Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

El grito “Make America Great Again” también es para América Latina

El presidente de Estados Unidos quiere retomar el liderazgo regional con una doctrina Monroe recargada. La presencia militar en el Caribe en simultáneo con pactos con los gobiernos aliados han sido algunos de sus dispositivos. Un vistazo a lo ocurrido en 2025.

María Alejandra Medina

28 de diciembre de 2025 - 09:00 a. m.
The Hague (Netherlands), 04/12/2025.- US President Donald J. Trump speaks during a press conference after the NATO Summit at the World Forum in The Hague, The Netherlands, 25 June. (Países Bajos; Holanda, La Haya) EFE/EPA/REMKO DE WAAL
Foto: EFE - REMKO DE WAAL
PUBLICIDAD

Lo que analistas y medios de comunicación, en un juego de palabras, empezaron a llamar la doctrina Donroe, fue oficializado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en su más reciente estrategia de seguridad nacional, publicada a principios de diciembre. “Tras años de abandono, Estados Unidos reafirmará y aplicará la doctrina Monroe para restaurar la preeminencia estadounidense en el hemisferio occidental y proteger nuestro territorio nacional y nuestro acceso a geografías claves en toda la región”, resumió el documento.

Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO

¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar

La doctrina Monroe fue la política exterior impulsada por el presidente James Monroe hace 200 años con el fin de reforzar el liderazgo de Estados Unidos en el hemisferio y evitar la intromisión de las potencias europeas en el continente.

Para la opinión pública fue claro que Trump venía con una idea similar al rebautizar el golfo de México como golfo de América o soltar afirmaciones provocadoras como que “recuperaría” el Canal de Panamá, que Canadá debería ser el estado número 51 de la nación y que Groenlandia debería anexarse a Estados Unidos.

En el documento publicado en diciembre, de 33 páginas, el presidente habla de la seguridad y la prosperidad de Estados Unidos como su prioridad. Esto pasa por hacer retroceder influencias que le resultan inconvenientes en la región, como la de China, y luchas contra los “narcoterroristas”. No resulta difícil, entonces, atar esta declaración con lo que ha estado sucediendo en las aguas del Caribe y el Pacífico: casi 30 bombardeos contra supuestas embarcaciones narcotraficantes, ataques considerados por organizaciones defensoras de derechos humanos como ejecuciones extrajudiciales, pues han matado a más de un centenar de personas en medio del mayor despliegue naval de Estados Unidos desde, al menos, la Guerra del Golfo.

La estrategia en los últimos días se ha reforzado con la confiscación de barcos y petróleo venezolano bajo el argumento de estar sancionados o estar transportando crudo que financia un régimen “narcoterrorista”, como es calificado el de Nicolás Maduro en Venezuela.

Read more!

Sin embargo, la estrategia, que es vista como una presión militar para forzar la salida de Maduro del poder, también ha incluido bombardeos en el Pacífico. Como le dijo a este diario Víctor Mijares, profesor de la Universidad de los Andes, además de presionar a Caracas (con ataques cerca de sus costas), el objetivo de la campaña militar también es “reposicionarse geopolíticamente en el hemisferio occidental, tal como lo indica la Estrategia de Seguridad Nacional publicada recientemente por la Casa Blanca”.

Pero la lógica también implica premiar a quienes se “portan bien”. Tal ha sido el caso de El Salvador y Argentina. “El estilo, de una forma exagerada, es dividir el mundo entre los países amigos y los países enemigos. El ejemplo clásico de esto es el gobierno de Javier Milei.

El mensaje fue clarísimo al pueblo argentino antes de las elecciones legislativas de octubre: si votas por Milei, nosotros les damos un rescate multimillonario”, recordó en diálogo con este diario Cinthia Arnson, profesora adjunta de la Universidad Johns Hopkins, y agregó que, en el caso de El Salvador, el presidente Nayib Bukele prestó la megacárcel del CECOT para recibir a personas consideradas criminales por Estados Unidos. “A cambio Bukele recibió una continuación del estatus migratorio temporal (TPS)”, lo cual le conviene, pues un retorno masivo de salvadoreños podría desestabilizar el país que el mandatario presenta como un paraíso de seguridad.

Read more!

En el extremo opuesto ha estado el presidente de Colombia, Gustavo Petro, a quien Trump ha llamado narcotraficante y Washington incluyó en la llamada lista Clinton, junto a la esposa y el hijo de Petro, así como a su ministro de Interior.

“Las políticas hacia América Latina son mucho más radicales en este segundo término de Donald Trump”, asegura Arnson. Según ella, “esto se debe a varios factores. Frente a los despidos masivos de trabajadores federales, y frente a la radicalización del discurso y de las acciones, muchos profesionales del servicio exterior han optado por jubilarse de forma temprana”. Con esto, agrega, se ha perdido la capacidad de “muchos diplomáticos con una gran experiencia en la política hemisférica. Además, durante el primer mandato de Trump, existían algunos funcionarios, tanto civiles como militares, que ponían frenos al presidente. Hoy hay cero tolerancia para voces contrarias”.

No ad for you

Cuando Donald Trump dijo “Hacer a América Grande Otra Vez” hablaba del ámbito doméstico, pero también del internacional. Como lo puso Mauricio Claver-Carone, enviado especial de Trump para América Latina hasta junio, citado por The New York Times: “Cree que este es el barrio en el que vivimos (…) Y no puedes ser la potencia global preeminente si no eres la potencia regional preeminente”.

👀🌎📄 ¿Ya se enteró de las últimas noticias en el mundo? Invitamos a verlas en El Espectador.

El Espectador, comprometido con ofrecer la mejor experiencia a sus lectores, ha forjado una alianza estratégica con The New York Times con el 30 % de descuento.

Este plan ofrece una experiencia informativa completa, combinando el mejor periodismo colombiano con la cobertura internacional de The New York Times. No pierda la oportunidad de acceder a todos estos beneficios y más. ¡Suscríbase aquí al plan superprémium de El Espectador hoy y viva el periodismo desde una perspectiva global!

📧 📬 🌍 Si le interesa recibir un resumen semanal de las noticias y análisis de la sección Internacional de El Espectador, puede ingresar a nuestro portafolio de newsletters, buscar “No es el fin del mundo” e inscribirse a nuestro boletín. Si desea contactar al equipo, puede hacerlo escribiendo a mmedina@elespectador.com

No ad for you
Conoce más

Temas recomendados:

Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.