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El movimiento estudiantil estadounidense contra las armas March for Our Lives, surgido tras la matanza de la escuela secundaria de Parkland (Florida), se adjudicó hoy el premio internacional Children's Peace, concedido por KidsRight.
En una gala celebrada en Ciudad del Cabo, David Hogg, Emma González, Jaclyn Corin y Matt Deitsch, iniciadores de esta campaña junto a otra veintena de estudiantes, recibieron el galardón de manos del arzobispo sudafricano y nobel de la Paz Desmond Tutu, en coincidencia con la celebración del Día Universal del Niño.
KidsRights (con sede en Ámsterdam), cuenta con Tutu entre sus promotores desde hace más de una década, motivo por el cual el acto tuvo lugar en Sudáfrica.
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"Estoy asombrado por estos jóvenes cuyo poderoso mensaje amplificado por su energía joven y su firme creencia de que los niños pueden no, deben, mejorar su propio futuro", señaló Tutu sobre los miembros de March for Our Lives, según un comunicado de la organización.
"Son auténticos agentes de cambio que han demostrado de la forma más poderosa que los niños pueden mover el mundo", agregó al asegurar que la campaña galardonada le recuerda a "otros grandes movimientos por la paz de la historia".
March for Our Lives (Marcha por Nuestras Vidas) empezó como una convocatoria a manifestarse liderada por estudiantes de educación secundaria a raíz de la conmoción generada por la muerte de 17 personas en un tiroteo en la escuela secundaria Marjory Stoneman Douglas de Parkland, ocurrido en febrero pasado.
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Personalmente afectados por la tragedia, los impulsores reclamaban políticas más estrictas respecto a la venta de armas para garantizar escuelas y comunidades libres de los riesgos de este tipo de violencia.
El movimiento conquistó un gran apoyo tanto en su país como en el resto del mundo y, desde entonces, sus miembros se mantienen ocupados con giras, charlas y otros proyectos de presión para lograr cambios legislativos en Estados Unidos.
March for Our Lives sucede como ganador de este premio a Mohamad Al Jounde, un joven sirio que en 2017 se ganó este reconocimiento por sus esfuerzos para dar acceso a educación a los niños refugiados.
El galardón se concede desde 2005 a menores de edad de todo el mundo que destaquen en la lucha por la defensa de los derechos de la infancia.