Van más de 42.000 desplazados tras una semana de enfrentamientos en el Catatumbo

Desplazados del Catatumbo en uno de los albergues de Ocaña.

Foto: EFE - Ana Inés Vega

Las cifras de la guerra en el Catatumbo siguen creciendo. La situación para los habitantes de Norte de Santander sigue siendo crítica, mientras los gobiernos regional y nacional buscan salidas a la crisis. Ahora también con la intervención de las Fuerzas Militares, que iniciarán su ofensiva en la zona para enfrentar la acción de los grupos armados.

Según el reporte más reciente del Ministerio de Defensa, ya son 40.282 las personas desplazada por cuenta de los enfrentamientos entre el frente 33 de las disidencias de las Farc y el Frente de Guerra Oriental del Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Los sitios con las cifras más altas de recepción de desplazados son Cúcuta (16.663 personas), Ocaña (10.719 personas) y Tibú (10.482 personas).

En cuanto a personas muertas en medio de los enfrentamientos, las cifras no son claras. El Ministerio de Defensa tiene la cifra más baja, con una suma de 38 personas asesinadas: 18 en Tibú, 14 en Teorama, cuatro en El Tarra, una en San Calixto y otra en Hacarí.

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Por su parte, Medicina Legal entregó en la tarde del 22 de enero un reporte de 41 personas muertas, de las cuales 39 ya habían sido identificados y 32 entregadas a sus familiares. La Defensoría del Pueblo habla de 60 personas muertas y la Gobernación de Norte de Santander dice que podrían ser 80. Todos los cuerpos no han podido ser recuperados por las dificultades del terrero y la continuidad de los enfrentamientos.

Por otro lado, 158 personas han sido evacuadas de las zonas de enfrentamiento y otras 11.699 están en este momento en albergues temporales. Además, 25 firmantes de paz han sido evacuados; 15 están desaparecidos y seis fueron asesinados.

Ocaña, Cúcuta y Tibú tienen la mayor cantidad de personas en albergues, con cifras de 5.725, 2.217 y 1.880 refugiados, respectivamente. Según el Ministerio de Defensa, en Convención, San Calixto, El Tarra, Hacarí, Ábrego y Teorama también tienen personas albergadas en sitios de paso.

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Sobre la ayuda humanitaria, 115.3 toneladas han sido entregadas en la región: 60 de la Unidad para las Víctimas, 53.3 de la Gobernación de Norte de Santander y dos del Bienestar Familiar. “Estamos enfocados en recolectar ayudas y enviar a territorio”, le dijeron a este diario desde la administración de ese departamento.

Mientras tanto, las autoridades y el presidente Petro sostienen que la escalada de violencia ha sido atizada por el ELN y alias Pablito, uno de sus líderes más importantes.

Según información de inteligencia entregada al presidente de la República, esa guerrilla habría movilizado hombres desde Arauca, haciéndolos pasar por civiles, para atacar en la región del Catatumbo.

“Las tropas del ELN salieron mayoritariamente de Arauca. Transitaron durante un mes hasta el Catatumbo, de civil. Buscan el control de la frontera basados económicamente en la cocaína del Catatumbo. Pablito tiene la mayor responsabilidad en esta acción. Buscan el control para convertirse en carta de negociación internacional y para enriquecerse con la cocaína. Por soberanía nacional, el ELN debe ser derrotado y toda fuerza que tenga sus mismos objetivos”, dijo Petro.

Al tiempo, las Fuerzas Militares anunciaron el inicio de su ofensiva militar en la región. Si bien desde el pasado 16 de enero, cuando iniciaron los enfrentamientos, tienen presencia en la región, estaban acompañando las misiones humanitarias y protegiendo a la población civil.

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Tras finalizar el consejo de seguridad del 22 de enero, el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, anunció el inicio de la respuesta militar a los ataques con la entrada de artillería pesada y aviación militar en operaciones ofensivas. También habrá refuerzo del despliegue militar en la frontera con Venezuela.

“La entrada de tropas significará el retroceso de las confrontaciones y la estabilización de los niveles de violencia”, dijo a medios de comunicación el general Erick Rodríguez, jefe del Estado Mayor de Operaciones del Ejército Nacional.

Desde las Fuerzas Militares y el Gobierno aseguraron que, si bien la ofensiva militar es importante para recuperar el control sobre la zona, es imperativo aumentar la intervención social y la inversión regional para evitar que la guerra continúe en allí.

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