
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Pete Hegseth, secretario de Defensa en el gobierno de Donald Trump, impulsa un retorno al afeitado obligatorio en las Fuerzas Armadas estadounidenses, limitando las barbas a excepciones mínimas. Este martes 16 de diciembre, anunció que el personal de combate debe cumplir los estándares físicos masculinos más exigentes para conservar sus puestos
En sus nuevas directrices, la imagen del militar ideal vuelve a ser la de un rostro limpio, que para Hegseth simboliza disciplina, profesionalismo y una “ética guerrera” que, según él, se había relajado en los últimos años, según Fox News.
Le recomendamos: Senado de EE. UU. pone bajo la lupa la ofensiva naval de Trump en el Caribe y el Pacífico
En un discurso ante altos mandos en la base de Marines de Quantico, Hegseth resumió su postura con la frase “no more beardos”, insistiendo en que “la era del aspecto poco profesional se ha acabado”.
Según el secretario de Defensa, el Pentágono debe restaurar criterios estrictos, objetivos y basados en el sentido común, priorizando la preparación real para el combate sobre excepciones relajadas.
Aunque pueda parecer una orden menor y sin mayor trascendencia, en la práctica refuerza prejuicios racistas sobre qué se considera “limpio” y “profesional”, y además ignora problemas de salud asociados al afeitado que varían según el tipo de piel, según El País.
Le podría interesar: Una “arma de destrucción masiva”: lo que implica la orden de EE. UU. sobre el fentanilo
En 2025, Hegseth firmó un memorando que establece como norma que el personal esté afeitado y con aspecto pulcro, y ordenó a las distintas ramas terminar con las “shaving waivers”, los permisos médicos que permitían llevar barba durante largos períodos. La regla ahora es que esos permisos sean temporales y estrechamente controlados: si un militar necesita una exención por más de un año, en principio debe ser separado del servicio, salvo contadas excepciones, según Fox News.
“Formamos combatientes, no fuerzas defensivas. Las guerras se libran para ganarlas, no para reaccionar. La defensa es permanente y suele derivar en excesos y en misiones que se expanden sin control. La guerra, en cambio, debe ejecutarse de manera puntual, bajo nuestras propias condiciones y con objetivos claramente definidos”, afirmó Hegseth durante ese discurso.
Hegseth también habló en contra de los “soldados gordos” y los “generales y almirantes gordos en los pasillos del Pentágono”, argumentando que los estándares físicos de los miembros del servicio estadounidense se habían deteriorado y que era hora de elevar la exigencia, según Fox News.
👉 Criticas a la iniciativa
Las medidas han generado críticas de organizaciones de derechos civiles y dentro de las propias filas, sobre todo porque la prohibición rígida del vello facial afecta de forma desproporcionada a militares negros y de otras minorías que sufren pseudofoliculitis barbae, una condición cutánea que empeora con el afeitado diario, según El País.
Esta condición ocurre cuando el pelo rizado crece hacía adentro, causando inflamación y cicatrices si se agrava. según la Academia Española de Dermatología y Venereología, citada por El País, este estado puede llegar a deformar la piel.
También puede leer: Trump demanda a la BBC por USD 10.000 millones por difamación
Según el Colegio Americano de Dermatología y Osteopatía, esta afección afecta hasta al 60 % de los hombres negros, en contraste con solo el 20 % de los hombres blancos.
Asimismo, colectivos religiosos como algunos grupos sij señalan que el giro hacia el “cero barbas” choca con sus prácticas de fe, aunque el Pentágono insiste en que sigue habiendo exenciones religiosas formales.
La polémica se agudizó cuando se conoció que Hegseth excluyó a militares con barba de determinados eventos, como un encuentro con tropas en Corea del Sur, lo que se leyó como una aplicación particularmente dura y discriminatoria de su cruzada estética, según Mother Jones.
👀🌎📄 ¿Ya se enteró de las últimas noticias en el mundo? Invitamos a verlas en El Espectador.
🌏📰🗽 El Espectador, comprometido con ofrecer la mejor experiencia a sus lectores, ha forjado una alianza estratégica con The New York Times con el 30 % de descuento.
Este plan ofrece una experiencia informativa completa, combinando el mejor periodismo colombiano con la cobertura internacional de The New York Times. No pierda la oportunidad de acceder a todos estos beneficios y más. ¡Suscríbase aquí al plan superprémium de El Espectador hoy y viva el periodismo desde una perspectiva global!
📧 📬 🌍 Si le interesa recibir un resumen semanal de las noticias y análisis de la sección Internacional de El Espectador, puede ingresar a nuestro portafolio de newsletters, buscar “No es el fin del mundo” e inscribirse a nuestro boletín. Si desea contactar al equipo, puede hacerlo escribiendo a mmedina@elespectador.com o a cgomez@elespectador.com
