“Si México no quiere pagar el muy necesitado muro, mejor que cancele su próxima visita”. Con esta frase, que @POTUS (el presidente de los Estados Unidos) escribió en su cuenta de Twitter se puso la primera piedra de la barrera que hoy separa a los gobiernos de México y Estados Unidos y que tiene una histórica relación diplomática en la cuerda floja.
Minutos antes, el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, había anunciado, también vía Twitter, la cancelación del encuentro con Donald Trump el próximo martes en Washington, en el que se discutiría el futuro del tratado de libre comercio entre las dos naciones.
De acuerdo con sus asesores, Peña Nieto tomó la decisión luego de que Trump firmara la orden para comenzar la construcción del muro a lo largo de la frontera de 3.200 kilómetros e insistiera en que México pagaría por él.
Ante la negativa del mexicano, que ha repetido desde hace meses que “México no pagará por el muro”, Trump insistió: “Se lo he dicho claramente, el pueblo estadounidense no pagará por ese muro”.
En una entrevista con la cadena ABC, Trump admitió que la construcción de la controvertida barrera será financiada inicialmente por Estados Unidos, pero que luego conseguirá que México reembolse el 100 % del costo. ¿Cómo?
Por el momento, la Casa Blanca sólo puede utilizar en este proyecto fondos ya autorizados. El Congreso, cuyas dos cámaras están controladas por el Partido Republicano, deberá decidir de dónde saldrá el dinero, pero vale recordar que el partido se pasó una década defendiendo la prudencia fiscal.
Según el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, “el presidente Trump pretende fijar un impuesto del 20 % sobre todas las importaciones procedentes de México para pagar la obra”. Sin embargo, advirtió, “hay muchos mecanismos presupuestarios que se pueden usar”.
Desde agosto de 2015, la campaña de Trump andaba buscando mecanismos “indirectos” de pago. Entre otras cosas, su equipo de planeación de la valla fronteriza trazaba planes como “decomisar la remesas que los mexicanos envían a sus familiares cuando este dinero proviene de sueldos obtenidos trabajando como indocumentados”.
Más de un millón de familias mexicanas reciben estos pagos, que el año pasado alcanzaron los US$25.000 millones.
Diana Patricia Henao, analista de la Universidad Militar Nueva Granada, explicaba en este diario que “los países expulsores y de tránsito migrante (México, Guatemala, Honduras y El Salvador) no cuentan con la capacidad de recibir a sus propios nacionales tras la deportación ni están listos para tapar los huecos económicos que causaría la disminución de remesas”.
Aunque hasta ahora no se sabe exactamente cuánto costaría el muro en la línea divisoria, en donde un tercio (1.050 de kilómetros ya tiene algún tipo de reja), el instituto Washington Office on Latin America (WOLA) cree que la construcción de 660 kilómetros costaría US$11.400 millones.
Trump cree que el muro costará entre US$4.000 millones y US$10.000 millones. Pero como el magnate presidente suele basar sus declaraciones en hechos vagos o de difícil comprobación, un equipo del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) hizo las cuentas por él.
En un artículo titulado “La mala matemática apoya el muro fronterizo de Trump” se explica que 1.600 kilómetros de concreto y acero costarían entre US$27.000 millones y US$40.000 millones. Muy lejos de los cálculos del empresario inmobiliario y una cuenta muy difícil de pagar.
Otro plan para que México asuma los gastos de la barrera (que será fabricada con paneles de concreto reforzados con barras de acero) pasa por aumentar los costos de las visas otorgadas a los mexicanos, así como incrementar las tarifas para el otorgamiento de tarjetas para el cruce fronterizo que, según Trump, son usadas por cerca de un millón de mexicanos cada año y que, dice, son la fuente para que muchos se queden de forma ilegal.
El objetivo de levantar el muro, según la nueva administración estadounidense, es evitar el ingreso de inmigrantes ilegales, flujo que hoy se encuentra en niveles próximos al verificado en la década de 1970, de acuerdo con estudios realizados por WOLA.