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La historia de Motas es una de esas que duele contar. Después de seis años de haber vivido con una familia, de conocer el calor de un hogar y recibir amor, regresó al refugio.
En 2018, y con un año de edad, Motas llegó a la FAPAM—Federación de Asociaciones Protectoras y de Defensa Animal de la Comunidad de Madrid, en España—. Era tan solo un cachorro cuando una persona lo encontró en las calles y quiso cambiar su vida.
Con su juguetona y dulce personalidad, Motas se ganó el cariño de todos en el refugio y rápidamente consiguió una familia que prometió cuidarlo y no abandonarlo jamás, pero esto no ocurrió.
“Motas está triste, sin entender nada, estresándose y pagando las consecuencias de algo que nada tiene que ver con él”, escribieron en las redes sociales de FAPAM.
Tras seis años de estar juntos, la familia de Motas decidió que no lo quería más en su hogar y optó por regresarlo. Desde el refugio siguen sin entender cómo una persona es capaz de abandonar a un ser sintiente que le brindó sus mejores años de vida y ahora, en su vejez, lo tira como si no valiera nada.
“Estamos sin palabras. Nosotros pensábamos que Motas había tenido mucha suerte cuando lo adoptaron, pero ya sabemos que no fue así”, se lee en el mensaje.
Los primeros días no fueron fáciles para Motas: seguía esperando, en la puerta del refugio, a que su familia regresara, pero eso nunca ocurrió. “Nos da mucha pena, no quiere comer y está tristón. Le hemos puesto de compañera a una perrita para que no se sienta tan solo”.
Para evitar que Motas siguiera triste y su paso por el albergue fuera lo más breve posible, desde FAPAM iniciaron con un nuevo proceso de adopción responsable, sin embargo, hasta la fecha, nadie ha mostrado interés en Motas. Esto tal vez se deba a que ya no es un cachorro, sino un perro de siete años.
Perros como Motas la tienen más difícil en los refugios. Las familias buscan cachorros o animales de tamaño pequeño; a los perros grandes, viejos o con un algún defecto los dejan a un lado, condenándolos a vivir el resto de su vida en el olvido.
La historia de Motas es un llamado de atención a la tenencia responsable. Los animales son seres sintientes, no son objetos que se puedan desechar una vez no sirvan. Ellos entregan sus mejores años de vida a sus familias, y solo esperan recibir lo mismo en sus últimos años.
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