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Muchos cuidadores de perros han vivido alguna vez en su vida esta escena familiar: llegan a casa y encuentran el sofá destruido, los cojines mordidos o la basura esparcida por el suelo. Aunque a primera vista estos comportamientos pueden parecer simples actos de rebeldía por parte del peludo, en realidad suelen ser una señal de alerta. Detrás de ellos existen problemas de conducta, necesidades no satisfechas e incluso un malestar emocional que el animal intenta comunicar.
De acuerdo con el portal especializado Zooplus, el comportamiento destructivo de los perros suele ser una forma de liberar tensión o energía acumulada. Puede estar relacionado con la falta de ejercicio, el aburrimiento y la ansiedad por separación.
Para corregir esta problemática lo primero y más esencial es entender la causa. Los expertos en comportamiento canino (etólogos) sugieren observar cuándo ocurren los destrozos. Si el perro solo rompe cosas cuando está solo, es probable que sufra ansiedad por separación. En cambio, si los destrozos ocurren después de largos periodos de inactividad o encierro, la causa puede ser el aburrimiento o la falta de estímulos físicos y mentales.
De igual forma, aseguran que los gritos o castigos solo empeoran la situación. Lo esencial es mantener la calma y tratar de analizar el contexto. Un perro que ha hecho destrozos también suele estar alterado y asustado por la reacción humana.
Ejercicio y entretenimiento
Para prevenir este tipo de conductas en las mascotas, Zooplus recomienda incorporar actividades que combinen movimiento y desafío mental: caminatas largas, juegos de búsqueda, juguetes interactivos o deportes caninos como agility. Estas rutinas no solo fortalecen el vínculo entre el perro y su tutor, sino que también reducen notablemente los episodios de destrucción.
Por otra parte, los juegos de inteligencia, las pelotas dispensadoras de premios o las actividades de olfato ayudan a mantener al perro ocupado durante el día, evitando que busque entretenimiento mordiendo muebles o zapatos.
Sin embargo, es importante decir que no todos los casos se solucionan con incorporar más ejercicio y juego. Algunos perros sufren un fuerte estrés al quedarse solos. En estos casos, lo mejor es acudir con un especialista en comportamiento animal para diseñar un plan de trabajo gradual que ayude al perro a gestionar la separación. La terapia puede incluir ejercicios de desensibilización y refuerzos positivos.
Cabe aclarar que ningún perro actúa por “venganza” o “maldad”. Este tipo de conductas son formas para expresar frustración, soledad o necesidad de atención. La clave está en la paciencia y la constancia de los cuidadores.
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