La gestión de la pandemia de Daniel Ortega ha sido duramente criticada desde el comienzo, cuando la invisibilizó y, por el contrario, motivó a la gente a continuar con sus actividades normales. Hoy, cuando el problema es una realidad, el gobierno decidió despedir a numerosos profesionales de la salud por criticar las flexibles medidas.
“Condenamos los despidos a los médicos y cualquier otro acto que debilite más el precario sistema de salud de Nicaragua”, repudiaron hoy decenas de escritores e intelectuales en un texto dirigida al presidente Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
"Rechazamos categóricamente la manera de proceder de su gobierno que constituye un negro legado para el respeto y la libertad de expresión del gremio médico", añadieron en la carta, publicada este viernes en las redes sociales del escritor nicaragüense Sergio Ramírez.
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La declaración fue apoyada por laureados escritores como el peruano Mario Vargas Llosa y la colombiana Laura Restrepo y otros 90 intelectuales. En el pronunciamiento, exigen a la pareja presidencial que reintegre a los médicos a sus trabajos y cese además la persecución que sufren por expresar sus opiniones.
Al menos 15 médicos de sistema público de salud fueron despidos en las últimas semanas por pedir al gobierno más equipos de bioseguridad y cuestionar su negativa de adoptar medidas para contener la epidemia.
"Mientras en todo el mundo las y los médicos han sido reconocidos por su heroico trabajo... en Nicaragua su gobierno ha arriesgado a su personal de salud al no brindar equipos de protección adecuados e incluso rechaza donaciones", escribieron.
La carta cuestiona la negativa de la dirección de muchos hospitales públicos, que operan bajo estricto control del gobierno, de recibir donaciones de equipos de protección médico.
Según datos oficiales, 1.823 personas se contagiaron de covid-19 desde marzo, de las cuales 64 han fallecido. Sin embargo, el Observatorio Ciudadano, conformado por médicos y la sociedad civil, registra cerca de 5.000 casos y 1.289 fallecidos.
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Según el observatorio, 536 trabajadores de la salud han sido contagiados con el virus, de los cuales 61 habrían muerto. Más de 30 asociaciones médicas llamaron a inicios de junio a una cuarentena voluntaria debido al desborde de casos que experimentaron los hospitales públicos y privados, pero la iniciativa no pudo ser acatada por gran parte de la población que depende de trabajos informales.
El gobierno, que dice tener la pandemia bajo control, no se pronunciado sobre las demandas médicas durante la crisis sanitaria