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Al Gore y George W. Bush: las elecciones que dejaron en vilo al país por más de un mes

En el año 2000 las elecciones presidenciales llegaron a un arbitraje sin precedentes en la Corte Suprema. Tuvo que pasar más de un mes para que Estados Unidos conociera el nombre de su presidente. ¿Se puede repetir la historia 20 años después?

05 de noviembre de 2020 - 01:00 p. m.
Gore era el vicepresidente del entonces mandatario Bill Clinton, mientras que Bush era el gobernador de Texas e hijo del expresidente George H. W. Bush.
Gore era el vicepresidente del entonces mandatario Bill Clinton, mientras que Bush era el gobernador de Texas e hijo del expresidente George H. W. Bush.
Foto: AFP - JOHN MOTTERN

La última vez que Estados Unidos se despertó sin tener claro quién había ganado las elecciones presidenciales fue hace 20 años. Y la incertidumbre en ese entonces no duro sólo un par de días. Los estadounidenses tuvieron que esperar más de un mes para saber que George W. Bush le había ganado la batalla a Al Gore por la Casa Blanca. Y no fue una batalla cualquiera, pues la victoria de Bush requirió un arbitraje sin precedentes en la Corte Suprema.

Hoy ocurre algo similar en el país: Márgenes estrechos, incertidumbre, y una amenaza que lanzó Donald Trump de llevar la decisión ante la Corte Suprema. ¿Se puede repetir la historia 20 años después? Vamos por partes.

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¿Cómo van las elecciones de este año?

Ajustadas. Varios analistas y expertos electorales advirtieron que era muy posible que Estados Unidos no supiera quién sería su nuevo presidente el día de la jornada electoral. Y así fue, la batalla por la presidencia sigue abierta porque ningún candidato ha logrado conseguir los 270 votos electorales para declarar la victoria. Hasta el momento, Biden lleva la ventaja con 253 votos electorales, y Trump se queda atrás con 214.

La situación estuvo apretada en Michigan y Wisconsin. Al principio, todo parecía indicar que Trump se quedaría con estos estados, pues este martes, a altas horas de la noche, los porcentajes favorecían al mandatario.

Pero todo cambió en la tarde de este miércoles cuando ambos estados se pintaron de azul. Michigan favoreció a Joe Biden con el 49.8 % y Wisconsin le dio la victoria al candidato demócrata con el 49.4 %. Un triunfo muy estrecho pero importante para acercar a Biden a la Casa Blanca.

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Aún así, con resultados en mano, Trump se negó a reconocer las cifras. De hecho, se autoproclamó ganador en Pensilvania, Georgia, Carolina del Norte y Michigan, algo falso puesto que el escrutinio aún continúa en esos estados y en el último fue proyectado como ganador Joe Biden. Desde que se cerró la primera jornada de conteo de votos, Trump acusó a los demócratas de cometer fraude.

¿Qué pasó con Pensilvania? Ese estado sigue en veremos y el asunto es un poco más complejo, pues allí los votos por correo serán válidos hasta este viernes, siempre que el matasellos confirme que fueron enviados dentro del plazo legal.

La campaña de reelección del presidente anunció este miércoles “acciones legales críticas” en el estado clave de Pensilvania, donde los republicanos han cuestionado que se consideren válidos los votos por correo que se reciban en los tres días posteriores al día de la elección.

“Están sucediendo cosas malas en Pensilvania. Los demócratas están planeando privar del derecho a voto y diluir los votos republicanos”, señaló en un comunicado la campaña de Trump.

¿Qué podría pasar? Desde los debates presidenciales, Trump insistió en que el voto por correo podría ser una puerta para el fraude electoral. “Esto es un fraude al pueblo estadounidense, francamente ganamos esta elección. Es un enorme fraude a nuestra nación”, dijo Donald Trump este miércoles. Y aunque varios expertos dicen que es poco probable que esto ocurra, el presidente insiste en llevar el caso ante la Corte Suprema de ser necesario.

Y ese no sería el único problema. En todo Estados Unidos, la Guardia Nacional y los militares han preparado operaciones de seguridad en caso de que la violencia estalle y la policía local no pueda manejarla.

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En un principio se pensó que se podían presentar disturbios en la noche electoral, pero el miedo, en realidad, es que el país se levante de una forma violenta luego saber quién será el nuevo presidente de los Estados Unidos. Y todo por los mensajes falsos y confusos de su presidente.

¿Qué pasó en el año 2000?

Gore era el vicepresidente del entonces mandatario Bill Clinton, mientras que Bush era el gobernador de Texas e hijo del expresidente George H. W. Bush. Hace 20 años no fue precisamente una pandemia la que cambió los tiempos en la entrega de resultados. De hecho, el proceso electoral transcurrió normalmente. Pero sí un margen muy estrecho y un recuento de votos en Florida desencadenó una discusión que terminó en la Corte Suprema.

Gore ganó el voto popular con el 48,4 %, mientras que Bush recibió el 47,9% perdiendo por más de 540.000 votos. Pero a la larga lo que más importa cuando se habla de elecciones en Estados Unidos es el Colegio Electoral. Se necesitan 270 votos electorales para ganar la Presidencia y al final de la noche de ese 7 de noviembre, el recuento de Gore iba en 250 votos y el de Bush en 246 con Oregon, Wisconsin y Florida pendientes por arrojar resultados.

El suspenso comenzó con resultados muy cerrados, muy reñidos, en el estado de Florida, con una brecha de menos de 0,5 entre ambos aspirantes. Las cadenas de televisión adjudicaron primero a Gore ese estado clave, luego a Bush, para después esperar un desenlace ante resultados tan parejos.

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Se denunciaron irregularidades en Florida, que entonces gobernaba Jeff Bush, hermano del candidato republicano: una urna fue hallada en una escuela y se invalidaron miles de votos en el condado de Palm Beach.

Batalla judicial

La larga batalla legal comenzó tras el reclamo de Gore, el 9 de noviembre, de realizar un recuento manual en cuatro condados del estado, entre ellos Palm Beach.

En el corazón del embrollo: las máquinas perforadoras utilizadas en Palm Beach para escrutar los votos no marcaban bien las papeletas, saturando a la comisión electoral, que era la que debía decidir sobre la validez del voto.

El 26 de noviembre, Florida proclamó la victoria de Bush por una diferencia de 537 votos. Gore rechazó ese resultado, alegando que no se habían contabilizado miles de votos.

El 8 de diciembre, la Suprema Corte de Florida falló a favor del aspirante demócrata, ordenando el recuento manual de más de 45.000 papeletas ignoradas por las máquinas. Pero la Suprema Corte de Estados Unidos detuvo ese proceso, al dar lugar a un pedido de Bush.

La Corte Suprema decide

El 12 de diciembre, el alto tribunal, en su primera intervención en una elección presidencial, decide que se agotó el tiempo para un recuento manual, al vencer el plazo para que los estados resuelvan conflictos derivados de comicios y designen a sus electores en el Colegio Electoral. Así, Bush fue elegido presidente por 271 votos del Colegio, uno más de los 270 requeridos.

Gore no llegó a la Casa Blanca pese a registrar más sufragios a nivel nacional, algo que no ocurría desde 1888.

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El magistrado de la Suprema Corte John Paul Stevens, que votó contra el fallo, dijo: “aunque tal vez nunca se sepa con total certeza la identidad del ganador (...) la identidad del perdedor está perfectamente clara: la confianza del país en sus jueces”.

¿Se repite la historia?

“Bien puede haber múltiples disputas legales, como ha sugerido Donald Trump. Sin embargo, es difícil dejar de contar las papeletas que aún no se han contado. Los recuentos son completamente diferentes de los primeros recuentos, incluso cuando la Corte Suprema de Estados Unidos se inclina fuertemente contra los demócratas”, se lee en un análisis de The Guardian.

Mientras que para Jeannie Suk Gerse, profesora de derecho en la Facultad de Derecho de Harvard, “es posible que nos enfrentemos a una posible repetición de esos eventos, y quizás a una verdadera crisis constitucional en torno a las elecciones presidenciales, que podría resultar mucho más grave, caótico y difícil de resolver", escribió en The New Yorker.

¿Qué opina Al Gore? El excandidato demócrata dijo en una entrevista a CNN que “el partido republicano debe escuchar las voces dentro de su partido y dejar de usar a los tribunales como un instrumento político”. Al Gore dice que él espera que el escenario del 2000 no se repita. “Espero que los resultados del martes, o de los días siguientes o incluso semanas si es necesario, sean decisivos”, agregó.

Con información de Afp*

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