Helechos: los grandes sobrevivientes de todos los tiempos

Son plantas que existen desde hace más de 350 millones de años.

Foto: Pixabay

Si pensamos en un eslogan que describa a los helechos en el mundo de la naturaleza el más acertado podría ser maestros de la adaptación. Solo un rastreo histórico da cuenta de que se trata de plantas vasculares que habitan la Tierra desde hace más de 350 millones de años, y de las cuales persisten cerca de 12.000 especies en el mundo y alrededor de 1.600 en Colombia, de acuerdo con el Jardín Botánico de Bogotá. Han sobrevivido milenios creciendo en zonas húmedas, tropicales, bosques de niebla o ambientes secos, y reproduciéndose por medio de esporas que se dispersan a través del viento y con el agua, pues carecen de flores o frutos. Otro eslogan: sobrevivientes del tiempo y el cambio.

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Con tan amplia variedad de especies, podemos acercarnos a una clasificación si partimos de la forma en la que crecen: helechos arborescentes (de tallos largos y hojas que miden más de un metro), acuáticos, epífitos (crecen sobre los troncos de los árboles), epilíticos (crecen en asociación con rocas, sacando provecho de las grietas) o terrestres.

De hojas alargadas que se asemejan a grandes plumas y un aspecto despeinado y voluminoso, los helechos se han convertido en una de las plantas ornamentales más recurrentes en la jardinería. Entre los más conocidos se encuentran el helecho cilantrillo, helecho azul, nido de ave, cacho de venado, pata de conejo y el helecho fuerte.

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Cuidado de un helecho

Son plantas que se pueden tener tanto en interiores como en exteriores siempre y cuando se tenga siempre mucho cuidado con la luz: necesitan buena luminosidad pero la exposición directa al sol quema sus hojas. En interiores la ubicación ideal es cerca a una ventana (que tampoco reciba fuertes corrientes de aire, adiós balcones), y en exteriores en una zona con semisombra.

En general se trata de una especie que requiere de un sustrato que no sea compacto, preferiblemente que sea aireado, permita un buen drenaje y evite los encharcamientos que pueden malograr las raíces.

Acá será clave estar atentos a las señales que nos dará la planta para entender sus necesidades de espacio y sustrato: si nota que las raíces comienzan a salirse por los agujeros del drenaje de la matera, es hora de transplantarla a un recipiente más amplio y si siente que el sustrato está demasiado compacto, es señal de que debe cambiarlo por uno fresco.

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Necesitan buenos niveles de humedad, por lo que son obligatorios los riegos recurrentes: dos veces a la semana puede ser un buen comienzo, dependiendo también de la temperatura del ambiente en la que se encuentre la planta. Asimismo, es aconsejable rociar las hojas con un atomizador para mantenerlas húmedas.

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