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En Colombia, según la Unidad de Víctimas, más de un millón de personas que padecieron el conflicto armado se han beneficiado de la rehabilitación psicosocial para su reparación integral. Marisol Arenas, por ejemplo, y cientos de habitantes del corregimiento La Caucana, en Tarazá (Antioquia), son algunas de esas personas. Ellos sobrevivieron a una masacre perpetrada por las FARC hace 22 años, quienes no solo vieron morir a sus conocidos, sino que pasaron de ser, como muchos, campesinos a desplazados por la violencia.
La familia de Marisol Arenas se instaló, en aquella época, en el barrio Nueva Jerusalén en Bello (Antioquia). Dos décadas después, centenares de víctimas como ella todavía sufren por el desarraigo de sus sitios de origen, así como las pérdidas y despojos de tierras. Por ello, la importancia de la atención psicosocial es una de las urgencias de las víctimas.
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En 2023, por ejemplo, cerca de 2.000 víctimas, al igual que la señora Arenas en Antioquia, se beneficiaron con las diferentes estrategias psicosociales, grupales e individuales, implementadas por la Unidad para las Víctimas como medida de reparación. Lo anterior, sumado a las medidas implementadas por gobernaciones, alcaldías y el Ministerio de Salud.
Entre las medidas desarrolladas por la Unidad están: la Estrategia de Recuperación Emocional Grupal y Siembra dirigida a adultos, Vivificarte para mujeres víctimas de delitos sexuales y Memorias Reparadoras para personas mayores, y Tejiéndonos, el cual se brinda en las comunidades priorizadas con planes de retornos y reubicación de desplazados.
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De esta manera, las sesiones han sido dirigidas por un equipo de psicólogos y les han permitido a las víctimas compartir sus historias de vida, desde antes hasta después de los hechos victimizantes como homicidios, desapariciones forzadas, secuestros, violencia sexual y desplazamiento forzado. Marisol Arenas le describió a la entidad que esta fue una experiencia fortalecedora.
Según la directora de la Unidad para las Víctimas en Antioquia, Claudia Patricia Vallejo, con las “diferentes estrategias de atención psicosocial como medida de rehabilitación, tanto individual, grupal y comunitario, se aporta a sanar los daños emocionales que causan en las personas los hechos victimizantes que sufrieron por el conflicto armado para que reconstruyan sus proyectos de vida con mejores capacidades”.
La Unidad para las Víctimas, bajo el lema “Cambiamos para servir”, explica que continúa trabajando para implementar políticas que impulsen la superación de los rezagos y brinden una reparación transformadora. Estas acciones buscan que las personas que han padecido el conflicto armado puedan acceder a sus derechos y construir un futuro más esperanzador.
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