Alistar el maquillaje, limpiar las brochas, elegir los colores de las sombras y el labial, poner el trípode y darle a grabar. Esa era la rutina diaria de Laura Sánchez mucho antes de que existieran palabras como “youtuber” o de que ser creador de contenido se considerara una profesión.
En 2011, cuando las redes sociales apenas comenzaban a perfilar las nuevas formas de contar historias, Sánchez subía videos de maquillaje, peinados y ropa. Lo hacía por diversión, como un pasatiempo que le llenaba los ratos libres, sin imaginar que...

Por Ana Vega
Profesional en Estudios Literarios de la Universidad Nacional con interés en temas de divulgación cultural y medio ambiente.@Anav3g4avega@elespectador.com
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