Una vez más, la defensa del exjefe paramilitar y narcotraficante Ramiro Cuco Vanoy hace un intento por conseguir la libertad de su defendido. Desde el 24 de febrero del año pasado, los abogados de quien alguna vez fue el patrón y el terror del Bajo Cauca antioqueño presentaron ante la Corte del Distrito Sur de Florida una solicitud de “libertad por compasión” y a partir de ese momento han insistido en convencer a la Corte estadounidense de que Vanoy es un hombre enfermo, viejo y que no representa ningún peligro para la sociedad. Por eso, el pasado jueves 13 de mayo presentaron una nueva “prueba” ante el tribunal. (Lea también: Exjefe paramilitar “Cuco” Vanoy ruega en EE.UU. que lo dejen libre “por compasión”)
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Se trata de un diagnóstico médico firmado por el médico certificado en Medicina Familiar y miembro de la Academia de Medicina Familiar Raúl Tano, quien ya había revisado al exparamilitar el año pasado y, una vez más, dio cuenta de la decadente salud de Cuco Vanoy. En la carta, conocida por El Espectador, el galeno explicó que para analizar el estado de salud del paciente, tuvo que revisar 135 páginas de registros que incluían notas de la clínica penitenciaria, registros del Hospital Larkin y notas para un cirujano vascular, el Dr. W. Scott Reid.
Teniendo en cuenta esos registros que hacen parte de la historia clínica del excomendante paramilitar, el médico determinó que “el Sr. Vanoy-Ramírez es un hombre de 73 años originario de Colombia, que padece una enfermedad crónica con diabetes complicada por hipertensión, hiperlipidemia y enfermedad vascular periférica grave”. Además, Tano agregó que están bien documentados los síntomas progresivos que padece Vanoy, que le causan un dolor significativo y limitan su capacidad para caminar.
Pero eso no es todo. El galeno informó que “una consulta reciente de cirugía vascular reveló que tiene soplos carótidos bilaterales, la mayoría de las veces asociados con la obstrucción de las arterias carótidas. Una ecografía Doppler fechada el 6 de febrero de 2020 reveló una obstrucción aterosclerótica de sus arterias femorales”. Según Tanos, estos hallazgos ponen a Vanoy en un riesgo muy alto de sufrir eventos coronarios y un derrame cerebral, por lo que lo que el médico concluyó: “me preocupa la falta de intensidad de su tratamiento y debería ser considerado para una liberación temprana”.
Este parte médico fue radicado ayer jueves 13 de mayo por la defensa del excomandante paramilitar la cual le insistió a la Corte del Distrito Sur de Florida que “ordene la liberación del Sr. Vanoy de inmediato para que pueda ser devuelto a su país natal, Colombia, y busque atención médica adecuada antes de sucumbir a sus dolencias”. Pero, aunque la evidencia médica dibuja un panorama muy desalentador para el exparamilitar, los representantes de la Fiscalía estadounidense se han opuesto rotundamente a que Vanoy obtenga la libertad por compasión y se niegan a creer que sea un hombre incapaz de hacer daño. (Le puede interesar: El trazo criminal de “Cuco” Vanoy en el crimen organizado y las autodefensas)
Entonces, por un lado está la defensa del excomandante paramilitar pidiéndole al juez que tenga piedad de su cliente por su edad, su salud, los riesgos que corre expuesto a la pandemia por COVID-19, los aportes que ha hecho a la justicia estadounidense, los 12 años (de los 24 a los que fue condenado) que ya cumplió en prisión y un comportamiento ejemplar dentro del penal, para que le permita volver a ser un hombre libre. “La salud del señor Vanoy ha venido decayendo continuamente, al punto de que está atado a una silla de ruedas”, le dijeron a la Corte los abogados del exjefe paramilitar, del bufete Markos/Moss en Miami, en febrero pasado.
En la otra orilla, está la fiscalía gringa que, lejos de creer en el remordimiento de Vanoy, en enero de este año presentaron su postura ante la Corte indicando que “la moción del procesado debe rechazarse”. Explicaron que, mientras Vanoy fue jefe del bloque Mineros, nunca participó directamente de la barbarie: solo tenía que dar la instrucción. “Su argumento de que está demasiado viejo y enfermo para ser peligroso ignora la realidad de su vida, que él ordenaba a otros que mataran y destruyeran. No tenía necesidad de hacerlo él mismo. Fue líder de una de las bandas de crimen organizado más despiadadas que haya asolado al pueblo colombiano”.
Y, si bien los fiscales aceptaron que en los últimos 10 años Cuco Vanoy ha colaborado entregando información valiosa a las autoridades norteamericanas, afirman que esto no lo hace un preso ejemplar. “Los argumentos del procesado no deberían cualificarlo para ponerlo en libertad”, reiteraron. Incluso, en febrero de este año, El Espectador conoció el reporte del jefe del Grupo de Inteligencia en Colombia que cuenta con más de 16 años trabajando en temas como narcotráfico, terrorismo y lavado de activos.
En su informe, el agente de seguridad insistió en que “el argumento de Vanoy de que no genera riesgos en la sociedad porque está viejo y enfermo no tiene fundamento [...] el baño de sangre y la violencia de la que fue responsable fue cometida principalmente bajo su mando, por una organización bajo su liderazgo, no por él en persona. Si regresa a Colombia, puede retomar su camino de encabezar la violencia”. El funcionario norteamericano añadió que muchos de los excombatientes del Bloque Mineros seguían en el Bajo Cauca, ahora como integrantes de nuevos grupos criminales.
Fueron varios los argumentos expuestos por el agente de la DEA en favor de que se niegue la libertad por compasión del exjefe paramilitar, pero la conclusión del investigador es que las víctimas del Bloque Mineros y quienes se han atrevido a testificar en contra de sus miembros, correrían un grave peligro si Vanoy recobra la libertad y regresa a Colombia pues, a su juicio, este hombre sigue representando un peligro para la sociedad. En todo caso, las cartas están sobre la mesa y será la Corte del Distrito Sur de Florida la que evalúe el asunto y defina el futuro de Cuco Vanoy.