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“Nos mintieron”: Bruno volvió a la fundación tras una adopción irresponsable

Bruno, un perrito rescatado en El Salvador, fue víctima de una adopción irresponsable que lo devolvió al abandono. Hoy, vuelve a buscar un hogar donde sí lo cuiden con amor y compromiso.

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La Red Zoocial
20 de agosto de 2025 - 05:00 p. m.
Bruno, de un año y ocho meses, es un perro juguetón, noble, amoroso y tranquilo.
Bruno, de un año y ocho meses, es un perro juguetón, noble, amoroso y tranquilo.
Foto: @dametupatasv
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La historia de Bruno, un perro rescatado por la Fundación Dame tu Pata, con sede en Nuevo Cuscatlán, El Salvador, ha dejado en evidencia una realidad dolorosa que enfrentan a diario muchas organizaciones animalistas: la falta de compromiso genuino de algunos adoptantes, que ponen en riesgo la vida y el bienestar de los animales.

Según relata la fundación, Bruno fue adoptado en noviembre de 2024 por una familia que, al principio, parecía cumplir con todos los requisitos: una vivienda limpia, espacio suficiente para que jugara y promesas de atención médica y cariño. Sin embargo, todo fue una fachada. Lo que parecía el inicio de una nueva vida para Bruno, pronto se convirtió en una pesadilla.

En julio de 2025, la fundación descubrió que el lugar donde Bruno estaba viviendo no era la casa mostrada durante el proceso de adopción. En realidad, el perro estaba encerrado, rodeado de suciedad, sin atención, mal alimentado y en evidente estado de abandono emocional, llorando constantemente.

La situación fue tan alarmante que el refugio tomó la decisión de rescatar nuevamente al animal, quien ahora se encuentra bajo cuidados veterinarios. “Bruno está a salvo, pero ningún perro merece pasar por eso”, denunció la organización a través de su cuenta oficial de Instagram (@dametupatasv).

Bruno, de un año y ocho meses, es un perro juguetón, noble, amoroso y tranquilo. Todo lo que necesita es un entorno limpio, amoroso y responsable, donde se le trate como un miembro más de la familia y no como un objeto descartable.

Por ello, desde la fundación han sido enfáticos: “Adoptar no es un juego. La vida de los perritos no es un juego. Ellos no se alimentan de tortillas, ni merecen vivir entre sus heces en lugares donde apenas pueden moverse”.

La organización busca ahora una familia transparente, que cuente con el tiempo, el espacio, la disposición emocional y los recursos económicos para garantizarle una vida digna. Y, sobre todo, personas que no mientan.

Para la Fundación Dame tu Pata, el caso de Bruno no solo evidencia una adopción fallida, sino que también revela una problemática estructural más grave: la ausencia de un marco legal en El Salvador y en otros países de la región que proteja tanto a los animales víctimas de maltrato como a los rescatistas que luchan por su bienestar.

La fundación señala que no puede hacer públicas las identidades ni denunciar formalmente a los adoptantes responsables del descuido, ya que no existe legislación que respalde este tipo de acciones. Peor aún, quienes alzan la voz por los animales se convierten en blancos fáciles de represalias.

“No podemos usar las redes sociales para denunciar, porque no hay ninguna ley que nos ampare. Hay gente que quiere callarnos. Ya cerraron nuestra página de Facebook, incluso mis cuentas personales. Esta cuenta de Instagram también está en riesgo”, explicó el responsable de Dame tu Pata, quien ha recibido presiones y amenazas por visibilizar estas situaciones.

Redes de apoyo entre rescatistas

Ante esta limitación legal, el caso de Bruno está siendo manejado internamente por una red de rescatistas, que recopila información sobre personas con historial de “malas adopciones”. Aunque esta base de datos no tiene respaldo oficial, funciona como una herramienta preventiva entre organizaciones que intentan asegurarse de no entregar animales a hogares inadecuados.

La fundación hace un llamado a la comunidad y a las autoridades a tomar en serio la necesidad de normativas claras que regulen los procesos de adopción y brinden protección a los animales y a quienes los defienden.

¿Qué tipo de adoptantes se necesitan?

El caso de Bruno no solo es una denuncia, es también un llamado urgente a la conciencia colectiva. Adoptar un perro es asumir una responsabilidad de años, que implica compromiso, recursos y, sobre todo, amor real. No se trata de una moda, ni de una buena acción para compartir en redes sociales.

Dame tu Pata insiste en que lo mínimo que se exige a un adoptante es honestidad. “No se juega con la vida de los animales, ni con el tiempo y el esfuerzo de quienes los rescatan. Esto es desgastante y doloroso”.

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