Rescatan a águila arpía que, al parecer, fue herida con un arma de fuego en Caquetá

Miembros del Ejército Nacional revisando un águila arpía rescatada en Florencia, Caquetá.

Foto: AFP - -

No paran los casos de maltrato animal en el país. En el marco del Plan Amazonía, el Ejército Nacional, la Gobernación del Caquetá y la Universidad de la Amazonía, lograron el exitoso rescate de un ejemplar de águila arpía que, al parecer, fue herida en el ala izquierda por un arma de fuego.

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Los hechos ocurrieron el pasado 24 de mayo en una finca de la vereda Mononguete, en Solita. Las autoridades recibieron la denuncia y acudieron al lugar y rescataron a esta ave. Debido a sus heridas, tuvo que ser trasladada a Florencia, capital del departamento, donde fue asistida por médicos veterinarios y zootecnistas de la Corporación para el Desarrollo Sostenible del Sur de la Amazonía.

A causa de la fractura y traumatismo con el que ingresó este macho “aparentemente” preadulto en los miembros torácico y pélvico izquierdo, los especialistas deberán amputarle el ala izquierda, cuya funcionalidad se vio comprometida en un 90 %, agregó la coordinadora de la Unidad de Apoyo Hogar de Paso Fauna Silvestre UniAmazonía, Norma Constanza Ganem.

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Entre las razones por las cuales el ave pudo sufrir el impacto del arma de fuego, el Ejército apuntó a los cazadores furtivos que luego exhiben a sus piezas “como trofeos” y venden sus garras en el tráfico ilegal de fauna silvestre. Del mismo modo, la fuerza se refirió al “desconocimiento que aún existe en el imaginario colectivo de los pobladores” sobre esta especie y agregó que “es usual que labriegos de zonas veredales de la región suelan confundirlas con brujas”.

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En consecuencia, los soldados custodios del medioambiente hicieron un llamado a los habitantes de la región amazónica para que “tomen conciencia sobre la importancia de ayudar a proteger y preservar todo tipo de vida, de los factores que amenacen la permanencia de especies como el águila arpía”.

Dado que el águila no podrá volver a surcar los cielos ni tampoco regresar a su hábitat natural, será trasladada al Bioparque la Reserva ubicado en el municipio de Cota, en Cundinamarca, donde tendrá una segunda oportunidad junto a otros ejemplares de su misma especie y bajo el cuidado de expertos en fauna silvestre. En 2009, este centro recibió la primera águila arpía para su cuidado y protección.

El águila arpía (Harpia harpyja), es un ave que puede llegar a pesar hasta ocho kilos, tener más de dos metros de envergadura y habita en 18 países, entre estos, Colombia. Además, se alimentan de animales grandes, como monos, osos perezosos, entre otros, por lo que necesitan de bosques con altos niveles de conservación.

De acuerdo con el National Audubon Society, su plumaje tiene tres colores básicos (negro, gris y blanco) y exhibe una combinación de tonalidades y degradados. Las tonalidades son las mismas entre machos y hembras, pero la intensidad de los colores cambia entre jóvenes y adultos, siendo estos últimos más oscuros.

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Las hembras son más grandes que los machos. En su mejor momento y en pleno vuelo, una hembra adulta puede cazar una presa de hasta tres kilos y llevarla al nido sin aterrizar. Los machos, en cambio, no atacan presas de más de dos kilos y medio.

“¿Por qué es grave que maten a una arpía? Por la ecología de la especie. Es un animal muy longevo, puede vivir 50 años, pero tiene ciclos de anidación donde solo producen una cría cada dos o tres años. Es un depredador y los depredadores siempre tienen densidades poblacionales muy bajitas”, cuenta el biólogo Mateo Giraldo.

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