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Los gatos son animales de compañía inteligentes, curiosos, juguetones y cariñosos, características que los hacen únicos y muy queridos por muchas personas. Sin embargo, estas mascotas también pueden llegar a experimentar trastornos conductuales complejos. Uno de ellos es el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), una alteración del comportamiento que se manifiesta a través de conductas repetitivas, las cuales pueden afectar su bienestar.
Según el portal especializado en mascotas Pet Assure, los felinos con este tipo de trastorno tienden a realizar acciones de forma constante y fuera de contexto como acicalarse en exceso hasta arrancarse el pelo, correr de un lado a otro sin motivo aparente, morder objetos o maullar de forma insistente.
Si bien los expertos aclaran que estas acciones pueden formar parte del juego o la exploración normal, se convierten en un problema cuando son persistentes, difíciles de interrumpir y comienzan a afectar las rutinas y el bienestar del animal.
El TOC felino no tiene una causa única identificada, pero los expertos coinciden en que puede estar relacionado con factores genéticos, ambientales o emocionales. El estrés, el aburrimiento o los cambios en el entorno suelen ser los principales detonantes.
De acuerdo con la revista Today’s Veterinary Practice, los trastornos compulsivos en animales son conductas normales que se repiten de forma anormal, sostenida, fuera de contexto y que resultan difíciles de interrumpir. Aunque el diagnóstico de TOC en gatos es relativamente raro, su impacto en la calidad de vida puede ser significativo, tanto para el felino como para su tutor.
A diferencia de los humanos, los animales no presentan pensamientos intrusivos previos a los episodios compulsivos. En los gatos, estas conductas suelen desencadenarse por situaciones de alta excitación o estrés, como mudanzas, la llegada de otro animal al hogar o tiempos muy prolongados de soledad.
El TOC felino puede manifestarse en distintos tipos de comportamiento:
- Locomotores: correr en círculos o caminar compulsivamente.
- Orales: succionar, morder o ingerir objetos no comestibles.
- De acicalamiento: cuando el gato se lame hasta causarse heridas.
- De vocalización: maullidos excesivos y sin causa aparente.
Diagnóstico y tratamiento
Antes de confirmar un diagnóstico de TOC, los especialistas insisten en la necesidad de descartar causas médicas o neurológicas. “El acicalamiento excesivo, por ejemplo, puede deberse a una enfermedad cutánea o a dolor en el abdomen causado por problemas urinarios o pancreatitis”, señala Today’s Veterinary Practice. Por eso, una evaluación veterinaria completa es esencial para identificar si la conducta responde a una condición física o emocional.
De igual forma, los expertos explican que el tratamiento del TOC en gatos se basa en un enfoque integral que combina manejo ambiental, modificación de conducta y, en algunos casos, medicación. Pet Assure destaca que, a menudo, la solución más efectiva es reducir el estrés del gato y ofrecerle mayor atención. Actividades interactivas, rutinas estables y entornos seguros y estimulantes ayudan a prevenir la aparición o el empeoramiento de los síntomas.
El TOC en gatos, aunque poco común, es una muestra de que las emociones también afectan a los animales. Comprender sus señales, brindarles un entorno seguro y atender los cambios de comportamiento con prontitud son claves para su bienestar.
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