
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La autorización concedida por el Ayuntamiento de València, España, al Circ de Nadal para operar con animales ha reavivado el debate sobre el uso de fauna en espectáculos.
La decisión, adoptada el pasado 12 de diciembre, ha generado un fuerte rechazo por parte de colectivos animalistas, profesionales del circo y parte de la ciudadanía, que consideran el permiso un grave retroceso ético y social.
El circo, instalado en el solar de Benicalap, cuenta con animales como caballos, burros, bueyes Highland, watusis, llamas y dromedarios. Aunque desde 2015 la normativa autonómica prohibía este tipo de prácticas, la reciente modificación legal impulsada por la coalición de gobierno del PP y Vox volvió a permitirlas. Desde el consistorio reconocen que la decisión no es compartida, pero señalan que responde al marco legal vigente.
Durante el fin de semana se celebraron varias concentraciones frente al circo, en las que participaron vecinos, colectivos animalistas y profesionales del sector cultural. Las movilizaciones, celebradas el sábado por la tarde y el domingo por la mañana, denunciaron lo que consideran un retroceso social, educativo y ético.
Diego Nevado, portavoz de la Plataforma Defensa Animal, advirtió que “normalizar que los animales estén a nuestro servicio transmite un mensaje muy peligroso, especialmente a la infancia”. En su opinión, permitir este tipo de espectáculos refuerza una visión utilitarista de los animales y banaliza su sufrimiento.
Durante las protestas, algunos asistentes aseguraron haber acudido inicialmente al espectáculo sin conocer que incluía animales. Varias familias se sumaron posteriormente a las concentraciones tras conocer esta circunstancia.
Además, en redes sociales se han acumulado reseñas negativas que alertan de deficiencias en las instalaciones e incluso de incidentes relacionados con la seguridad del público.
La polémica en torno al Circ de Nadal no es nueva. En el pasado, el Ayuntamiento de València ya le había denegado permisos por instalarse sin autorización en terrenos privados.
En el municipio de Alfafar, un juzgado ordenó en 2021 la paralización de su actividad al considerar que el uso de animales vulneraba la normativa autonómica vigente en ese momento.
Desde la Plataforma Defensa Animal, la bióloga Rosa Más insiste en que la actual legislación sigue siendo insuficiente. A su juicio, no existe una diferencia real entre animales salvajes y domésticos cuando se trata de su utilización en espectáculos.
“La domesticación no implica bienestar, sino sumisión”, sostiene, y añade que estos procesos suelen basarse en el miedo y el castigo.
El rechazo al uso de animales también llega desde el propio sector circense. La Associació Valenciana de Circ, que agrupa a más de 135 compañías y espacios profesionales, ha reiterado su oposición a este tipo de espectáculos y defiende un modelo basado exclusivamente en el talento humano.
Según la entidad, la mayoría del circo contemporáneo ya ha evolucionado hacia propuestas que no implican la explotación animal.
Para los colectivos implicados, el debate va más allá del cumplimiento legal y apunta a una cuestión ética y educativa. Consideran que normalizar el uso de animales como entretenimiento transmite valores contrarios al respeto y a la convivencia, especialmente entre la infancia, y reclaman un cambio definitivo en el modelo cultural.
🐾 ¿Quiere estar al día y conocer las últimas noticias sobre el mundo animal? Lo invitamos a verlas en La Red Zoocial. 🐶🐱
