Estos son los seis jefes del ELN que vuelven a estar bajo el radar de la Fiscalía

Los recientes enfrentamientos entre el frente 33 de las disidencias de las Farc y el Frente de Guerra Oriental del Ejército de Liberación Nacional (ELN) tienen en un punto muerto las negociaciones de paz con esa guerrilla. A la suspensión de la mesa de diálogo anunciada por el presidente Gustavo Petro se suma la reciente decisión de la Fiscalía General de la Nación de reactivar las órdenes de captura en contra de 31 voceros de ese grupo armado en la negociación.

“El incumplimiento de las condiciones para la suspensión de las órdenes de captura y, en especial, la comisión de nuevos delitos por parte de miembros del ELN, da lugar a reactivar las órdenes de captura suspendidas en su momento por solicitud del Presidente de la República”, informó el ente investigador.

Tras esta decisión, la Fiscalía dejó sin validez cuatro resoluciones de noviembre de 2022, junio y agosto de 2023, por medio de las cual la entidad había suspendido las órdenes de captura en contra de los 31 integrantes del ELN que habían sido acreditados por el Gobierno Nacional como representantes en las negociaciones de paz.

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¿Quiénes son los jefes del ELN que podrán ser capturados?

El primer líder de ese grupo armado al que ahora las autoridades buscan para capturarlo es Israel Ramírez Pineda, alias Pablo Beltrán, miembro del Comando Central (COCE) del ELN; enfrenta una creciente lista de acusaciones judiciales. Beltrán, nacido el 23 de diciembre de 1953 en San Gil (Santander), ha sido señalado como uno de los principales líderes del grupo armado y figura clave en las negociaciones de paz fallidas con el gobierno colombiano.

Entre octubre de 2016 y enero de 2019, Beltrán encabezó el equipo negociador del ELN en diálogos iniciados durante el gobierno de Juan Manuel Santos, que formalmente arrancaron en febrero de 2017 en Quito (Ecuador). Sin embargo, las negociaciones se disolvieron en enero de 2019 tras el atentado terrorista contra la Escuela de Cadetes de Policía General Santander, que dejó un saldo trágico de 22 cadetes muertos y decenas de heridos.

La Policía Internacional (Interpol) emitió una circular roja contra Beltrán, vinculándolo con este ataque. Además, enfrenta órdenes de captura por múltiples delitos graves, entre ellos extorsión, terrorismo contra infraestructura petrolera, reclutamiento ilícito, desplazamiento forzado, desaparición forzada y homicidio.

Entre las acusaciones más destacadas figura su presunta responsabilidad en el asesinato de los periodistas Julio Daniel Chaparro Hurtado y Jorge Enrique Torres Navas, ocurrido el 24 de abril de 1991 en Segovia (Antioquia). También está implicado en la masacre de Machuca, ocurrida el 18 de octubre de 1998.

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También está Nicolás Rodríguez Bautista, conocido como alias Gabino; nació el 25 de enero de 1950 en San Vicente de Chucurí (Santander). Rodríguez, quien ingresó al ELN a los 14 años, se convirtió en su máximo comandante tras la muerte de Manuel Pérez Martínez, alias El Cura, en 1998. Permaneció en ese rol hasta junio de 2021, cuando renunció por motivos de salud, siendo sucedido por Eliécer Herlinto Chamorro, alias Antonio García.

Rodríguez Bautista enfrenta un extenso historial de procesos judiciales y condenas por hechos delictivos asociados a su rol en el COCE del ELN. Entre los casos más destacados se encuentran La masacre de Machuca, en 1998. Un juez de Medellín lo condenó junto con otros miembros del COCE, entre ellos “Antonio García” y “Pablo Beltrán”, por su responsabilidad en el ataque contra un oleoducto en Antioquia. Según la Procuraduría, los líderes del COCE ordenaron acciones contra la infraestructura petrolera del país, aunque no las ejecutaran directamente.

Otro hecho fue el secuestro en la iglesia La María, en 1999. Alias Gabino fue condenado a 38 años y 5 meses de cárcel por el secuestro masivo ocurrido en esta iglesia en Cali. También se le encontró culpable de homicidio agravado, secuestro extorsivo, lesiones personales y terrorismo. La Fiscalía demostró que Rodríguez, junto a otros miembros del ELN, fue responsable de planificar y ejecutar el ataque.

Alias Gabin enfrenta 18 medidas de aseguramiento y 34 órdenes de captura por delitos como reclutamiento ilícito, homicidio, secuestro y concierto para delinquir. También se le relaciona con el atentado contra la Escuela de Cadetes General Santander.

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Otro líder que podrá ser capturado es el actual comandante del ELN, Eliécer Herlinto Chamorro Acosta, alias Antonio García, quien nació el 10 de enero de 1956 en Mocoa (Putumayo). Chamorro se unió al ELN en 1975 tras abandonar sus estudios de ingeniería en la Universidad Industrial de Santander debido a sus inclinaciones ideológicas. Como miembro del COCE y ahora máximo líder del ELN, “Antonio García” ha sido vinculado a delitos graves, incluyendo reclutamiento ilícito, secuestro, terrorismo y homicidio.

Entre los casos más relevantes destacan el homicidio del periodista José Eustorgio Colmenares Baptista. El exdirector del diario La Opinión fue asesinado el 12 de marzo de 1993, crimen atribuido al ELN por la justicia colombiana. También, alias Antonio García fue señalado por el secuestro del Vuelo 9463 de Avianca. El ELN, bajo la dirección de Chamorro, desvió un avión con 46 personas a bordo el 12 de abril de 1999, hecho que marcó un precedente en el historial de actos terroristas de la guerrilla.

Chamorro también es buscado por su participación en el secuestro de cinco periodistas y un conductor en el municipio de El Tarra (Norte de Santander). Por su presunta responsabilidad en el ataque contra la Escuela de Cadetes General Santander, la Interpol emitió una circular roja contra Chamorro.

Además, alias Antonio García acumula 31 órdenes de captura relacionadas con asesinatos en Arauca y la zona fronteriza con Venezuela, consolidándose como uno de los líderes insurgentes más buscados de Colombia.

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En la misma lista de la Fiscalía entró alias Aureliano Carbonell, quien durante más de cuatro décadas ha militado en el ELN. Su nombre de pila: Víctor Orlando Cubides. Su profesión: sociólogo de la Universidad Nacional de Colombia y profesor titular de la misma institución en su sede de la ciudad de Medellín.

En los años noventa hizo parte de los intentos de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar por firmar la paz con el gobierno de Virgilio Barco. Un proceso de negociación en el que también participó el ELN.

La Corte Suprema de Justicia lo condenó siendo reo ausente por su responsabilidad en la masacre de Machuca (Segovia, Antioquia), ocurrida en octubre de 1998. En el hecho murieron 84 personas, víctimas de la detonación de una carga de explosivos contra el oleoducto de la población.

Aureliano Carbonell, quien también responde al alias de Pablo Tejada, es considerado como uno de los intelectuales de la guerrilla del ELN. Pese a ese título dentro de las filas, en enero de 2019 la Interpol emitió circular roja en su contra, por el atentado a la Escuela de Cadetes General Santander, en Bogotá. Debe responder por los delitos de homicidio, terrorismo y lesiones.

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Bernardo Téllez, cuyo nombre real es Álvaro Montejo, también entró en la lista. Representaba al Frente de Guerra Norte del ELN en la mesa de diálogos. La misma facción del grupo armado que el 28 de octubre de 2023 violó el cese al fuego y secuestró a Luis Manuel Díaz, padre del futbolista colombiano Lucho Díaz.

Hizo parte de la comisión negociadora de paz del ELN con el gobierno de Iván Duque, un proceso que fracasó tras el atentado a la Escuela General Santander.

A sus 16 años se vinculó a una organización campesina y desde 1998 hace parte de las filas del ELN, “debido a hechos de persecución política contra algunos dirigentes que habían impulsado el Paro Costeño”, como se anota en su presentación de la Delegación de Paz.

En junio de 2023 ganó reconocimiento dentro de la mesa de negociación, por haber destrabado el pacto de cese al fuego con el gobierno, en una puja con el vicealmirante Orlando Romero, de la Delegación del Gobierno. Mismo pacto que violó al secuestrar al padre de Lucho Díaz justo antes de las elecciones regionales de ese año.

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Una de las mujeres a las que también se les reactivó la orden de captura es Consuelo Tapias. Inició en los movimientos políticos y campesinos de los años 80; pero la persecución política la llevó a entrar de lleno como militante del ELN.

Hizo parte de la construcción de las emisoras guerrilleras Patria Libre y trabajó en la “formación política e ideológica en las estructuras guerrilleras, tarea fundamental para cimentar la ética revolucionaria, los valores que caracterizan el ser ‘eleno’”, como lo describe ella misma.

En 2016 entró a la delegación del ELN que intentó negociar la paz con el entonces presidente Juan Manuel Santos. Era representante del frente Darío Ramírez Castro, que opera en el sur de Bolívar.

En el proceso de paz del gobierno actual hizo parte del Consejo Nacional de Participación. Allí se encargó de preparar un cronograma de 25 encuentros nacionales que se debían realizar para diseñar el modelo de participación de la sociedad civil en el proceso de paz.

Por su sensatez, su voz ha sido una de las de mayor influencia a la hora de ver las cartas sobre la mesa de negociación, con los tres últimos gobiernos. “Ilusos seríamos si creemos que porque Petro tiene ideas de izquierda el gobierno lo es”, le dijo Tapias a El Espectador en una entrevista de 2023.

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Con la reactivación de esas órdenes de captura, la Fiscalía vuelve a tener en el radar a los 31 líderes el ELN señalados por su participación en distintos delitos. Una decisión que no se reverseraría, a menos que la mesa de negociación se destrabe y el conflicto en regiones como el Catatumbo vuelva a desescalar.

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