La Cancillería colombiana se pronunció sobre la muerte de la escritora ucraniana Victoria Amelina, quien falleció el domingo en la noche debido a la gravedad de las heridas que sufrió en el bombardeo a un restaurante el pasado 27 de junio en Kramatorsk (este de Ucrania).
“La muerte de Victoria Amelina, ciudadana ucraniana, a causa de las graves heridas infligidas por el absurdo bombardeo ruso a civiles en la ciudad de Kramatorsk, producto de la intolerable y condenable guerra ruso-ucraniana, que vino a afectar igualmente a sus amigos y compatriotas nuestros, Sergio Jaramillo Caro, Héctor Abad Faciolince y Catalina Gómez Ángel, es la más clara demostración de la brutalidad propia de hechos despiadados jamás justificables”, expresó la cartera en su comunicado, firmado por el canciller Álvaro Leyva.
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En efecto, la poeta y escritora se encontraba en compañía de los tres colombianos que también presenciaron el ataque y que se encuentran a salvo: Héctor Abad Faciolince, escritor; Sergio Jaramillo, excomisionado de Paz, y Catalina Gómez, periodista que desde hace varios meses cubre la guerra en Ucrania.
Los dos primeros se encontraban en Ucrania para llevar su mensaje de “Aguanta Ucrania”, una campaña cuya intención es mostrar el apoyo a ese país por parte de escritores, artistas y sociedad civil latinoamericana en general.
La Cancillería señaló que “en su momento Colombia hizo llegar al gobierno ruso su más enérgica condena. Hoy nos afirmamos en nuestro ineludible acogimiento al derecho internacional, a nuestro acatamiento al Derecho Internacional Humanitario y al repudio a la guerra”.
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Consultada por este diario, una fuente del Ministerio de Relaciones Exteriores confirmó que la nota diplomática de protesta tras el bombardeo fue enviada a Rusia. Fue precisamente el presidente Gustavo Petro quien el pasado 28 de junio señaló que la Cancillería debía sentar su posición luego del ataque “a tres civiles colombianos indefensos”.
La Embajada de Rusia en Colombia ese mismo día dijo que “con mucho pesar” supieron de “los acontecimientos en Kramatorsk (...) A nuestro juicio, la ciudad cercana al frente, convertida en un hub operacional y logístico-militar, no es un lugar apropiado para degustar platos de cocina ucraniana”. Y terminó diciendo que insisten “en que los representantes del amigo pueblo colombiano se abstengan de visitar territorios y lugares de acciones bélicas”. Luego vendría una explicación directa de la Cancillería de Rusia al embajador colombiano en ese país, Héctor Arenas Neira.
La cartera de Relaciones Exteriores de ese país explicó que el objetivo “legítimo de los militares rusos” con el bombardeo “era un puesto de despliegue temporal de comandantes de la 56ª Brigada de Infantería Motorizada de las Fuerzas Armadas de Ucrania”. Y continuó: “En el momento del ataque, los ciudadanos colombianos se encontraban en un restaurante ubicado en el mismo edificio. Según la información disponible, eran conscientes de estar cerca de la línea de fuego en la zona de la operación militar especial y de los riesgos asociados con ello”.
Con el fallecimiento de Amelina, ascienden a 13 las víctimas mortales del bombardeo, que dejó, además, más de 60 personas heridas.
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