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Infección urinaria en gatos: síntomas y por qué es importante tratarla rápido

Aunque sus síntomas pueden parecer leves al principio, las consecuencias de ignorarlos pueden ser graves.

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La Red Zoocial
17 de noviembre de 2025 - 01:00 p. m.
Los gatos que beben poca agua, que se alimentan solo con pienso seco o que viven en ambientes poco estimulantes son más propensos a desarrollar este tipo de trastornos.
Los gatos que beben poca agua, que se alimentan solo con pienso seco o que viven en ambientes poco estimulantes son más propensos a desarrollar este tipo de trastornos.
Foto: Freepik
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Las infecciones urinarias en gatos son un problema de salud más común de lo que muchos tutores felinos imaginan. Este tipo de afección puede afectar tanto a machos como a hembras, aunque suele ser más peligrosa en los gatos machos debido a la anatomía de su uretra, más estrecha y propensa a obstrucciones.

Detectar los síntomas a tiempo y acudir al veterinario es fundamental para evitar complicaciones graves, como la insuficiencia renal o la obstrucción urinaria total, que pueden poner en riesgo la vida del animal.

Las infecciones del tracto urinario en los gatos ocurren cuando bacterias, cristales o inflamaciones alteran el funcionamiento normal de la vejiga y la uretra.

A menudo, esta condición forma parte de un conjunto de enfermedades conocido como enfermedad del tracto urinario inferior felino (FLUTD, por sus siglas en inglés), que abarca diferentes causas, entre ellas las infecciones bacterianas, la presencia de cálculos urinarios y el estrés.

Síntomas más comunes

Uno de los principales desafíos para los tutores de gatos es que estos animales tienden a ocultar el dolor o el malestar. Por ello, resulta esencial estar atentos a cualquier cambio en su comportamiento o hábitos. Los signos más frecuentes de una posible infección urinaria incluyen:

  • Orinar fuera del arenero: un gato que comienza a orinar en lugares inusuales, como el sofá o el piso, puede estar intentando comunicar que siente dolor o incomodidad al usar su bandeja.
  • Micciones frecuentes o intentos fallidos: si el felino acude repetidamente al arenero y apenas logra expulsar unas gotas, es una señal clara de alerta.
  • Presencia de sangre en la orina: la orina con un tono rosado o rojizo puede indicar inflamación o infección.
  • Lamido excesivo de la zona genital: el gato intenta aliviar la irritación o el escozor causado por la infección.
  • Cambios en el comportamiento: pérdida del apetito, apatía, maullidos de dolor o aislamiento son síntomas frecuentes en gatos con molestias urinarias.

Ante cualquiera de estos signos, es indispensable no esperar a que el cuadro empeore y acudir de inmediato al veterinario. Un diagnóstico temprano puede marcar la diferencia entre una recuperación rápida y una complicación potencialmente mortal.

Causas principales

Las infecciones urinarias en gatos pueden tener diversas causas. Las más comunes incluyen bacterias que ingresan al tracto urinario, formación de cristales o cálculos en la vejiga, deshidratación, alimentación inadecuada o estrés crónico.

Los gatos que beben poca agua, que se alimentan solo con pienso seco o que viven en ambientes poco estimulantes, son más propensos a desarrollar este tipo de trastornos.

El estrés, por ejemplo, juega un papel importante. Cambios en la rutina, mudanzas, la llegada de un nuevo animal o incluso la modificación del tipo de arena pueden provocar alteraciones hormonales que afectan la vejiga del gato.

Este tipo de infecciones, en algunos casos, no tienen un origen bacteriano, sino inflamatorio, por lo que el tratamiento puede variar según la causa identificada.

Importancia del tratamiento rápido

Una infección urinaria no tratada puede evolucionar hacia obstrucciones urinarias graves, especialmente en los machos. Cuando esto sucede, la orina no logra salir del cuerpo y los desechos tóxicos se acumulan en la sangre, provocando una condición llamada uremia, potencialmente mortal en pocas horas.

El tratamiento depende del diagnóstico. El veterinario suele realizar un análisis de orina, un cultivo bacteriano y, en algunos casos, radiografías o ecografías. Si la infección es bacteriana, se prescriben antibióticos; si se trata de una obstrucción, puede requerirse una intervención para eliminar los cálculos o sondar la vejiga. Además, se recomienda ajustar la dieta, aumentar el consumo de agua y reducir el estrés del gato.

Prevención y cuidados en casa

Prevenir las infecciones urinarias es posible con hábitos sencillos. Mantener siempre agua fresca y limpia, ofrecer una alimentación equilibrada y húmeda, mantener la bandeja sanitaria limpia y proporcionar un ambiente tranquilo y enriquecido son medidas básicas para cuidar la salud urinaria del gato.

También conviene realizar revisiones veterinarias periódicas, especialmente en gatos mayores de siete años o con antecedentes de problemas urinarios. Un seguimiento adecuado puede detectar alteraciones antes de que se conviertan en emergencias.

La infección urinaria en gatos no debe subestimarse. Aunque sus síntomas pueden parecer leves al principio, las consecuencias de ignorarlos pueden ser graves. La atención veterinaria temprana, junto con una dieta adecuada y un entorno libre de estrés, son las claves para garantizar el bienestar y la salud a largo plazo del felino.

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