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Adoptar un animal de compañía es un proceso, en todo el sentido de la palabra. No siempre es un camino fácil: requiere paciencia, dedicación y mucho amor. Pero al final, las recompensas son incalculables.
Así lo demostró un video publicado en Instagram por la cuenta @mundodeingo, que ha conmovido a miles de personas bajo el título “Mi historia de adopción”. Allí se cuenta cómo una schnauzer, que debió ser entregada porque su familia ya no podía cuidarla, fue encontrando poco a poco la calma y la felicidad en su nuevo hogar.
Los primeros días no fueron sencillos: no entendía dónde estaban sus dueños anteriores, los ruidos del pasillo la ponían nerviosa y no lograba quedarse quieta. Lloraba y ladraba, siempre en estado de alerta.
Pero con el paso del tiempo, todo cambió. Empezó a quedarse tranquila en compañía de su nueva tutora, a recibir comida directamente de su mano y a dormir en su cama. Cada pequeño avance era una señal de confianza, una puerta que se abría hacia una vida distinta.
“Lo más lindo fue ver cómo cambiaba su carita y empezaba a sonreír”, relató emocionada su dueña en el video.
Aunque hubo voces que le sugirieron devolverla porque “no podría ser feliz en un apartamento”, ella apostó por el amor y la perseverancia. Y el tiempo le dio la razón: hoy la schnauzer disfruta de su hogar, de sus paseos y de una familia que nunca se rinde por ella.
El relato concluye con un mensaje lleno de ternura: “Te amamos, pedacito de cielo y de todo lo lindo que hay en esta vida”. Una prueba de que las segundas oportunidades existen y que, con paciencia, la adopción puede convertirse en la historia más hermosa.
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