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Lo que debía ser una desgarradora despedida se convirtió en un verdadero milagro. En un caluroso día de verano, una pequeña perrita anciana llamada Luna sorprendió a su familia y al personal de una clínica veterinaria al recuperarse milagrosamente instantes antes de ser sacrificada.
Sus dueñas, Taina Brown y Melo-Jean Yap, se encontraban en una sala privada, con lágrimas en los ojos, esperando el momento más doloroso: despedirse de su compañera de más de ocho años. Días antes, los veterinarios habían recomendado la eutanasia, pues Luna no comía ni se movía, a pesar de haber pasado la noche hospitalizada y recibir tratamientos intensivos.
Sin embargo, cuando todo parecía perdido, ocurrió lo inesperado. Mientras el personal preparaba la inyección final, Luna se levantó por sí sola y comenzó a buscar comida. Sorprendidas, las veterinarias permitieron que le ofrecieran alimento, y la perrita lo devoró con entusiasmo. En cuestión de minutos, sus signos vitales mejoraron y su energía regresó. La eutanasia fue cancelada, y Luna volvió a casa como si nada hubiera pasado.
En las semanas siguientes, la perrita no solo se recuperó, sino que volvió a mostrar una vitalidad que no había tenido en años. Corría, saltaba y jugaba como un cachorro. Incluso los veterinarios, que pensaron que aquel impulso era un “último esfuerzo” antes del final, se vieron desmentidos: Luna vivió un año más lleno de alegría y energía.
Luna había sido rescatada por Taina y Melo cuando tenía alrededor de diez años. Era una perrita mestiza de apenas cuatro libras que rápidamente se convirtió en la líder del hogar. Junto a su compañera Foxy, compartió una vida de cuidados, comida casera y cariño incondicional.
Tras su fallecimiento meses después, Melo compartió en TikTok el video de su recuperación milagrosa, que rápidamente se volvió viral y emocionó a millones de personas en todo el mundo. Miles de usuarios comentaron haber vivido experiencias similares o sentirse inspirados a adoptar perros mayores.
Para Brown y Yap, la historia de Luna es un recordatorio sobre la importancia del compromiso con las mascotas, especialmente las de edad avanzada. Ambas destacan que adoptar implica acompañar a los animales en todas las etapas de su vida, sin abandonarlos cuando llegan las dificultades.
Luna no solo les regaló un “año extra”, sino una lección sobre la resiliencia y el amor incondicional. Su historia, inmortalizada en un video entre la despedida y la hora de la cena, sigue tocando corazones en todo el mundo.
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