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El Refugio Mariano, ubicado en Dosquebradas, Risaralda, atraviesa uno de los momentos más difíciles desde su creación. Las recientes lluvias y tempestades han afectado de manera directa a este hogar de paso que cuida a 110 animales, entre perros y gatos. La falta de techos adecuados ha provocado que varios de ellos se mojen y pasen frío durante los aguaceros, una situación que preocupa a quienes están a cargo del refugio por los riesgos sanitarios que implica.
La urgencia se concentra en la gatera, donde la construcción quedó inconclusa por falta de materiales. Aunque el refugio ya logró conseguir el cemento necesario, aún hacen falta insumos básicos como varillas, flejes, arena y gravilla. Sin estos elementos, no es posible avanzar en la obra ni garantizar un espacio seco y seguro para los gatos. La exposición constante a la humedad aumenta el riesgo de enfermedades respiratorias y otras complicaciones, lo que agrava la ya frágil situación de muchos de los animales rescatados.
Detrás de este refugio está la historia de Maricel Sánchez, quien junto a su familia decidió, hace varios años, abrir las puertas de su hogar para acoger a perros y gatos encontrados en las calles, muchos de ellos víctimas de abandono, maltrato o enfermedad. El Refugio Mariano nació sin estructura institucional ni financiación estable, pero con el propósito claro de ofrecer protección y una segunda oportunidad de vida a los animales en situación de vulnerabilidad.
Hoy, el refugio alberga a 110 peluditos, cada uno con una historia difícil, pero también con la posibilidad de empezar de nuevo. Aunque el objetivo es que encuentren una familia definitiva, mientras permanecen allí reciben alimento, atención básica, cuidados médicos y un entorno de afecto. “Aquí tratamos de que se sientan amados y seguros, aunque sea por un tiempo”, explica Maricel.
El funcionamiento del Refugio Mariano depende casi por completo de la solidaridad ciudadana. No cuentan con ingresos fijos ni apoyos institucionales permanentes, por lo que la compra de alimento, medicamentos, arena para los gatos, los procesos de esterilización y el mantenimiento de los espacios se sostienen gracias a donaciones y ayudas voluntarias.
Ante la situación actual, el refugio ha hecho un llamado urgente a la comunidad. La ayuda puede llegar en forma de donaciones económicas, materiales de construcción, alimento, arena para gatos o incluso mediante la difusión de la información en redes sociales.
Quienes deseen apoyar al refugio pueden comunicarse al número de contacto 3007676706 o través de las redes sociales @refu.giomariano. Desde el refugio agradecen cada contribución y recuerdan que su labor se mantiene viva gracias a una red de personas comprometidas con la protección animal.
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