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A este gatito solo le dieron seis meses de vida: lo que pasó sorprendió a todos

Con solo ocho semanas, la diminuta gata llamada Mouse pesaba la mitad de lo normal y parecía tener apenas tres semanas de vida.

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La Red Zoocial
16 de octubre de 2025 - 04:59 p. m.
Conmovida por el lazo tan especial que unía a las dos, una mujer decidió adoptarlas definitivamente.
Conmovida por el lazo tan especial que unía a las dos, una mujer decidió adoptarlas definitivamente.
Foto: The dodo
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No hay duda de que los animales pueden convertirse en compañeros incondicionales, capaces de ofrecer cariño y lealtad de maneras que logran sorprender. Tanto perros como gatos se han ganado un lugar especial en los hogares y en el corazón de las personas, y de vez en cuando surge una historia que recuerda por qué ese vínculo es tan único.

En esta ocasión, la protagonista es Erin Moore, una mujer dedicada al rescate de felinos, quien encontró a la gata más pequeña que había visto en su vida. Con apenas ocho semanas de edad, la diminuta gatita, bautizada Mouse por su tamaño, pesaba la mitad de lo que debería y tenía el aspecto de una cría de tan solo tres semanas.

“Literalmente entraba en la palma de la mano”, contó Moore al portal The Dodo, medio que difundió la historia y la volvió viral. “Era la mitad del tamaño de una botella de agua”, añadió.

Su fragilidad generó dudas entre quienes la rodeaban, e incluso algunos aseguraron que no sobreviviría más de seis meses. Sin embargo, Moore decidió luchar por ella. “A pesar de su pequeña estatura, Mouse venía cargada de descaro y actitud adolescente”, recordó la rescatista, reflejando la energía y determinación que caracterizaban a la pequeña.

Poco después, Coraline, otra gata rescatada por Moore, entró en escena. La felina había perdido sus ojos debido a una infección y necesitó una cirugía para retirarlos. Aunque el procedimiento fue complejo, Coraline demostró un espíritu curioso y valiente. “Era como si supiera que tenía una vida por delante, una mejor y más grande que la que tenía con ojos”, relató la mujer.

Con el paso de los días, Mouse y Coraline formaron un vínculo inseparable. La pequeña gata, ya recuperada, comenzó a guiar a su nueva amiga por la casa, ayudándola a orientarse y a ganar confianza. “Mouse le muestra cosas una y otra vez sin que ella tenga que verlas”, explicó Moore. “Incluso la guio hasta una ventana abierta para que pudiera oler el exterior”.

Gracias a esa amistad, Coraline aprendió a correr, subir escaleras y saltar sobre superficies altas, mientras Mouse crecía fuerte y sana. Conmovida por el lazo tan especial que unía a las dos, Moore decidió adoptarlas definitivamente.

Hoy, ambas disfrutan de una vida plena, llena de juegos, descanso y compañía. Aunque ya son adultas, su manera de cuidarse mutuamente sigue siendo un ejemplo de amor y superación. “Es único observar la relación que tienen”, expresó Moore. “Aunque no son de la misma camada ni comparten el mismo pasado, se entienden de una forma que solo ellas pueden”.

Una historia que demuestra, una vez más, que la empatía y el cariño no entienden de tamaños, ni de limitaciones.

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