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¿Plantas ácidas? Así son y cuáles puede tener en casa

Las plantas acidófilas prosperan en suelos ácidos y húmedos, donde pueden absorber mejor los nutrientes que necesitan para crecer sanas y mantener su color y floración.

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Leidy Barbosa
29 de octubre de 2025 - 01:05 p. m.
Hortensias
Hortensias
Foto: Pixabay
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Si alguna vez ha visto cómo una hortensia cambia de color sin motivo aparente o ha notado que ciertas flores prosperan mejor en suelos donde otras no logran desarrollarse, quizá haya estado frente a un terreno ácido. Estas condiciones particulares son el hogar ideal de las plantas acidófilas, especies que prefieren suelos con un pH bajo, generalmente entre 4,5 y 6,5.

Pero ¿qué significa realmente esto? En palabras sencillas, el pH es una medida que indica si un suelo es ácido o alcalino: un valor bajo señala acidez, mientras que uno alto indica alcalinidad. Esta condición influye directamente en los nutrientes que las raíces pueden absorber.

En el caso de las plantas acidófilas, la acidez del suelo es fundamental para su desarrollo, ya que les permite aprovechar mejor los minerales y mantener una floración saludable. Además, este tipo de suelos favorece la presencia de microorganismos, lombrices y bacterias beneficiosas que enriquecen su estructura. Sin embargo, los suelos ácidos —también llamados “agrios”— pueden presentar deficiencias de ciertos minerales, lo que hace necesario un manejo cuidadoso para mantener su equilibrio natural.

Muchas de estas plantas provienen de regiones de Asia, como China o Japón, donde los suelos húmedos y ricos en materia orgánica ofrecen las condiciones ideales para su desarrollo.

A diferencia de otras especies, las acidófilas no toleran los suelos neutros ni alcalinos. Cuando se las cultiva en terrenos inadecuados, sus raíces no logran captar minerales esenciales como el hierro o el magnesio, lo que provoca que sus hojas se tornen amarillas, un signo claro de clorosis. Por ello, quienes las cultivan en macetas deben usar sustratos y abonos diseñados especialmente para este tipo de plantas, que mantengan la acidez necesaria para su bienestar.

Tenga en cuenta que el agua también cumple un papel importante. En zonas donde el agua del grifo contiene mucha cal, esta puede modificar el pH del suelo y afectar la salud de la planta. Para evitarlo, se recomienda usar agua de lluvia o destilada y mantener la humedad constante, ya que las acidófilas prosperan en ambientes frescos y húmedos.

Plantas que son acidofilicas

Camelias (Camellia):

Las camelias son arbustos o pequeños árboles que destacan por sus flores elegantes y abundantes. Originarias de Asia, especialmente de Japón y China, pueden alcanzar hasta cuatro metros de altura y florecen con pétalos amplios que varían entre tonos dorados, rosados, rojos, blancos o incluso matizados. Su floración, densa y colorida, las ha convertido en un símbolo de elegancia en jardines y patios.

Azaleas (Rhododendron):

Las azaleas son arbustos de floración abundante que crecen bien en suelos ácidos y zonas sombreadas. Pertenecen al género Rhododendron, y existen numerosas variedades con una paleta de colores que va desde el blanco y el rosa hasta el rojo o el amarillo. Entre las más conocidas se encuentra la Rhododendron x Gable Stewartstonian, muy apreciada por su follaje brillante y su intensa floración. Otras, como la variedad Golden Oriole, destacan por sus capullos anaranjados que se abren en flores doradas, ideales para dar un toque cálido y luminoso a los jardines.

Gardenias (Gardenia):

Las gardenias son arbustos de aroma inconfundible, muy valorados por sus flores blancas o amarillentas y su follaje brillante. Este género, que agrupa más de 200 especies, incluye desde variedades pequeñas de unos 90 centímetros hasta árboles que pueden superar los 15 metros de altura. Prefieren los climas cálidos y húmedos, y su fragancia las convierte en una de las plantas más apreciadas para decorar patios y entradas.

Hortensias (Hydrangea):

Las hortensias son conocidas por su curiosa capacidad de cambiar de color según la acidez del suelo: las flores se tornan azules en suelos ácidos y rosadas en suelos alcalinos. Aunque este fenómeno no se presenta en todas las variedades —como ocurre con la Hydrangea quercifolia o hortensia de hoja de roble—, estas plantas siguen siendo ideales para suelos ligeramente ácidos. Sus racimos florales, grandes y decorativos, y su origen en América del Norte, las han convertido en una de las especies más queridas para jardines y terrazas.

¿Cómo tener un suelo ácido?

Antes de aplicar cualquier material acidificante, es fundamental conocer el pH del suelo, pues de ello depende la cantidad y el tipo de producto que se debe usar. Para medirlo, puede hacerlo con un kit de prueba casero, disponible en viveros y tiendas de jardinería.

Ojo, evite hacer la prueba durante los tres meses posteriores a aplicar cal, fertilizantes o materia orgánica, ya que pueden alterar los resultados.

Si su suelo tiene un pH alto y desea ajustarlo para cultivar especies acidófilas, existen varios materiales que pueden ayudar:

  1. Azufre elemental: Es el acidificante más común y económico. Los microorganismos del suelo lo transforman en ácido sulfúrico, reduciendo así el pH. Pero tenga en cuenta que: cuanto más fino sea el azufre, más rápido actúa y su efecto puede tardar semanas o meses, especialmente en clima frío.
  2. Sulfato de aluminio: Actúa rápidamente y se usa, por ejemplo, para azular las flores de hortensia en suelos poco ácidos. Ojo: en grandes cantidades puede interferir con el fósforo y acumular aluminio en niveles tóxicos.
  3. Sulfato ferroso (o de hierro): Tiene un efecto acidificante rápido y aporta hierro al suelo. Aunque su acción es inmediata, puede reducir la disponibilidad de fósforo, para ello puede corregir aplicando fosfato monopotásico.

Método de aplicación

La cantidad de material a usar depende del tipo de suelo, algo que le explicamos en este artículo:

  • Los suelos arcillosos necesitan más acidificante que los arenosos.
  • Si el suelo contiene cal o tiza libre, es imposible acidificarlo. Puede comprobarlo agregando vinagre: si burbujea, hay presencia de carbonato de calcio.

Para bajar el pH de 7,0 (neutro) o 7,5 (ligeramente alcalino) a 6,0-6,5 (ligeramente ácido):

  • Aplicar entre 135 y 270 gramos de azufre por metro cuadrado, dependiendo del tipo de suelo: use la cantidad menor en suelos arenosos y la mayor en suelos arcillosos.
  • O, si prefiere usar sulfato ferroso, aplique entre 1080 y 2160 gramos por metro cuadrado, también según la textura del terreno.

En plantas de raíces profundas, incorpore el material hasta unos 30 cm de profundidad. Es preferible aplicar varias dosis pequeñas a lo largo de varios meses, en lugar de una sola dosis grande.

Consejos de aplicación:

  • Espolvoree el material en días sin viento.
  • Use guantes, gafas y mascarilla.
  • Mezcle el azufre con el suelo antes de plantar para que tenga tiempo de actuar.
  • Si ya hay plantas establecidas, incorpórelo con cuidado en la superficie mediante azada o rastrillo.

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Leidy Barbosa

Por Leidy Barbosa

Periodista de la Universidad Externado de Colombia, con énfasis en la producción audiovisual y en animación digital. Apasionada por temas medioambientales y sociales.@leidyramirezbLbarbosa@elespectador.com

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