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El caso de Samanta, la perrita de 14 años que fue maltratada por su tutor en un conjunto residencial del norte de Bogotá, sigue generando indignación y movilización ciudadana. El hecho ocurrió en el barrio Cedritos y quedó registrado en videos de cámaras de seguridad que mostraban al hombre golpeando a la mascota, presuntamente por haberse orinado en un pasillo del edificio. Las imágenes se difundieron masivamente en redes sociales y desataron una ola de rechazo.
Tras la denuncia ciudadana, el Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal (IDPYBA), junto con la Policía Ambiental y Ecológica, la Alcaldía Local de Usaquén y la Fiscalía General de la Nación, realizó un operativo que permitió rescatar a la perrita y trasladarla a una de las sedes del instituto. Allí, el equipo veterinario confirmó que Samanta presentaba lesiones compatibles con maltrato físico reciente, además de signos de estrés y miedo.
Durante la diligencia inicial, los funcionarios hallaron dos gatos que también vivían en el apartamento del agresor. Aunque no fue posible retirarlos en ese momento, el IDPYBA emitió un concepto técnico desfavorable que autorizaba su aprehensión preventiva, al considerar que los felinos podrían estar expuestos a una situación de vulnerabilidad.
Después de más de un día de coordinación legal y operativa, en la noche del 29 de octubre, el IDPYBA confirmó que se logró ejecutar el operativo para rescatar a los dos gatos. Los animales fueron trasladados a una de las sedes del instituto, donde ahora reciben valoración médico-veterinaria.
El director del IDPYBA, Antonio Hernández, explicó que el rescate se realizó en articulación con distintas autoridades distritales, luego de asegurar las condiciones jurídicas para ingresar al inmueble.
A través de un video publicado en redes sociales, el IDPYBA agradeció el apoyo de la comunidad y de las entidades que hicieron posible la intervención.
“Nuestra misión no terminó con el rescate de Samanta. Dos vidas más nos esperaban: dos felinos que necesitaban urgentemente ser rescatados. Queremos agradecer de corazón a la ciudadanía, cuya denuncia y compromiso fueron la fuerza para lograrlo. Este rescate es de todos”, indicó la entidad.
El instituto también reconoció el apoyo de la Policía Nacional, la Secretaría de Seguridad y Convivencia, la Alcaldía Local de Usaquén, la Secretaría de Gobierno y los medios de comunicación “por visibilizar la causa y acompañar siempre las acciones de protección animal”.
Samanta continúa bajo observación médica en el centro de protección del IDPYBA, donde recibe cuidados veterinarios y acompañamiento emocional. Su historia, junto con la de los dos gatos rescatados, se ha convertido en un símbolo del compromiso ciudadano frente al maltrato animal y de la importancia de fortalecer la aplicación de la Ley 1774 de 2016, que penaliza este tipo de conductas en Colombia.
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