La toxoplasmosis es una de las enfermedades más temidas por las mujeres embarazadas. De acuerdo con el Ministerio de Salud, los felinos, incluidas las especies silvestres, son los únicos animales que albergan este parásito en su tracto intestinal, razón por la cual lo pueden propagar a través de sus heces. Esta pequeña posibilidad de contagio ha contribuido a que exista la creencia errónea de que las embarazadas no pueden convivir con gatos.
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En La Red Zoocial hablamos con Yinet Sánchez, médica veterinaria especializada en felinos, sobre los mitos y verdades que existen alrededor de este tema.
De acuerdo con la profesional, la idea de que una mujer embarazada no puede convivir con un gato es completamente falsa. Las probabilidades de que las mujeres contraigan toxoplasmosis por su gato son bastante bajas, ya que, primero, el animal debe estar infectado y, segundo, debe haber un contacto directo con las heces, como recogerlas con las manos y luego llevarlas a la boca o a los ojos. De hecho, según explican los expertos, es más factible contraer la infección comiendo carne cruda.
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No obstante, la médica veterinaria recomienda tomar precauciones y verificar, primero, que el gato no tenga toxoplasmosis, y, segundo, que sus heces y caja de arena sean manipuladas con cuidado: utilizando guantes o dejando que lo haga otra persona.
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