Migrantes que regresan a Venezuela: así los aprovecha Maduro políticamente

Cientos de migrantes venezolanos, empujados por la cuarentena para prevenir el contagio del coronavirus, alistaron sus maletas y caminan en dirección a su país. El gobierno de Maduro, por su parte, ha querido sacar provecho de esta situación.

Jesús Mesa
06 de abril de 2020 - 02:00 a. m.
Migrantes que regresan a Venezuela: así los aprovecha Maduro políticamente

Arrastrando sus maletas y desafiando la cuarentena por el COVID-19, cientos de migrantes venezolanos emprendieron este fin de semana un largo viaje de retorno a su país, con la esperanza de que en Venezuela puedan pasar “menos trabajos” que en Colombia en las últimas semanas.

La cuarentena nacional, que comenzó el pasado 23 de marzo y terminará el 13 de abril, mostró a los colombianos un problema silencioso, pero que pronto iba a explotar: el de los migrantes. En una emergencia sanitaria como la del coronavirus, la situación de las poblaciones vulnerables es una de las más críticas. Y en el caso de los venezolanos, el aislamiento obligatorio para evitar la propagación del COVID-19 afectó fuertemente sus principales fuentes de sustento.

De acuerdo con las últimas cifras de Migración Colombia, más de 1,8 millones de venezolanos están radicados en Colombia. De ellos, la mayoría lo hacen en condición de irregularidad y muchos sobreviven en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla vendiendo tintos o dulces, o pidiendo limosna en las calles. Otros, que estaban ya vinculados formalmente, lo hacían en el sector de la construcción, en restaurantes o como domiciliarios.

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“Ya no hay gente en la calle por la situación que está pasando, y eso nos ha incomodado porque nosotros ganamos con lo de la gente y si no hay gente en la calle, ¿cómo trabajamos?, es difícil”, dijo a Reuters Paul Regales, de 23 años, quien vendía bolsas plásticas para la basura en Bogotá.

La cuarentena frenó la economía colombiana en seco. Los migrantes se quedaron sin opciones de trabajo y tras semanas de incertidumbre, en las que incluso algunos fueron desalojados de los hoteles y residencias donde vivían, decidieron que lo mejor era regresar a su país. Según ellos el COVID-19 no les había dejado otra opción. Solo el fin de semana, al menos 650 venezolanos, que llegaron de distintas ciudades del país, cruzaron la frontera desde Cúcuta a través de un canal humanitario y fueron recibidos por personal del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime), de Venezuela.

“Prefiero pasar trabajos con mi mamá que pasar trabajos en otro país”, dijo uno de ellos que, al igual que la mayoría, usaba mascarilla para protegerse.

Sin embargo, de acuerdo con Ronal Rodríguez, coordinador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, los migrantes venezolanos que están emprendiendo su viaje de retorno se encuentran hoy en una encrucijada. Porque si bien la situación en Colombia es compleja, esto no significa que en Venezuela las cosas estén mejor, aunque el gobierno de Nicolás Maduro quiera hacer política con esta situación. La instrumentalización de las crisis (en este caso la del coronavirus) ha sido una vieja estrategia por parte del gobierno de chavista, cuenta el experto.

“En Venezuela vemos que se han aprovechado los espacios públicos de comunicación para tratar de avalar la dinámica de sus proyectos políticos y vender la imagen de que en sus estados la respuesta es muchísimo más acertada que en otros, en este caso Colombia”, explica Rodríguez a El Espectador.

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El fin de semana, por ejemplo, Jorge Arreaza, canciller de Venezuela, estuvo muy activo en sus redes y publicó videos y fotos de los migrantes, quienes según el funcionario manifestaban estar “muy agradecidos” de volver. Días antes, el mismo Arreaza cuestionó públicamente al gobierno de Iván Duque por no recibir dos máquinas de diagnóstico de COVID-19 que ofreció Maduro el 31 de marzo. El mandatario colombiano evitó referirse a este desencuentro.

Pero esta campaña propagandística por parte del gobierno venezolano puede terminar siendo perjudicial para aquellos migrantes que vuelvan a su país, pues podría darse un efecto rebote en los próximos meses, según Ronal Rodríguez. Porque a pesar de lo que dice el gobierno chavista, el sistema de salud venezolano está lejos de estar preparado para enfrentar un alto número de contagios. “Los migrantes empiezan a recibir información de que en Venezuela las cosas están mejor, pero eso no es cierto”.

“En el mediano plazo vamos a ver cómo los venezolanos regresan a Venezuela, después vuelven a Colombia para buscar atención médica y asistiremos a un constante penduleo, provocado por la misma naturaleza de la enfermedad, la respuesta de los estados y la falta de diálogo entre los gobiernos”, agrega Rodríguez, del Observatorio de Venezuela.

La crisis económica de Venezuela ha provocado un significativo deterioro de la vida en el país y, en consecuencia, también de las condiciones sanitarias. De acuerdo con el último Índice de Seguridad Sanitaria Global, elaborado en 2019 por un panel de expertos internacionales, Venezuela quedó en el puesto 176 de un total de 195 países evaluados.

La crisis del coronavirus no ha sido la única en la que el gobierno de Nicolás Maduro ha aprovechado las situaciones de xenofobia que viven los venezolanos en el exterior. En reiteradas ocasiones el mandatario ha acusado a los gobiernos de Colombia, Perú, Ecuador y Chile de promover “el odio” contra sus compatriotas e invita a estos a volver a su país. Pero cuando es preguntado por las razones por las que salieron cerca de 4 millones de venezolanos en cinco años, el mandatario venezolano ha guardado un conveniente silencio.

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