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La granadilla es una planta trepadora, una fruta tropical, también conocida como granada china o granadilla de monte, perteneciente a la familia de las passifloras, similar al maracuyá. Es originaria de Sudamérica y se caracteriza por su forma ovalada, cáscara color naranja y pulpa gelatinosa con semillas negras comestibles. Su sabor es dulce y refrescante, y se consume principalmente fresca, aunque también se utiliza en jugos, postres y otras preparaciones.
Si tiene una huerta, sea orgánica o urbana, y quiere comenzar a sembrar esta fruta, debe tener presente los cuidados y las condiciones específicas que esta planta necesita para su sano crecimiento.
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Yuly Forero Pedraza, administradora ambiental y fundadora de cultivando vida, un negocio verde avalado por la Corporación Autónoma Regional Para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CDMB), compartió información clave para lograr un cultivo exitoso de esta fruta dentro de la huerta que usted tenga.
¿Se puede cultivar granadilla en maceta?
“No, lo ideal es que sea en cultivos de suelo directo. Además de ese espacio en el suelo, hay que tener un tutor para que la planta se enrede. Ella crea su propia malla o red, pero si no tiene de dónde sostenerse, se arrastra y no produce igual. En los cultivos grandes se usan estacas de madera unidas con alambres, y de ahí se cuelgan las plantas”, explica la administradora ambiental.
Forero recomienda usar suelos de buena textura, enriquecidos con materia orgánica y un alto contenido de nitrógeno, clave para un follaje vigoroso y una floración abundante.
“Esto lo conseguimos con humus de lombriz, que se hace a partir de estiércol de vaca transformado por las lombrices. También sirven la porquinaza y la caprinaza, (estiércol de cerdo y de cabra), porque aportan bastante nitrógeno”, dice la experta.
Clima y temperatura
Aunque la granadilla es una planta resistente, no prospera en todos los ambientes. De acuerdo con la experta, ellas son de clima cálido-templado o frío-templado. El calor, o más bien la alta sensación térmica, inhibe que la planta pueda producir frutos. Lo ideal es que esté en un ambiente de menos de 24 °C.
Riego
El agua es un factor decisivo para el éxito del cultivo.
“Siempre está esa idea de que hay que regar todos los días y, en este caso, casi que es cierto. Es un cultivo que debe mantenerse bien hidratado”, comenta Forero.
Si bien la granadilla no es una fruta jugosa en exceso, el agua es fundamental en la etapa de floración y formación del fruto. Según la administradora ambiental, en ese proceso necesita abundante agua, sobre todo cuando se forman las flores y luego, al cerrarse, dan paso al fruto.
El riego debe ser constante, sin encharcar, para evitar que los pequeños botones florales, que parecen pepitas al inicio, se caigan antes de desarrollarse.
Plagas y enfermedades
Como en la mayoría de cultivos, la granadilla no está exenta de plagas y enfermedades que pueden comprometer su producción.
De acuerdo con Forero, en este tipo de cultivos aparecen trips y también un insecto relacionado o parecido a un saltamontes o un chinche patas de hoja. Adicional, la planta puede verse afectada por hongos.
Una de las principales recomendaciones para prevenirlos es mantener un manejo fitosanitario constante:
“Hay que revisar la parte baja de la planta y quitar las hojas afectadas o las que están muy cerca del suelo. Como el cultivo debe mantenerse húmedo, esas hojas pueden marchitarse y atraer plagas”, dice la experta.
El exceso de agua también puede favorecer la aparición de enfermedades fúngicas.
“Si hay un desbalance en el riego, por ejemplo, si las personas riegan demasiado, aparecen hongos que se manifiestan como manchas en las hojas. Ese es uno de los problemas más comunes en este tipo de frutales”, explica Forero.
Como sugerencia, la administradora ambiental presenta una técnica para saber si el sustrato está bien humectado y es introduciendo un dedo dentro del mismo. Si la tierra se adhiere a la piel, quiere decir que, por ahora, no necesita riego, pero si el dedo sale limpio, se debe regar.
Poda
Podar de forma adecuada es esencial para la salud de la granadilla. Forero recomienda concentrarse en las ramas y hojas de la parte baja de la planta, ya que, como son plantas trepadoras, si se deja llenar de follaje, concentrará su energía en producir hojas y no en dar frutos.
Adicional, el corte debe hacerse siempre en diagonal, y no recto, para evitar problemas de humedad y hongos.
“Si la poda se hace recta, cuando llueva el agua se acumula en esa superficie y la parte cortada empieza a pudrirse. Eso puede afectar la planta con ataques de hongos. En cambio, si el corte es en diagonal, el agua escurre y no se forma ese pequeño “reservorio” que daña el tejido”, explica la administradora ambiental.
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¿Cómo se cosecha la granadilla?
La granadilla, una vez cosechada, no vuelve a producir fruto en esa misma flor, por lo que el manejo de la planta es clave para mantener un buen rendimiento. De acuerdo con la experta, la fruta se arranca y ahí ya no vuelve a producir más.
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