado, se registró un 43%; en 2022, 13%; en 2023, 9,8%, y en 2024, tan solo 3%. Dichos números los acompañó diciendo que “¿por qué dicen que es un fracaso? Si yo lo que veo es que es un éxito en relación con lo que sucedió”. De igual manera, expuso cifras sobre incautaciones de cocaína. Sus datos apuntaron a que “en 2021 crecieron 32%; decrecieron 1% en el 2022; en 2023 fueron del 13%, y en 2024, 19%”. Esos números le bastaron para asegurar que “solo en estos dos años hemos incautado la mayor cantidad de cocaína de la historia del mundo en un solo país como Colombia”.

Por el lado del Ejecutivo, quien respaldó los números del presidente Petro, fue el ministro de Defensa, Pedro Sánchez. A través de sus redes sociales, el alto funcionario aseguró que el presidente Petro “mantiene un compromiso absoluto en la lucha contra el cáncer del narcotráfico, un mal que no reconoce fronteras y que lleva violencia y muerte tanto a los países productores como a los consumidores”. En la publicación, el ministro presentó que en el actual gobierno van “2.652 toneladas de cocaína incautadas, equivalentes a más de 26.000 millones de dosis comunes que dejaron de circular en las calles, y cuyo valor estimado supera los 235.000 millones de dólares”.

Igualmente, señalan sus números, que se han destruido 17.735 laboratorios, se han erradicado 58.216 hectáreas de hoja de coca, han sido “neutralizados 11.894 integrantes de los más peligrosos carteles/grupos armados organizados (GAO)”. Además, que se han ejecutado 776 extradiciones. En 2025, se lee en el trino, se registró un “crecimiento sostenido” de toneladas de cocaína incautadas, con un 8% más, y 24% más de laboratorios destruidos, aumentó en un 12% la erradicación de hectáreas de hoja de coca. Asimismo, señaló que este año han aumentado un 20% las captura de integrantes de grupos armados, y que aumentaron un 3% las extradiciones.

Sánchez señaló que la estrategia del gobierno es “sustituir economías ilícitas por lícitas, transformar los territorios y evitar que los cultivadores se conviertan en nómadas depredadores”. El ministro de Defensa aseguró que el proyecto del gobierno para el final de 2025 es llegar a “la sustitución y erradicación de 30.000 hectáreas de coca”. El alto funcionario fue enfático al decir que esos resultados han sido posibles por la cooperación con “Estados Unidos, Brasil, Ecuador, Perú, Costa Rica, República Dominicana, Francia, España, Países Bajos, Bélgica, Reino Unido, entre otros”. En medio de la crisis diplomática, el ministro dijo que “el respeto, la serenidad y la prudencia son esenciales para encontrar soluciones sensatas y fortalecer la confianza y la cooperación entre las naciones”.

Las cifras de Naciones Unidas sobre los cultivos de coca en Colombia

El más reciente Informe Mundial sobre las Drogas publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) señaló que, hasta 2023, Colombia concentraba el 67% de los cultivos mundiales de hoja de coca y aumentó en un 53% el producto. Asimismo, señaló que aumentó la concentración de la producción de hoja de coca y la fabricación de cocaína en zonas de alto rendimiento en el país.

Las cifras más actualizadas con respecto a hectáreas de coca corresponden a finales de 2023, y en ese sentido la Unodc descubrió que los cultivos de esa planta de uso ilícito incrementaron un 6% con respecto a 2022, lo que corresponde a 376.748 hectáreas en todo el mundo. Dentro de los datos tratados por la Unodc también se explica que Colombia es el principal origen del tráfico por el mar con intensidad a Estados Unidos, México, Venezuela, Brasil y Jamaica. El Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (SIMCI) también ha recopilado información para determinar que en Colombia había en 2023 alrededor de 253.000 hectáreas de coca, un aumento del 23.000 con respecto a 2022.

La salida de droga desde Colombia representaría entre el 0,4% y el 2,8% del Producto Interno Bruto nacional. En comparación, México reporta aproximadamente el 1%. La Oficina concluye que, además, a Colombia le ingresan en promedio hasta 2,6 billones de dólares anuales por tráfico de cocaína. El único país que lo supera en ese rubro es México, que reporta hasta 4,5 billones.

De acuerdo con el informe, de 2022 a 2023, la producción de cocaína se incrementó en un 34%, alcanzando las 3.708 toneladas a nivel mundial. “El mercado de la cocaína, el de más rápido crecimiento entre las drogas ilícitas, es un campo de competencia feroz entre traficantes que genera niveles alarmantes de violencia. Aunque esta violencia ha sido durante mucho tiempo un problema en América Latina y el Caribe, ahora se está extendiendo a países de Europa Occidental”, se explica en el informe.

Para conocer más sobre justicia, seguridad y derechos humanos, visite la sección Judicial de El Espectador.

Paulina Mesa Loaiza

Por Paulina Mesa Loaiza

Periodista de la Universidad de Antioquia e ilustradora. Ha escrito en prensa y portales digitales con especial interés en justicia, conflicto, memoria y paz. Actualmente es periodista de Colombia+20.@paulina_mesalpmesa@elespectador.com
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Bueno Bueno(20426)21 de octubre de 2025 - 08:26 p. m.
Cuando estaba el marrano, y las célebres fotos con el ñeñe y éste diciendo "tenemos presidente", Trump por ahí dijo que Duque no estaba haciendo lo suficiente por la lucha contra las drogas, hasta que Rubio o alguno de esos le hizo caer en la cuenta de que era "de ellos" y no volvió a decir nada, todos sabemos que el problema ahí es otro.
Bueno Bueno(20426)21 de octubre de 2025 - 08:21 p. m.
Ese problema de EU con Petro no tiene nada que ver con el narcotráfico. Solo lo usa Trump como pretexto, cómo el matarife fue el #82 tres puestos por debajo de Escobar y no lo han acusado de nada, Ni Trump ni Rubio ni ninguno de esos tiene ni idea, y les importa una mierda, es como creer que el ejército que tienen en el Caribe es contra las drogas, solo son pretextos porque es progresista, y se les sale de control, quieren un pelele tipo marrano.
Michael Myers(apgw0)21 de octubre de 2025 - 01:28 p. m.
Un logro remarcable del borrachiste petrín, es que ahora los pescadores hacen faena en submarinos.
MARIO BERRIO(jbw8b)21 de octubre de 2025 - 06:05 a. m.
Petro debe respeto a la figura del presidente de EEUU, no lo puede llamar nazi o fascista, aparte de ser un irrespeto es una provocación. Petro no tiene derecho a insultar la dignidad de una nación.
MARIO BERRIO(jbw8b)21 de octubre de 2025 - 06:05 a. m.
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