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Mediante una carta, el fiscal federal del estado de Nueva York, Preet Bharara, anunció que se abrió una investigación sobre hechos vinculados al escándalo de evasión fiscal que estalló con los Papeles de Panamá. La carta, dirigida al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), dice que las autoridades estadounidenses “abrieron una investigación penal sobre los hechos a los cuales se refieren los Papeles de Panamá”, sin mencionar concretamente cuáles son esos hechos o los sujetos a los que apunta la investigación. En la carta, que fue publicada en el diario británico The Guardian, el fiscal solicita sostener una reunión tan pronto como sea posible con algún representante del ICIJ para hablar de la investigación.
Que la justicia estadounidense entre en acción fortalece las iniciativas que han surgido en los sistemas de justicia de diferentes países por tomar en serio las denuncias, iniciar investigaciones exhaustivas y procesar a los responsables de delitos. La idea de la difusión de los Papeles de Panamá es hacer una denuncia pública que debería materializarse en procesos judiciales contra los implicados. De la responsabilidad que asuman los estados en cuanto a la divulgación depende el impacto real del escándalo, más allá del golpe en la opinión pública.
Los Papeles de Panamá plantean un enorme reto para las justicias locales y la internacional. Se trata de más de 11,5 millones de documentos del bufete panameño Mossack Fonseca, especializado en la gestión de capitales en paraísos fiscales, y que salpican a más de 140 políticos y altos funcionarios de diferentes países del mundo, entre ellos varios presidentes y expresidentes.
La decisión de la justicia estadounidense se presta para muchas críticas, principalmente porque son pocos los estadounidenses implicados en el escándalo. El diario alemán Süddeutsche Zeitung, que estuvo entre los primeros en obtener los documentos, dijo que los registros incluían copias de pasaportes de unos 200 estadounidenses y alrededor de 3.500 accionistas en empresas offshore tenían su domicilio en Estados Unidos. Estas son cifras pequeñas entre las más de 250.000 empresas que Mossack Fonseca abrió para sus clientes durante cuatro décadas.
Ramón Fonseca, uno de los fundadores de Mossak Fonseca, ha dicho que esto se debe a que a la firma no le gustaba aceptar a clientes de ese país. Otros, sin embargo, van más allá y afirman que Estados Unidos está detrás de los Papeles de Panamá tejiendo una estrategia para restar popularidad a gobiernos enemigos. Esto lo dijo el presidente de Rusia, Vladimir Putin, quien afirmó que el ICIJ obedece a organizaciones oficiales de EE. UU. Putin defendió a personas de sus círculos cercanos implicadas en el escándalo y dijo que no han cometido crimen alguno.