Si alguna vez se ha encontrado con una planta de pequeñas bayas rojas enredada entre árboles o cercas y se ha preguntado de qué se trata, es muy probable que haya visto un Smilax.
Este género agrupa cerca de 200 especies de plantas trepadoras que crecen en regiones tropicales y templadas de todo el mundo. Muchas de ellas son leñosas y espinosas, y por eso reciben nombres comunes como zarzaparrilla, sarsaparrilla, uva de perro o simplemente smilax, una planta tan común en los bosques como curiosa para quienes la observan de cerca..
Según Ecos del Bosque, una comunidad comprometida con la identificación y protección de la flora y fauna del bosque lluvioso en la zona norte de Costa Rica. Estas plantas se caracterizan por sus tallos largos y flexibles, a menudo espinosos, que les permiten trepar sobre otras plantas. Sus hojas, la cuales son generalmente de forma ovalada o alargada, presentan zarcillos que ayudan a la planta a sujetarse. Las flores son pequeñas y poco llamativas, agrupadas en inflorescencias, y el fruto es una baya redonda que suele ser roja o anaranjada al madurar.
Según esta comunidad, en Centroamérica, algunas especies de Smilax se distribuyen desde el sureste de Nicaragua hasta Colombia. En Costa Rica, por ejemplo, se encuentran en distintos tipos de bosques húmedos y nubosos, desde el nivel del mar hasta zonas de montaña. Crecen tanto en bosques secundarios como en áreas intervenidas, lo que demuestra su capacidad de adaptación a diferentes condiciones ambientales.
¿Para qué sirve?
Aunque el género Smilax se encuentra en distintas regiones del mundo, en el contexto latinoamericano —especialmente en México— la zarzaparrilla ha tenido un uso tradicional muy particular.
Según el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo del Gobierno de México, desde hace más de cien años se elabora de forma artesanal una bebida refrescante y dulce a partir de las raíces secas de especies como Smilax aristolochiifolia y Smilax moranensis. A esta preparación se le añaden ingredientes como jengibre, anís estrella, canela y jarabe de sacarosa, y en algunos casos se fermenta, lo que le da un sabor característico y una apariencia similar a la de los refrescos de cola, razón por la cual su consumo se popularizó especialmente en la década de 1960.
Según esta institución, diversos estudios han asociado el consumo de la zarzaparrilla con beneficios para la salud, gracias a la presencia de compuestos bioactivos como saponinas esteroidales, flavonoides y ácidos orgánicos, con propiedades antioxidantes, antibacterianas y antiinflamatorias.
Entre los usos tradicionales y beneficios más mencionados de la zarzaparrilla se encuentran:
- Su acción depurativa y diurética.
- Apoyo en el tratamiento de afecciones de la piel, como psoriasis y enfermedades descamativas.
- Alivio de síntomas relacionados con reumatismo y artritis reumatoide.
- Uso como expectorante y apoyo en casos de gripe.
- Contribución al control de la glucosa en sangre.
- Apoyo al equilibrio hormonal y como tónico general, especialmente durante la menopausia.
Ojo, como ocurre con cualquier planta medicinal, su uso debe ser responsable y preferiblemente orientado por un profesional.
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