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Un perro que estuvo al borde de la eutanasia hoy es protagonista de una de las historias más comentadas en China. Barton, un belga malinois nacido con solo tres patas y considerado durante un tiempo un caso sin futuro, ahora integra una unidad antidisturbios de la Policía y trabaja junto a un entrenador que, como él, enfrenta sus propias limitaciones físicas.
Según narró el medio local South China Morning Post, Barton nació en junio de 2019 en la Unidad de Fuerzas Especiales de la Oficina de Seguridad Pública del condado de Xichuan, en Nanyang, provincia de Henan. Su linaje prometía un destacado desempeño, pues era descendiente de un reconocido perro policía. Sin embargo, un defecto congénito en una de sus patas delanteras limitó su movilidad desde el inicio y veterinarios consultados en aquel momento recomendaron practicarle la eutanasia.
Antes de que eso ocurriera, Barton fue entregado a una familia local con la esperanza de que pudiera vivir como mascota. Pero el fuerte temperamento propio de su raza dificultó la convivencia. El canino se volvió inquieto, empezó a mostrar comportamientos agresivos y fue devuelto poco después.
Fue entonces cuando Li Xiaodong, entrenador de 46 años con más de dos décadas de experiencia en perros policias, decidió darle una oportunidad. El hombre, quien trabaja en una unidad de Armas y Tácticas Especiales (SWAT), también lidia con sus propias limitaciones físicas: una lesión sufrida en 2016 lo obligó a someterse a dos cirugías y a utilizar silla de ruedas o muletas. Esa coincidencia, según relató al medio estatal CCTV y citado por South China Morning Post, contribuyó a forjar un vínculo singular.
Li descubrió que, pese a perder el equilibrio con frecuencia y lastimarse durante los ejercicios, Barton mostraba cualidades sobresalientes, pues tenía una notable fuerza de mordida y gran tolerancia al estrés. En tareas de búsqueda de objetos peligrosos, reaccionaba con rapidez y precisión.
En julio de 2021, y contra todo pronóstico, Barton aprobó la certificación oficial y se integró a la unidad policial como perro antidisturbios. Para proteger su movilidad, Li diseñó un arnés especial y, en misiones que tienen más exigencia, carga al animal en su espalda.
“Somos camaradas”, afirmó Li a South China Morning Post. “Compartimos dificultades y nos entendemos de una manera especial”. Con el tiempo, la determinación del perro motivó a Li a intensificar su propia rehabilitación. “Si él nunca se rindió con tres patas, ¿por qué debería rendirme yo?”, reflexionó. Juntos aumentaron la intensidad del entrenamiento y ambos lograron avances significativos.
Gracias a la publicación de la historia de Barton en medios de comunicación locales, su caso se viralizó en redes sociales chinas, donde muchos usuarios expresaron su admiración por la tenacidad y valentía del animal.
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