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Criaderos de perros en Colombia: cómo operan y qué debe saber

En Colombia, la ausencia de regulación oficial de criaderos genera un vacío legal que pone en riesgo el cuidado y bienestar de los animales.

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Ana Vega
20 de septiembre de 2025 - 06:04 p. m.
Cachorros y madres necesitan tiempo juntos: la separación prematura, a veces antes de los dos meses, puede afectar su salud y comportamiento.
Cachorros y madres necesitan tiempo juntos: la separación prematura, a veces antes de los dos meses, puede afectar su salud y comportamiento.
Foto: Óscar Pérez
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Cuando pensamos en un criadero, suelen aparecer dos imágenes distintas. En la primera, un lugar donde se cuida la genética, la salud y el bienestar de los animales con camadas planificadas, controles veterinarios y familias que esperan con responsabilidad a su nuevo compañero. En la segunda, la escena cambia radicalmente y se asemeja más a una “fábrica de cachorros”, donde los animales viven en condiciones deplorables, las hembras son obligadas a parir sin descanso y las crías son separadas prematuramente de sus madres.

En Colombia, estas dos realidades conviven bajo un mismo término, en un vacío legal que dificulta diferenciarlas y regularlas. No existe un listado oficial de criaderos legalmente constituidos ni un registro nacional que permita caracterizar la cría y venta de animales de compañía, y la información disponible suele ser parcial o confusa.

Para evitar exponerse a criaderos donde los animales son maltratados o viven en condiciones inapropiadas, desde La Red Zoocial recomendamos siempre priorizar la adopción, una alternativa ética que permite darle hogar a animales que lo necesitan, incluidos perros de raza que han sido abandonados y, en muchos casos, víctimas de esos mismos criaderos irresponsables.

Si aun así la decisión es recurrir a la compra en un criadero, es fundamental informarse y conocer qué aspectos verificar para garantizar que se trate de un lugar responsable y que no ponga en riesgo el bienestar de los animales.

Documentación y registros:

Un criadero ético y transparente se distingue por su documentación y afiliaciones. Aunque no garantizan el bienestar animal, son un primer filtro importante:

  • Registro mercantil: las empresas dedicadas a la crianza de animales se registran ante las Cámaras de Comercio bajo el Código CIIU 0149, “Cría de otros animales”. Si bien este registro formaliza la actividad, no asegura el cumplimiento de normas de bienestar, salud o socialización. Sin embargo, puede ser una forma inicial de rastrear la existencia de la empresa.
  • Asociación del Club Canino Colombiano (ACCC): para los perros de razas puras, la ACCC es la organización privada encargada de fomentar la cría de razas puras y su reglamentación. Esta asociación maneja un reglamento interno para los criaderos registrados y exige requisitos específicos acordes con los lineamientos de la FCI (Federación Cinológica Internacional), incluyendo pruebas de ADN, edades mínimas para los cruces, registro de camadas, entre otros. Al comunicarse con la ACCC, usted podrá verificar si el criadero está afiliado y cumple con los estándares reconocidos internacionalmente.
  • Certificados de salud y pedigree: un criador responsable le entregará los certificados de salud y el registro de pedigree de cada cachorro (emitido por la ACCC, que es la única entidad autorizada a nivel nacional para estos registros). Esta documentación es fundamental para conocer el origen y la línea genética del animal, así como para prevenir enfermedades hereditarias.

Señales de alerta en las condiciones de crianza

El estado físico y emocional de los animales es el indicador más revelador de un criadero. La médica veterinaria etóloga Natalia Álvarez, profesora de la Universidad de Antioquia, señala algunos aspectos cruciales que las familias deberían considerar:

  • Edad de entrega: según Álvarez, si un criadero entrega un cachorro antes de los dos meses, no es un buen criadero. Un destete precoz puede derivar en futuros problemas de comportamiento como ansiedad por separación, falta de control en la mordida, o incluso una mayor reactividad y agresividad.
  • El entorno de socialización: los cachorros necesitan un ambiente enriquecido con espacios de juego, objetos para explorar, interacción con personas y otros animales, y exposición a diferentes estímulos como ruidos y superficies. Según la especialista, “hay criaderos donde padres y cachorros permanecen encerrados todo el tiempo, lo que puede derivar en un Síndrome de Privación Sensorial”, que ocurre cuando los animales crecen sin suficientes estímulos, lo que provoca miedo ante cualquier novedad en su vida adulta.
  • El estado de las madres: la salud de la hembra reproductora refleja la ética del criadero. Álvarez señala que un criador responsable permite gestaciones controladas y espaciadas, asegurando que las madres estén bien cuidadas y libres de estrés. En cambio, en criaderos irresponsables, las hembras pueden ser “descartadas” a los cinco o seis años, una vez dejan de ser consideradas “útiles” para la reproducción.
  • La selección genética: la endogamia aumenta el riesgo de enfermedades hereditarias y problemas genéticos. En criaderos responsables, los cruces se realizan de forma controlada para mantener la salud física y emocional de las crías.
  • Condiciones sanitarias: un criadero confiable garantiza las condiciones sanitarias óptimas. Los cachorros no deberían ser entregados con parásitos gastrointestinales o enfermedades virales como el parvovirus o el moquillo. La presencia de médicos veterinarios y el seguimiento de protocolos de limpieza y vacunación son esenciales.

Recomendaciones adicionales

  • Priorice la adopción: antes de comprar un cachorro, piense en todos los animales que necesitan un hogar en refugios y fundaciones. Adoptar es dar una segunda oportunidad a un animal que ha sufrido abandono o maltrato y, al mismo tiempo, contribuye a disminuir la demanda en criaderos que no cumplen con estándares de bienestar.
  • Evite intermediarios: evite comprar animales en veterinarias o tiendas de mascotas, ya que no le permiten conocer las condiciones reales del criadero.
  • Exija una visita: insista en poder visitar el criadero para observar las condiciones en las que viven los animales, incluyendo a los padres de los cachorros.+
  • Denuncie: si detecta cualquier señal de maltrato, negligencia o condiciones inadecuadas, repórtelo a las autoridades competentes. La denuncia es una herramienta fundamental para proteger a los animales y evitar que sigan siendo explotados en criaderos irresponsables.

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Ana Vega

Por Ana Vega

Profesional en Estudios Literarios de la Universidad Nacional con interés en temas de divulgación cultural y medio ambiente.@Anav3g4avega@elespectador.com

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