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La situación en las cárceles de Ecuador es crítica. Esta vez, la Fiscalía informó que al menos 68 personas murieron en un nuevo motín dentro del principal penal de la ciudad de Guayaquil. Los internos se enfrentaron por varias horas con armas y explosivos, especialmente en el pabellón 2.
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“Los presos del pabellón 2 fueron atacados porque hace unos días su cabecilla fue puesto en libertad. Entonces otras organizaciones delictivas intentaron apoderarse de ese pabellón, que al momento no tiene quién lo dirija. Esa fue la causa que desencadenaron estos hechos”, informó Tannya Varela, comandante de Policía, al medio local El Comercio.
Varela se refiere a Álex Salazar, uno de los cabecillas de los Tiguerones. El 10 de noviembre del 2021, él salió de la Penitenciaría tras cumplir el 60 % de su pena y acogerse al régimen semiabierto. Tras su salida, se registraron otros disturbios en el centro carcelario, informó el mismo medio.
Los grupos criminales
Los Tiguerones es una banda que se desprende de Los Choneros. Se les atribuye delitos como sicariato, tráfico de drogas y robos.
Hace unos años, las autoridades identificaron a esta última organización como brazo armado de un cartel narco colombiano, con control sobre las rutas de tráfico marítimas por el Pacífico hacia México y Estados Unidos, según un informe de Insight Crime. “Sin embargo, el arresto de las cabezas del grupo en 2011, y su consiguiente integración al sistema penitenciario, dio origen a una década de evolución para Los Choneros”, se lee en el documento publicado en octubre.
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Insight Crime sostiene que esta banda ha evolucionado a tal punto de convertirse en uno de los grupos carcelarios más violentos del país, “con presencia permanente en penitenciarías en todo el territorio ecuatoriano, y operaciones en múltiples ciudades, donde Los Choneros se dedican al microtráfico, sicariato, extorsión y contrabando”.
Sin embargo, los investigadores explican que cambios recientes en los mandos de Los Choneros han motivado las luchas internas en el grupo y sus subgrupos, “lo que amenaza con echar por tierra el legado de poder de esta banda”.
Según informan medios locales citados por Insight Crime, las pandillas rivales de esta organización, entre ellas los Lobos, los Tiguerones, los ChoneKillers y los Pipos, se unieron en una nueva estructura en 2021, la cual ha sido denominada Nueva Generación, como referencia a su relación de narcotráfico con el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), de México.
El narcotráfico y la violencia
Este nuevo motín dentro del principal penal de la ciudad de Guayaquil tiene como antecedente la peor masacre carcelaria del país: en septiembre, 118 reclusos fallecieron en una cruel carnicería con decapitados y quemados. Desde entonces la violencia no ha parado.
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La revuelta de setiembre tiene sus orígenes en las disputas entre bandas criminales asociadas con el narcotráfico y los cárteles mexicanos de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación. Cabe destacar que Ecuador, ubicado entre Colombia y Perú, principales productores mundiales de cocaína, es un país es utilizado como tránsito para el envío de drogas a Estados Unidos y Europa. Sin embargo, el problema no nace con los últimos dos motines, sino que se extiende a otros casos registrados en todo el país desde hace por lo menos una década.
“Viene una crisis carcelaria desde al año 2010, con un promedio de 25 homicidios por año, pero que se acelera significativamente a partir de 2017 hasta el pico de este año, en que debemos haber pasado ya los 160 homicidios”, expresó el ecuatoriano Fernando Carrión, experto en seguridad y narcotráfico, el 29 de septiembre a la AFP.
Agregó que en Ecuador se lavan al año unos 3.500 millones de dólares provenientes del narcotráfico y que “la institucionalidad pública también está siendo cooptada a través de la corrupción”, lo que es una seria amenaza para la nación.