El mayor dilema con esos dineros es la pérdida del valor del peso frente al dólar. Desde el pasado 5 de febrero, última fecha de incautación de una de las caletas del narcotraficante, el peso ha perdido frente a la moneda estadounidense cerca de cien pesos.
Al momento de presentarse la incautación el dólar se encontraba a 1834.96, lo que representaba para el Gobierno más de 130.282 millones de pesos. Actualmente, la divisa norteamericana tiene un valor en Colombia de 1781.79, constituyendo estos dólares en 126.507 millones de pesos.
Exactamente, se han perdido 3.775 millones de pesos que, tal como lo anunció el Gobierno, estaba destinados a la construcción de vivienda de interés social para reinsertados y desplazados.
El ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, dijo en su momento que ese dinero, una vez legalizado, serviría para llevar a cabo un plan masivo de vivienda. Así las cosas con la depreciación de la caleta, se ha perdido ya la oportunidad de construir casi un barrio completo.
Igual, esa plata hubiese servido para el pago de recompensas a quienes entreguen a los cabecillas guerrilleros y narcotraficantes. A Pablo Montoya, alias ‘Rojas' quien llevó a las autoridades a ‘Iván Ríos', le fue dada una cifra cercana a la que ya se perdió con la demora en el envío a Estados Unidos de los recursos de las caletas.
La ampliación en la cobertura de la Banca de las Oportunidades promovida por la casa de Nariño, es otro de los proyectos que se habría dando con un mejor esquema monetario, sí se contara con el dinero que fue incautado a ‘Chupeta'.
Aún así, en el Banco de la República, sin que se estén dañando o deteriorando y se comprometa la seguridad de los dólares, permanecen esos recursos. Según Carlos Albornoz, jefe de la Dirección Nacional de Estupefacientes, el mayor problema es que no se ha podido efectuar la remisión a Estados Unidos de los recursos de ‘las caletas de Chupeta'.
"Por ahora es prudente esperar a que esos recursos sean extinguidos, y luego ampararnos en una inmunidad que los países tienen con el envío de esos dineros a Estados Unidos", explicó.
Sin embargo, la premura de las autoridades colombianas se da por la devaluación del dólar frente al peso, lo que les ha obligado explorar otras alternativas que permitan utilizar de manera inmediata esos recursos que son de suma importancia.
Una de esas salidas a la problemática de la ‘plata de la caleta' es que el Banco HSBC lleve los dólares a Estados Unidos a nombre de Colombia. Aún así, por el momento es sólo una iniciativa que está siendo contemplada por la Dirección Nacional de Estupefacientes.
Otra de las opciones está encaminada a pedir a los jueces que ayuden a agilizar el proceso de Extinción de Dominio, con el fin de facilitar ese envío sin ningún inconveniente.
El problema de la legalización de esos dineros es que solamente los puede certificar el emisor de la moneda, en este caso la reserva federal de Estados Unidos.
El temor de los organismos encargados de esos recursos es que, -como sucedió anteriormente con otra caleta de un capo menor- y que fueron despachados a Estados Unidos por parte del Ministerio de Defensa, sean incautados a su arribó a ese país.
El gerente del banco de la República, José Darío Uribe, explica que su única responsabilidad frente a esos recursos es la custodia del dinero y que no puede disponer de ellos para el manejo de la política cambiara.
Recordó además que sacar dólares al mercado en este momento podría implicar una mayor caída en el precio de la divisa, lo cual devaluaría más el valor de esa caleta.
Expertos en el mercado del dólar consultados señalaron que en el corto plazo no se deslumbra una notable recuperación del precio del dólar en el merado, por lo que, sí el Gobierno quiere recuperar el valor inicial del decomiso tendría que esperar varios meses. Consideraron que lo prudente con cualquier persona que tenga dólares en este momento es guardarlos por largo plazo o venderlos cuanto antes para evitar más desvalorizaciones.
Sí todo sale bien y no se toma una determinación con prisa, Colombia tendría esos dineros y no afrontaría ningún problema jurídico por dicho traslado, pero con la gravedad de perder cada día más plata con la caída del precio del dólar.